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miércoles, diciembre 17, 2025
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Ciberseguridad en empresas: Cinco claves para prevenir ataques más sofisticados y minimizar riesgos

Con más de 45 mil millones de intentos de ciberataques en 2024, las empresas peruanas enfrentan un escenario alarmante. La sofisticación de los delitos digitales exige una transformación urgente en cultura organizacional, talento y tecnología.

Las empresas peruanas vienen enfrentando escenarios cada vez más complejos en materia de ciberseguridad. Según el reporte FortiGuard Labs realizada por Fortinet, durante el 2024 se registraron 45,500 millones de intentos de ciberataques en el Perú, nueves veces más a lo observado en 2023. Este crecimiento sostenido refleja cómo los ciberdelincuentes aprovechan el desarrollo de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, para potenciar la sofisticación de sus ataques.

Asimismo, entre los sectores que mayor impacto tienen se encuentran manufactura (17%), servicios empresariales (11%), construcción (9%) y comercio minorista (9%). Esta vulnerabilidad responde, en parte, a que las áreas de operaciones y producción han estado tradicionalmente aisladas de los sistemas centrales de las empresas, lo que ha sido aprovechado por los ciberdelincuentes para dirigir sus ataques.

“El panorama actual exige a las empresas peruanas fortalecer sus sistemas de ciberseguridad. En los últimos meses, Perú ha sido testigo de ataques cibernéticos a diversas instituciones. Estos incidentes evidencian la necesidad de que las organizaciones adopten estrategias robustas para defenderse mejor, ya que los atacantes pueden acceder a sistemas y datos críticos en muy pocas horas”, afirma María Belén Ortiz, directora de la carrera de Sistemas de Información y Ciberseguridad en UTEC y docente de la maestría de Engineering Management en UTEC Posgrado.

La especialista añade que es fundamental adoptar estrategias proactivas basadas en la gestión de riesgos, el desarrollo de talento especializado y la implementación de marcos normativos y tecnológicos robustos, lo cual resulta imprescindible para anticipar, detectar y mitigar vulnerabilidades antes de que escalen a incidentes críticos. Para ello, comparte cinco consejos clave para que las empresas peruanas fortalezcan su ciberseguridad:

  • Fomentar una cultura organizacional orientada a la ciberseguridad: La protección digital debe ser asumida como una responsabilidad compartida en todos los niveles. Capacitar al personal sobre riesgos como el phishing, el uso adecuado de contraseñas y la protección de datos es fundamental para reducir vulnerabilidades internas.
  • Mantener actualizados los sistemas críticos: Las actualizaciones constantes de software y sistemas operativos permiten cerrar brechas que podrían ser explotadas por los atacantes. Incluso en entornos de producción, es clave establecer protocolos que permitan actualizar sin afectar la operación.
  • Implementar herramientas de monitoreo inteligente: Soluciones que integren inteligencia artificial y análisis de comportamiento permiten detectar patrones anómalos en tiempo real, lo que brinda una capacidad de respuesta más rápida frente a amenazas emergentes.
  • Aplicar políticas estrictas de acceso a la información: Limitar los privilegios de acceso únicamente al personal que lo requiere disminuye la exposición de datos sensibles. La segmentación de redes y la autenticación multifactor son prácticas efectivas para este propósito.
  • Realizar simulacros de ciberataques y auditorías periódicas: Las pruebas de penetración y los ejercicios de simulación ayudan a identificar debilidades antes de que puedan ser explotadas por los ciberdelincuentes, fortaleciendo la capacidad de respuesta de la organización.

“Invertir en ciberseguridad es, en el fondo, invertir en sostenibilidad empresarial. Las organizaciones que logren incorporar esta mirada preventiva estarán mejor preparadas para enfrentar los cambios tecnológicos que seguirán transformando sus industrias”, concluye María Belén Ortiz.

 

Impulsando un enfoque sostenible, flexible y adaptativo para el cierre de minas en Sudamérica

Un cierre planificado y estructurado contribuye a una gestión más eficiente a lo largo del ciclo de vida de los proyectos.

En consonancia con los cambios sociales y ambientales, el sector minero en Sudamérica está avanzando hacia el cierre estratégico de minas, lo que representa una oportunidad para integrar criterios ambientales y financieros de una manera más sólida y responsable.

