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viernes, diciembre 19, 2025
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¿Una nueva forma de financiar el crecimiento minero?

First Quantum acuerda con Royal Gold un pago adelantado de US$ 1.000 millones a cambio de parte de su producción futura de oro en Zambia.

La minera canadiense First Quantum Minerals ha cerrado un acuerdo estratégico con una filial de Royal Gold por US$ 1.000 millones mediante un contrato de “streaming” de oro. Este tipo de convenio permite a la empresa recibir un pago total por adelantado, sin necesidad de vender activos, a cambio de una porción del oro producido como subproducto en su mina de cobre Kansanshi, ubicada en Zambia.

El modelo de negocio firmado establece la entrega de oro en función de la producción de cobre recuperado: 75 onzas por millón de libras hasta llegar a 425.000 onzas, luego 55 onzas hasta otras 225.000, y finalmente 45 onzas por millón de libras en adelante. Además del pago inicial, First Quantum recibirá entre el 20 % y 35 % del precio spot del oro por cada onza entregada, dependiendo del cumplimiento de ciertos objetivos financieros.

Para Royal Gold, el acuerdo representa un acceso inmediato a flujo de caja proveniente de un activo de gran escala y larga vida útil. Se proyecta que la compañía recibirá alrededor de 12.500 onzas en 2025 y entre 35.000 y 40.000 onzas anuales en promedio durante la próxima década. Por su parte, First Quantum gana flexibilidad financiera para avanzar con la expansión S3 de US$ 1.300 millones en Kansanshi, un proyecto que refuerza su estrategia de largo plazo en la región y su creciente exposición al oro como valor refugio.

Un nuevo mapa energético se dibuja en Europa… y España quiere ser protagonista

El continente apuesta por el hidrógeno verde como el combustible del futuro, y propone una estrategia inédita para financiar su red de distribución sin sobrecargar a los pioneros.

Europa se prepara para la mayor transformación energética de su historia. En medio de la crisis provocada por la dependencia de combustibles fósiles y la urgencia por mitigar el cambio climático, la región avanza con un ambicioso plan basado en el hidrógeno verde, un combustible sostenible que no produce emisiones contaminantes.

El mercado europeo de carburantes ecológicos ya representa cerca del 55 % del volumen global. A pesar de los altos costos y la falta de infraestructura, el interés por estas tecnologías ha crecido de forma acelerada, y ahora los países buscan una solución conjunta para financiar su despliegue.

La propuesta más reciente proviene de ACER (Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía), que sugiere un mecanismo de asignación intertemporal. Este permitiría que los gastos en infraestructura —como las costosas redes de distribución de hidrógeno— se repartan entre los países que la usan hoy y los que la usarán en el futuro. Así, la inversión no recaería solo en los primeros adoptantes.

La lógica es clara: si el hidrógeno será el combustible común de mañana, todos deben contribuir a construir su red, incluso quienes hoy no tienen capacidad de uso pero lo harán a mediano o largo plazo. Esta fórmula reduciría el riesgo financiero y garantizaría una transición menos traumática, en un contexto donde la demanda aún es difícil de predecir.

En este nuevo escenario, España se posiciona como un actor clave. Según el informe Energy Transition Outlook de DNV, se espera que Europa demande 28 millones de toneladas de hidrógeno por año en 2050. España podría generar 2,5 millones de toneladas anuales, es decir, cerca del 10 % del total, gracias a sus potenciales yacimientos y capacidad de adaptación industrial.

Si se concreta esta estrategia, no solo se impulsaría la descarbonización del continente, sino que también se abriría una nueva etapa para las economías nacionales, con España en el grupo líder.

Túneles nórdicos, claves para una vieja ambición en el sur del continente

En la Patagonia chilena, un proyecto de conexión terrestre con Tierra del Fuego vuelve a estar sobre la mesa, esta vez respaldado por la experiencia técnica de Noruega, país líder en infraestructura subacuática.

La posibilidad de construir un túnel bajo el estrecho de Magallanes para unir Tierra del Fuego con el continente ha cobrado nuevo impulso gracias al respaldo de expertos noruegos, quienes avalan la viabilidad técnica de la obra basándose en su experiencia en infraestructura subacuática.

En febrero, una delegación de la Red Noruega de Túneles visitó Punta Arenas para presentar casos exitosos desarrollados en zonas remotas y con condiciones climáticas similares a las de Magallanes. Entre los ejemplos destaca el proyecto Nordoyvegen, que conectó islas noruegas con el continente mediante túneles y puentes, pese a atender un tránsito menor al que hoy cruza entre Punta Delgada y Bahía Azul.

