María Antonieta Alva, la ministra de la modernidad

Su amplia experiencia en el sector público, la convirtió en una de las ministras más jóvenes del gabinete Zeballos. 

Alva es considerada por sus maestros y ex compañeros de trabajo, como una persona apasionada en su profesión. Esto lo ha demostrado, en el gran interés por los problemas sociales, reflejado en su labor en diversos ministerios, como el de Desarrollo e Inclusión Social y de Educación.

A esto se suma, su participación en el equipo del saliente ex Ministro de Economía, Carlos Oliva, lo que respalda su conocimiento en la situación actual del país. Este punto es un plus a favor de su nueva gestión, que se espera la reactivación de la confianza de los inversionistas al Perú.

La Magister de la Universidad de Harvard durante su presentación en el ministerio de economía, afirmó que “el país necesita el compromiso y empuje para salir adelante… y que se debe afianzar las rutas que ya se tomó”. Además, consideró que se debe mantener la estabilidad macroeconómica, y que esto debe contribuir a mejorar las oportunidades de las personas.

Las palabras de la ministra reflejan el compromiso que todos deben asumir para el crecimiento del país, pero sobre todo el respeto por políticas que ayuden a cambiar a grandes rasgos situaciones que, han estado estancadas en los últimos meses.

Por otro lado, el planteamiento de estrategias que ayuden a impulsar la economía generaran una visión positiva en el empresariado, por lo que el reto de la Ministra Alva será hacer que la inversión pública consiga incrementarse y a la vez, cubrir las principales necesidades del país.

Marcel Ramírez, docente de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico en una entrevista para la voz del 21, aseguró que la experiencia que tiene la nueva ministra en la cartera de economía, ayudará al establecimiento de nuevas políticas tributarias, que generen que este no se vea tan ajustado el año que viene.

Ramírez recomienda que debe mantenerse un fortalecimiento en los ingresos fiscales permanentes, y esto se logrará mediante la impulso de la inversión pública, en el sector minero y no minero.

Estos criterios generaran una visión positiva para el Perú, además que contribuirá a que se pueda tener señales claras de cómo está avanzando la economía, y así de este modo, devolver la confianza que es un eje principal para la inversión.