Paolo Puggioni y Giselle Vera, líderes en servicios de Cierre de Minas para Chile y Perú en Ausenco, una empresa global de ingeniería, consultoría y gestión de proyectos, afirman: “Hoy existe una valiosa oportunidad para fortalecer las buenas prácticas de ingeniería dentro de un marco normativo coherente y que guíen el cierre de minas en la región. La clave está en asegurar que los planes aprobados no solo sean ambientalmente responsables, sino también técnica y económicamente viables y sostenibles”.

Incorporar tempranamente un enfoque de cierre en las etapas de diseño conceptual y prefactibilidad, puede contribuir a una planificación más robusta y coherente a lo largo del ciclo de vida de los proyectos. Esta integración progresiva facilita el alineamiento con los requerimientos regulatorios, los estándares internacionales y los lineamientos corporativos, lo que a su vez puede favorecer procesos más eficientes de revisión, aprobación e implementación de los permisos de planes de cierre ante las autoridades correspondientes, resultando en un cierre más efectivo.

Un enfoque sostenible y adaptativo

Desde la experiencia de Ausenco, el enfoque más eficiente para abordar el cierre de una mina es aquel que integra la planificación y el diseño progresivo y flexible, gestiona proactivamente los riesgos y las oportunidades, y se adapta a los cambios en las operaciones mineras, el contexto social y la evolución regulatoria. “Un plan de cierre viable no es estático, sino que se va afinando constantemente a medida que avanza el proyecto”, señala Giselle Vera. Puggioni agrega: “La clave está en equilibrar los objetivos ambientales, sociales y económicos, con soluciones técnicamente viables que puedan ser validadas en campo”.

Ambos expertos destacan la importancia de seguir fortaleciendo la colaboración entre los sectores público y privado para avanzar hacia procesos de cierre de minas más efectivos y sostenibles. Enfatizan la necesidad de contar con marcos regulatorios que estén alineados tanto con las buenas prácticas de ingeniería y los estándares internacionales como con la realidad de cada país, promoviendo así una revisión continua y progresiva. De esta manera, se lograrán cierres exitosos, responsables y sostenibles, que se transformen en oportunidades y dejen un legado positivo.

Colaboración con las comunidades

Una de las prioridades de Ausenco en el cierre de minas es fomentar que las comunidades cercanas a los proyectos mineros sean parte del proceso de planificación y participen en la rehabilitación del sitio tras las operaciones mineras. “Nos esforzamos por minimizar el impacto ambiental y explorar usos alternativos al final de la vida útil de la mina, de modo que el sitio pueda ser sostenible a largo plazo” indica Puggioni.

Además, en algunas empresas se exige adoptar un enfoque de economía circular en el cierre de sus instalaciones: “La planificación temprana del cierre permite involucrar a las comunidades desde el inicio, generar confianza en el proceso y construir una visión compartida, cuidando las expectactivas de los diferentes stakeholders para el uso del territorio post-minería”, explica el experto.

Maximizando valor en el cierre de minas

Ausenco cuenta con experiencia en planes de preservación de activos para cierres de operaciones, aplicando metodologías de preparación operacional adaptadas a esta etapa, que optimizan el control de tareas, costos y cumplimiento normativo. Como parte de este enfoque, la firma desarrolla estudios de vida útil que permiten estimar la vida remanente o el valor residual de los activos, entregando información clave para la toma de decisiones. Esto incluye evaluar usos alternativos al término de la operación, como la reutilización de infraestructura minera para múltiples fines, lo que contribuye a reducir los costos de demolición, entre otros.

Además, abordar el cierre de forma progresiva y con un diseño adecuado puede representar una gran oportunidad para mejorar la eficiencia de los costos involucrados. “En nuestra experiencia trabajando en cierres de minas para diversos proyectos en la región, hemos identificado que aplicar análisis de alternativas costo-efectivas (Trade-Off) en los permisos de planes de cierre desde las primeras etapas puede marcar una gran diferencia en los resultados”, comenta Puggioni. “De hecho, nuestro equipo ha documentado y compartido estos aprendizajes en un artículo técnico desarrollado y presentado en algunos congresos especializados en Chile y Perú”, señaló.

