El nuevo informe de CENTRUM revela estancamiento y retrocesos en la mayoría de regiones del país.
Panorama general del ICRP 2025
El Índice de Competitividad Regional del Perú 2025 elaborado por CENTRUM muestra que, tras una década de medición, el país enfrenta un proceso de estancamiento y retroceso marcado por la inestabilidad política, el menor dinamismo económico y la falta de políticas públicas de largo plazo. La evaluación de las veintiséis regiones, incluida Lima Metropolitana y Lima Provincias, evidencia que los avances observados en los primeros años se han debilitado con fuerza en los últimos periodos. Solo siete regiones mejoraron sus capacidades en 2025, mientras que diecinueve retrocedieron, reflejando un comportamiento desigual y una estructura competitiva que no logra consolidarse.
Brechas territoriales más visibles
Lima Metropolitana mantiene el liderazgo con 61.6 puntos, seguida de Moquegua con 53.0 y Arequipa con 43.9. En el otro extremo, Cajamarca con 26.7, Ucayali con 26.0 y Amazonas con 24.5 registran los puntajes más bajos. La diferencia superior a treinta y siete puntos entre la primera y la última región confirma la fuerte concentración de capacidades competitivas en la capital y parte de la costa sur. El informe describe una tendencia de crecimiento sostenida hasta antes del 2021, seguida por una caída que impide al país establecer un camino claro hacia mayores niveles de competitividad.
Economía con menor dinamismo
El pilar Economía muestra una caída del promedio nacional de 25.1 a 23.2 puntos. Lideran Lima Metropolitana con 63.5, Moquegua con 52.9 e Ica con 42.1. Veinte regiones retrocedieron, lo que confirma la debilidad del dinamismo productivo, la desaceleración de la inversión privada y la mayor exposición a la incertidumbre interna y externa.
Gobierno con retrocesos marcados
El pilar Gobierno también evidencia caídas en la mayoría de los territorios. Lideran Lima Metropolitana con 69.2, Moquegua con 61.1 y Tacna con 53.4. En los últimos lugares aparecen Lambayeque con 41.0, Ucayali con 39.8 e Ica con 36.8. Aunque Amazonas y Puno presentan avances, estos no compensan los retrocesos registrados en regiones clave.
Infraestructura rezagada pese a una ligera mejora
Aunque el pilar Infraestructura sube 0.3 puntos en promedio, continúa siendo el más débil. Destacan Lima Metropolitana con 62.1, Callao con 35.1 y Arequipa con 32.3. La mayoría de regiones mantiene limitaciones de conectividad y calidad, lo que frena la integración productiva y reduce su capacidad para atraer inversión.
Entorno empresarial más incierto
El pilar Empresas cae de 41.9 a 40.1 puntos debido al deterioro del entorno para hacer negocios. Lideran Moquegua con 73.2, Lima Metropolitana con 52.6 e Ica con 52.2. Los menores puntajes corresponden a Huancavelica con 27.5, Amazonas con 25.6 y Tumbes con 25.0, lo que revela condiciones poco favorables para el impulso de nuevas iniciativas empresariales.
Personas con avances que no impulsan el crecimiento
En el pilar Personas sobresalen Lima Metropolitana con 60.7, Moquegua con 58.1 y Arequipa con 56.4. Si bien se observa una mejora general, esta no se traduce en mayor productividad ni actividad económica debido a las limitaciones persistentes en el entorno institucional, en la infraestructura y en la estructura productiva.
Mirada global del desempeño regional
El ICRP 2025 confirma que la competitividad en el Perú no avanza hacia una convergencia equilibrada. La costa sur y Lima Metropolitana concentran la mayor parte de fortalezas económicas y empresariales, mientras que gran parte de la sierra y la Amazonía permanece con capacidades muy bajas. Los avances conseguidos antes de la pandemia se han diluido por la inestabilidad política, el menor impulso de la inversión privada y las brechas estructurales que frenan un crecimiento más balanceado. Según Rubén Guevara, director general de CENTRUM, el retroceso del puntaje promedio desde el pico del 2022 y la caída simultánea de los pilares Economía y Empresas confirman que el país sigue operando sobre bases frágiles y con avances insuficientes para reducir las desigualdades regionales.






