Así como la tecnología avanza cada vez más, el delito digital actualiza sus estrategias con la misma rapidez. En este contexto, la prevención del fraude se ha vuelto una necesidad para proteger la reputación de los comercios electrónicos.
El crecimiento del comercio digital ha transformado radicalmente la forma en la que las personas compran, pagan y confían en una marca. Sin embargo, este mismo entorno representa también un campo fértil para nuevas formas de fraude. En este escenario, la ciberseguridad ya no es solo una preocupación de grandes corporaciones, es una prioridad para cualquier e-commerce, desde pymes hasta grandes empresas.
“La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta fundamental en la prevención del fraude digital. No se trata de esperar una alarma, sino de identificar patrones y anticiparse a los riesgos, algo que hoy es posible gracias a tecnologías predictivas”, afirma Luciano Cruz, Business Information Security Officer para Equifax-Infocorp.
De acuerdo con el experto, el delito digital no ocurre de forma aislada. Las tendencias muestran que los hábitos digitales más comunes, como hacer pagos en línea, vincular cuentas a apps o almacenar datos personales en plataformas, también son aprovechados por cibercriminales para cometer fraudes con mayor sofisticación. Y a mayor volumen de clientes y transacciones, mayor es la casuística y la probabilidad de intentos de fraude.
Aunque muchas pequeñas empresas enfrentan restricciones presupuestales para invertir en soluciones antifraude y de seguridad, la protección de los datos y transacciones debe verse como una inversión estratégica y no como un gasto.
“Hoy el potencial de la inteligencia artificial también es aprovechado por los cibercriminales. Por eso, si queremos estar un paso adelante, necesitamos estar a la vanguardia. Con la plataforma Kount de Equifax usamos la IA para detectar atributos y comportamientos anómalos que antes no podían ser identificados y lo más importante en tiempo real. Eso marca una diferencia sustancial en la prevención”, destaca Luciano.
La prevención efectiva del fraude no solo protege la rentabilidad del negocio. También preserva la confianza del consumidor, uno de los activos más valiosos en el entorno digital. Por ello, más allá del tamaño del negocio, el compromiso con la ciberseguridad debe ser transversal.
En definitiva, los fraudes digitales no van a desaparecer, pero sí se pueden minimizar con herramientas inteligentes y una cultura empresarial orientada a la prevención. En un mercado cada vez más competitivo, protegerse no es opcional, es parte del éxito.