Por su parte, Vera concluye que: “el cierre de una mina no debe ser el fin de una etapa, sino el inicio de un nuevo capítulo de desarrollo para las áreas intervenidas, debe ser una transición armoniosa.”

Ofensiva militar y política monetaria mantienen al mundo en vilo

Mientras el mundo contiene la respiración entre amenazas nucleares, tensiones comerciales y presiones inflacionarias, los mercados se mueven entre la esperanza de recortes de tasas y el miedo a una guerra de mayor escala. Washington arde políticamente, Medio Oriente está al borde del abismo y la Reserva Federal camina sobre la cuerda floja.

En una sesión marcada por una combinación de tensiones geopolíticas, decisiones de política monetaria, y perspectivas corporativas positivas, los mercados financieros enfrentan un escenario de incertidumbre estratégica y volatilidad calculada. Estados Unidos permanece en el centro de atención tanto por sus movimientos militares como por las reacciones de los mercados financieros, mientras Europa y Asia observan atentamente, con el sector corporativo global enfrentando desafíos regulatorios y presiones económicas simultáneamente.

Los futuros de EE.UU. abrieron ligeramente a la baja, condicionados por un entorno cargado de tensión en Medio Oriente, una volatilidad persistente en las condiciones de liquidez y expectativas divergentes sobre la política monetaria. La Reserva Federal enfrenta una presión creciente desde múltiples frentes. Thomas Barkin de la Fed declaró que no puede descartarse un repunte inflacionario derivado de los aranceles y advirtió que no existe urgencia en los datos para justificar un recorte de tasas. Mientras tanto, Christopher Waller indicó que, si bien la inflación por aranceles no parece persistente, su presencia es una preocupación válida. Waller remarcó que el mercado laboral sigue fuerte, aunque comienza a mostrar signos de debilitamiento, como una alta tasa de desempleo entre recién graduados y desaceleración en la creación de empleo. A pesar de ello, afirmó que la Fed tiene espacio para bajar las tasas en julio si las condiciones lo permiten, con la posibilidad de pausar si ocurren shocks externos.

Goldman Sachs mantuvo su pronóstico alcista para el S&P 500, proyectando que alcanzará los 6.100 puntos para fin de año y 6.500 dentro de doce meses, sustentado en el crecimiento económico sostenido, mayores beneficios corporativos y una disminución de los riesgos de recesión y comerciales. No obstante, el propio informe de la Fed reveló que la liquidez se deterioró sustancialmente a principios de abril en los mercados de acciones, bonos corporativos y municipales, aunque desde entonces ha mejorado, si bien persisten condiciones sensibles a la política comercial.

El presidente Donald Trump volvió a arremeter contra el presidente de la Fed, Jerome Powell, calificándolo de “imbécil” y sugiriendo que podría despedirlo, en medio de una publicación en la que alegó que los recortes de tasas podrían ahorrar un billón de dólares anuales al país. Trump también aseguró que los ataques estadounidenses contra las principales instalaciones nucleares iraníes fueron “un éxito militar espectacular”, anunciando que estas han sido completamente destruidas. Advirtió que cualquier represalia iraní será respondida con una fuerza superior, calificando los daños a Irán como “monumentales”.

En efecto, el conflicto entre EE.UU., Israel e Irán se ha intensificado dramáticamente. Medios israelíes confirmaron que sus fuerzas atacaron la carretera de acceso a la instalación nuclear iraní de Fordow, mientras que reportes paralelos indicaron explosiones en Tel Aviv, Negev y Haifa tras el lanzamiento de misiles por parte de Irán. La amenaza nuclear no ha sido erradicada, y aunque Dan Ives de Wedbush interpretó la operación como un “alivio” para los mercados, sugiriendo que la región está ahora “aislada”, la situación permanece inestable. Irán informó de un ataque a una base militar estadounidense en Siria, aunque no verificado, y reafirmó que las represalias están en curso. Además, prometió no detener el enriquecimiento de uranio para fines pacíficos, aunque mostró apertura diplomática con Europa.

