Incorporar estas recomendaciones permite que los jardines no solo sean espacios decorativos, sino también aliados del ambiente.
En un contexto donde el cambio climático exige acciones concretas desde todos los sectores, el mantenimiento de áreas verdes en las organizaciones cobra un nuevo significado. Ya no se trata solo de conservar la estética de un jardín, sino de gestionarlo bajo principios ecológicos que contribuyan a la salud del entorno y al uso responsable de los recursos.
Según el reporte Green Buildings Market in Peru (Statista, 2024), cerca del 36% de los edificios de oficinas premium en Lima incluyen áreas verdes o terrazas ajardinadas como parte de su infraestructura. Esta tendencia evidencia una creciente preocupación por incorporar espacios naturales dentro de entornos corporativos, no solo como elemento visual, sino como parte de una estrategia integral de sostenibilidad.
“El jardín ecológico bien gestionado no solo mejora la calidad del aire y reduce la temperatura urbana, sino que también representa un compromiso activo con el medio ambiente y con el bienestar de las personas que lo rodean”, afirma Humberto Torres, Director de Facility Services del Grupo EULEN Perú.
Adoptar un enfoque responsable en la gestión de jardines corporativos se ha convertido en una necesidad para oficinas, industrias e instituciones educativas. En ese marco, Torres comparte cinco claves para un mantenimiento eficiente, funcional y alineado con buenas prácticas ambientales.
- Priorizar el uso de técnicas de riego eficientes. En ciudades como Lima, donde el recurso hídrico es limitado, optar por sistemas de riego reduce el desperdicio de agua. El riego localizado evita el crecimiento de maleza y reduce el riesgo de enfermedades.
- Utilizar productos orgánicos y compost. En lugar de fertilizantes químicos, se recomienda el uso de abonos orgánicos, compost elaborado con residuos vegetales o humus de lombriz. Estos productos no solo nutren el suelo de forma natural, sino que mejoran su estructura y retención de humedad.
- Control natural de plagas y enfermedades. Un jardín ecológico requiere prácticas de manejo integrado de plagas. Esto incluye el uso de insectos benéficos: extractos de plantas repelentes, y la rotación o asociación de especies.
- Selección de especies adecuadas al clima. Optar por plantas nativas o adaptadas al entorno local es otra estrategia sostenible. Estas especies suelen requerir menos agua y cuidados, además de atraer fauna útil como mariposas y aves.
- Capacitación continua del personal. Contar con personal capacitado en técnicas ecológicas y uso responsable de recursos. “No se trata solo de podar o regar, sino de entender cómo funciona un ecosistema. La formación técnica hace la diferencia en la calidad del servicio y en el impacto ambiental”, explica el ejecutivo de la compañía especializada en servicios integrales.
Incorporar estas recomendaciones permite que los jardines no solo sean espacios decorativos, sino también aliados del ambiente. Desde grandes empresas hasta pequeños espacios comunitarios, el mantenimiento ecológico de áreas verdes se presenta como una medida concreta para avanzar hacia una gestión más responsable de los recursos.