El retroceso del tipo de cambio ha puesto sobre la mesa una decisión clave: invertir en soles con mayor rentabilidad o en dólares como respaldo frente a la incertidumbre.
El dólar estadounidense ha retrocedido en el mercado peruano desde niveles cercanos a S/3,90 a inicios de año hasta cotizarse hoy alrededor de S/3,48, lo que refleja una apreciación de aproximadamente 10,7 % del sol en lo que va del 2025. Esta fuerte caída del tipo de cambio ha llevado a muchos peruanos a preguntarse si es momento de comprar dólares mientras están baratos, o si resulta más conveniente mantener sus ahorros en soles y aprovechar las tasas de interés más atractivas en moneda local.
De acuerdo con el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el sol se mantiene como una de las monedas más estables de la región, respaldada por más de US$70,000 millones en reservas internacionales y una inflación controlada dentro del rango meta de 1 % a 3 % anual. Este escenario respalda la confianza en la moneda local, que además ofrece rendimientos más altos: los depósitos a plazo en soles pagan tasas entre 4,1 % y 5,75 % anual, frente al rango de 2,5 % a 3,3 % que ofrecen los depósitos en dólares.
Para Max Huidobro, gerente general de Goal Capital, este contexto hace que mantener una porción importante del ahorro en moneda local sea la decisión más rentable y menos riesgosa para quienes tienen sus ingresos y obligaciones en soles. “La diferencia de tasas juega claramente a favor del sol, y además se evita la exposición al riesgo cambiario en el corto plazo”, explica.
Sin embargo, el especialista de Goal Capital recuerda que el dólar sigue siendo la divisa de referencia mundial y que descartar su papel no es recomendable. Aunque hoy su cotización se encuentra a la baja, tener una parte de los ahorros en dólares sigue cumpliendo una función de seguro. “Si en el futuro ocurre un repunte del tipo de cambio, ese capital servirá como protección para no perder poder adquisitivo. No se trata de apostar todo a una sola moneda, sino de encontrar un balance”, comenta Huidobro.
La recomendación es adoptar una estrategia mixta: entre 60 % y 70 % en soles y entre 30 % y 40 % en dólares. De esta manera, se aprovechan los beneficios que ofrece la moneda local en términos de rentabilidad, pero también se mantiene una cobertura en caso de que el dólar vuelva a subir en los próximos años.
Más allá de la decisión entre soles o dólares, Goal Capital resalta la importancia de definir cómo distribuir el dinero según el nivel de riesgo y los objetivos de cada persona. No todo debe ir a una cuenta de ahorro. La idea es dividirlo en distintos bloques. Una parte puede destinarse al ahorro seguro, como depósitos a plazo en soles, que brindan estabilidad y un interés fijo. Otra parte puede dirigirse a inversiones de bajo riesgo, como fondos mutuos de renta fija o bonos soberanos, que ofrecen una rentabilidad moderada pero estable y respaldada. Y un porcentaje menor puede orientarse a opciones con mayor potencial de ganancia, como instrumentos privados, fondos internacionales o incluso renta variable, siempre considerando la tolerancia al riesgo de cada ahorrista.
La lógica detrás de esta diversificación es sencilla: asegurar un piso con instrumentos conservadores que protejan el capital, sumar un bloque intermedio que lo haga crecer con bajo riesgo y, si el perfil lo permite, destinar un porcentaje reducido a alternativas de mayor rentabilidad. “Separar el dinero en bloques evita que todo dependa de una sola apuesta. Incluso con un dólar bajo, mantener un porcentaje en esa moneda da flexibilidad para aprovechar oportunidades internacionales”, señala Huidobro.
La baja del dólar abre una ventana de oportunidad para tomar decisiones financieras estratégicas. El sol ofrece estabilidad y tasas atractivas en el corto plazo, mientras que el dólar conserva su rol de refugio ante escenarios de incertidumbre global. Para Goal Capital, la clave está en no dejarse llevar por la coyuntura inmediata, sino en mantener disciplina, diversificar entre monedas y productos financieros, y proyectar las decisiones con visión de largo plazo.