En la dimensión diplomática, Irán manifestó estar listo para retomar las conversaciones nucleares, con el ministro de Relaciones Exteriores declarando una “atmósfera seria y respetuosa” en las charlas con la UE y el E3. Sin embargo, también rechazó categóricamente el “enriquecimiento cero”, especialmente bajo ataque militar. Funcionarios europeos, entre ellos los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido y Francia, junto al jefe de Política Exterior de la UE, reafirmaron su disposición a mantener abiertos los canales de diálogo y ampliar la agenda más allá del programa nuclear. La delegación Irán-E3 se reunió en Ginebra, aunque una parte habría abandonado las negociaciones en horas recientes, marcando posibles fricciones.

Desde Rusia, el presidente Putin señaló que la OPEP+ está aumentando gradualmente la producción de petróleo y que no se requiere intervención adicional en los mercados, pese al reciente aumento moderado de los precios provocado por la crisis en Medio Oriente. El viceprimer ministro ruso, Novak, reiteró el compromiso con Kazajistán para mantener la cooperación en el marco de la OPEP+. Putin también reafirmó su apoyo al derecho de Irán a un programa nuclear pacífico, expresó preocupación por una posible escalada hacia una Tercera Guerra Mundial y subrayó la alineación estratégica con China hacia un nuevo orden mundial.

En términos energéticos, el estrecho de Ormuz continúa operativo pese a las amenazas de cierre por parte del Parlamento iraní. Datos de Marinetraffic revelaron que tres petroleros y buques químicos se desviaron de la ruta, aunque otros tres que previamente habían cambiado de rumbo se dirigen ahora hacia el estrecho. Las ganancias iniciales del petróleo del 5,7 % al comenzar la semana se han diluido, ante la aparente continuidad del flujo marítimo. El recuento de plataformas petrolíferas Baker Hughes mostró un leve descenso, con 438 plataformas activas frente a 439 la semana anterior, y un total de yacimientos activos en EE.UU. cayendo a 554 desde 555.

En el ámbito corporativo, Apple se encuentra en intensas negociaciones con la Comisión Europea para evitar sanciones relacionadas con la App Store, en lo que podría tener consecuencias significativas sobre su modelo de negocio en el continente. Por su parte, Kroger superó las expectativas en sus resultados del primer trimestre de 2026, con un BPA de $1,49 frente al estimado de $1,45 y ventas de $45,1 mil millones, aunque levemente por debajo de las expectativas de $45,23 mil millones.

Bank of America presentó un informe detallado sobre las posiciones de los CTAs (Commodity Trading Advisors), indicando que las posiciones largas en oro continúan en consenso alcista, siguiendo la trayectoria del precio. En cuanto al EURO STOXX 50, el índice se mantiene como la posición más consensuada en renta variable, con preferencia por compras en escenarios de consolidación o tendencia alcista. Respecto al dólar estadounidense, el informe señala que su reciente subida –coincidente con la escalada del conflicto en Medio Oriente– no ha afectado significativamente las posiciones cortas sostenidas por los CTAs frente a EUR, GBP y MXN, mientras que se anticipan ventas de yenes japoneses frente al USD en la semana entrante.

En Canadá, los datos de ventas minoristas de mayo decepcionaron, con un descenso del -1,1 % frente al +0,3 % esperado, reflejando una contracción en el consumo. En contraste, el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia repuntó a 4 puntos en junio, superando ampliamente el pronóstico de -1,5 y mejorando desde el -4,0 anterior, lo cual brinda cierto alivio al panorama de actividad industrial.

Finalmente, el Ministerio de Hacienda de Japón no descartó la recompra de bonos del gobierno, y su estrategia fiscal recibió respaldo mayoritario por parte de los distribuidores. Mientras tanto, el mercado europeo sigue bajo presión, con la UE abandonando la propuesta de reducir el tope del precio del crudo ruso a $45, reflejo de las tensiones energéticas persistentes.

El entorno actual de los mercados financieros está definido por una combinación volátil de tensiones geopolíticas, decisiones monetarias inciertas y un ciclo económico que comienza a mostrar signos mixtos. La ofensiva militar de EE.UU. e Israel contra Irán ha añadido una nueva dimensión de riesgo, aunque el impacto inmediato ha sido percibido por algunos analistas como estabilizador regional. No obstante, el potencial de escalamiento sigue siendo elevado y mantiene al crudo, las materias primas y los activos de refugio como focos de atención crítica.

La Reserva Federal, atrapada entre los riesgos inflacionarios derivados de los aranceles y un mercado laboral que empieza a dar señales de fatiga, se aproxima a un punto de inflexión. Los datos actuales respaldan un posible recorte en julio, pero la falta de consenso interno y la sensibilidad del entorno internacional podrían inducir cautela adicional. En este contexto, los mercados probablemente enfrenten una volatilidad controlada, con rallys de alivio alternándose con retrocesos técnicos a medida que se procesan los acontecimientos.

Proyectando hacia el segundo semestre del año, si las tensiones en Medio Oriente no escalan más allá de su punto actual, y si la Fed confirma su disposición a recortes graduales, podríamos ver un entorno favorable para los activos de riesgo. No obstante, el riesgo latente de una política comercial más restrictiva y nuevas sanciones, especialmente en el sector tecnológico, podrían limitar los avances. Los próximos movimientos del S&P 500 y del crudo Brent serán termómetros clave del equilibrio entre narrativa de crecimiento y riesgo geoestratégico.

Julio Velarde lanza proyección optimista: Perú liderará el crecimiento en América Latina en 2025 y 2026

El presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), Julio Velarde, proyectó que el país se ubicará entre las tres economías con mayor crecimiento de América Latina durante los años 2025 y 2026, con tasas de expansión de 3.1 % y 2.9 %, respectivamente. Así lo anunció durante la presentación del Reporte de Inflación de junio de 2025.

Aunque la proyección de crecimiento para este año fue ajustada ligeramente a la baja (de 3.2 % a 3.1 %), debido a una menor producción minera, Perú mantendría una sólida posición regional, siendo superado solo por Argentina y Paraguay en el ranking de expansión económica.

Inversión privada en alza

Uno de los factores que sostiene estas proyecciones es el repunte de la inversión privada, cuya proyección de crecimiento fue revisada al alza: de 4.1 % a 5 % para este año. Velarde explicó que este avance será liderado principalmente por el sector minero, que mostraría un crecimiento de 7.3 % en 2025 y de 3.7 % en 2026.

“La confianza empresarial, la mejora del entorno externo y el avance de proyectos de inversión minera están dinamizando la economía más allá de lo previsto hace algunos meses”, afirmó el titular del BCR.

Estabilidad macroeconómica y control de la inflación

El reporte también resalta la estabilidad macroeconómica del país, con expectativas de inflación ancladas dentro del rango meta del BCR (entre 1 % y 3 %), lo que refuerza la percepción positiva sobre el clima de negocios y la previsibilidad en las decisiones de política monetaria.

Panorama regional

En el contexto latinoamericano, las proyecciones de crecimiento de Perú destacan en un entorno aún desafiante para varias economías de la región, que enfrentan presiones fiscales, inflación elevada y escasa inversión productiva.


Conclusión

Las cifras presentadas por el Banco Central confirman el papel estratégico de la inversión minera y la estabilidad macroeconómica como pilares del crecimiento proyectado del Perú. De mantenerse esta tendencia, el país consolidaría su liderazgo económico en la región, ofreciendo un entorno favorable para la atracción de capitales y nuevos proyectos.

Dólar en pausa, tormenta en camino: la calma cambiaria que podría estallar en el tercer trimestre

En medio de la volatilidad global y la incertidumbre política regional, el dólar ha dejado de ocupar los titulares diarios como eje de preocupación económica. Sin embargo, los analistas advierten que este “silencio cambiario” podría ser solo una calma transitoria. ¿Qué está pasando con el tipo de cambio? ¿Por qué el mercado parece haberle quitado el foco? ¿Y qué riesgos podrían activarse en el tercer trimestre?

Una calma con fundamentos mixtos

Desde inicios de 2025, el tipo de cambio se ha mantenido sorprendentemente estable, oscilando en márgenes que no encendieron alarmas en el sector privado. Las razones: un contexto internacional moderadamente favorable, precios de exportación sólidos para commodities clave como el cobre y el litio, y una política monetaria que —por ahora— inspira confianza en los inversores.

Además, la intervención discreta pero efectiva del Banco Central, sumada a una demanda contenida de dólares por parte del sector corporativo, ha permitido que la moneda estadounidense se mantenga fuera de escena.

¿Por qué el dólar dejó de ser noticia?

“Hay una sensación de control, incluso artificial, sobre la cotización. Pero eso no significa que los riesgos hayan desaparecido”, explica Luis Barrenechea, economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE). El especialista agrega que “el mercado está anestesiado por una estabilidad frágil, que podría romperse si se combinan factores externos adversos con desequilibrios internos aún no resueltos”.

Los nubarrones del tercer trimestre

De cara al tercer trimestre del año, varios elementos podrían alterar esta aparente paz cambiaria:

  • Escalada geopolítica en Medio Oriente, que podría disparar nuevamente los precios del petróleo y generar presiones inflacionarias globales.

  • Decisiones de la Reserva Federal (FED) respecto a las tasas de interés, que afectarían los flujos de capital hacia economías emergentes.

  • Factores internos, como una eventual desaceleración del crecimiento o tensión política preelectoral, que podrían incentivar una mayor dolarización de carteras y presionar al alza el tipo de cambio.

Empresarios atentos, pero no alarmados

En el ámbito corporativo, la calma cambiaria ha sido bienvenida, aunque los gerentes financieros siguen monitoreando con cautela. “Esta es una ventana de oportunidad para reestructurar pasivos en dólares o cubrir posiciones. Pero no debemos confiarnos. El dólar nunca se va realmente del radar”, afirma Carla Espinoza, directora de finanzas de una firma agroexportadora.


Conclusión

La aparente tranquilidad del dólar en el mercado peruano no significa ausencia de riesgos. El tercer trimestre se perfila como un período clave para evaluar si la estabilidad se consolida o si, por el contrario, vuelve la volatilidad. Como siempre, el tipo de cambio permanece latente en la ecuación económica, aunque ahora en silencio.

Guerra Israel-Irán HOY: escalada militar, respuesta iraní y posibles efectos económicos a nivel global

El conflicto entre Israel e Irán alcanzó un nuevo punto crítico este domingo 22 de junio, tras el anuncio del Gobierno de Donald Trump sobre el lanzamiento de la operación militar denominada «Martillo de Medianoche», dirigida contra las principales instalaciones nucleares de Irán. Según fuentes oficiales estadounidenses, la ofensiva “devastó” gran parte del potencial nuclear iraní, intensificando la tensión en todo Oriente Medio.

En respuesta, Irán lanzó una nueva oleada de ataques sobre posiciones israelíes y anunció que está evaluando el cierre del estratégico estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% del comercio mundial de petróleo. Esta advertencia ha generado preocupación inmediata en los mercados internacionales.

Impacto económico inmediato

Los precios internacionales del petróleo registraron un aumento del 11% en cuestión de horas, superando los USD 105 por barril, su mayor alza desde 2022. Analistas advierten que, de concretarse el cierre del canal de Ormuz, las cadenas de suministro energético se verían seriamente afectadas, lo que podría provocar un nuevo ciclo inflacionario a nivel global, con particular impacto en países importadores netos de combustibles.

Asimismo, las bolsas asiáticas y europeas cerraron a la baja, mientras Wall Street mostró alta volatilidad en sus primeras horas de negociación. Sectores como transporte, manufactura e industrias químicas ya proyectan aumentos de costos ante un posible encarecimiento del crudo y restricciones en la logística internacional.

Reacciones internacionales

La comunidad internacional se mantiene en alerta. La Unión Europea y Naciones Unidas han llamado a una desescalada inmediata del conflicto, mientras que potencias como China y Rusia han expresado su preocupación por el impacto que este enfrentamiento pueda tener sobre la estabilidad regional y la seguridad energética mundial.

El Departamento del Tesoro de EE.UU. evalúa nuevas sanciones económicas contra Irán, mientras se refuerzan los dispositivos de defensa en zonas estratégicas del Golfo Pérsico.

Perspectiva regional

En América Latina, los efectos podrían sentirse principalmente en el precio de los combustibles y alimentos importados, así como en la depreciación de monedas locales frente al dólar, si el conflicto se prolonga.