Según Arild Petter Sovik, director de la red noruega de túneles, este tipo de obras «no son un lujo, sino una herramienta de desarrollo». Y en efecto, el túnel entre Primera Angostura (3,7 km) permitiría una conexión permanente que evite los problemas del actual servicio de ferris, afectado frecuentemente por el clima.

Además del beneficio para Chile, donde el proyecto es promovido por el gobernador regional Jorge Flies, el túnel tendría un impacto directo en Argentina: el 70% del tránsito actual lo genera ese país.

Estudios técnicos preliminares señalan que la zona es favorable para la perforación, con buena base rocosa y sin fallas estructurales. Los especialistas proyectan que una vez habilitada la vía, el tránsito podría aumentar entre 10% y 20% en el corto plazo, lo que también abriría posibilidades al comercio binacional, la logística y el turismo.

Aunque aún se requieren estudios detallados, como análisis sísmicos y mapeo geológico, los expertos coinciden en que el desafío ya no es tecnológico, sino político. Con financiamiento mixto y voluntad de ambos países, el sueño del túnel está más cerca de concretarse.

El hallazgo que podría redibujar el mapa energético global nace frente a Brasil

En un año estratégico, BP revela el mayor descubrimiento de petróleo y gas en 25 años en el bloque Bumerangue, a más de 400 km de Río de Janeiro.

La petrolera British Petroleum (BP) anunció este lunes el descubrimiento de petróleo y gas más importante de los últimos 25 años, al perforar con éxito un pozo en el bloque Bumerangue, ubicado en la Cuenca de Santos, a más de 400 kilómetros de la costa de Río de Janeiro, Brasil. El hallazgo, realizado a 5.800 metros de profundidad, atravesó una capa de hidrocarburos de aproximadamente 500 metros, en un yacimiento de carbonato que la empresa calificó como de “alta calidad”. La extensión del área explorada supera los 300 km², lo que equivale a tres veces el tamaño de la ciudad de Barcelona.

BP cuenta con el 100 % de participación en el bloque, adjudicado en una licitación organizada por la Agencia Nacional del Petróleo (ANP) en diciembre de 2022. El contrato opera bajo un modelo de producción compartida, con la estatal Pré-Sal Petróleo S.A. como gestora. Este descubrimiento consolida la presencia de BP en Brasil, donde ya opera desde hace más de cinco décadas y proyecta desarrollar un nuevo centro competitivo de producción en aguas profundas.

A pesar del entusiasmo por el hallazgo, la compañía señaló que los primeros análisis han detectado niveles elevados de dióxido de carbono (CO₂), lo que podría aumentar los costos de extracción y procesamiento. Se prevén estudios adicionales y más actividades de evaluación técnica, las cuales aún requieren aprobación regulatoria. Según Murray Auchincloss, CEO de BP, este hallazgo es clave para afianzar la rentabilidad a largo plazo, en línea con la estrategia de la empresa tras un difícil 2024 marcado por una caída de beneficios.

Gordon Birrell, vicepresidente ejecutivo de producción y operaciones, destacó que se trata de un éxito significativo para el equipo de exploración. “Refuerza nuestro compromiso con el crecimiento del upstream”, señaló. BP también anticipó que en 2026 perforará un nuevo pozo en el bloque Tupinambá, también en la Cuenca de Santos.

El hallazgo en Bumerangue se suma a una serie de descubrimientos relevantes en 2025, entre ellos en Trinidad y Tobago, Egipto, Libia, el Golfo de México, y avances importantes en África a través de Azule Energy, su empresa conjunta con Eni. De cara a 2030, BP prevé elevar su producción global a entre 2,3 y 2,5 millones de barriles equivalentes por día, con margen para crecer aún más hacia 2035.

¿Qué necesita Latinoamérica para que los usuarios accedan a servicios financieros más sofisticados?

La adopción de IA y agentes inteligentes en las finanzas exige una infraestructura conectada, moderna y alineada a nivel regional.

La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo la forma en que las personas interactúan con sus finanzas, tanto personales como empresariales. En este nuevo escenario, Latinoamérica se enfrenta al desafío de modernizar su infraestructura bancaria. Desde Prometeo, fintech especializada en el desarrollo de infraestructura financiera, comparte tres factores clave que pueden hacer a la región más conectada, interoperable y preparada para la adopción de tecnologías emergentes.

“La inteligencia artificial no solo transforma el uso de los servicios financieros, sino también sus usuarios. Hoy, no se trata solo de personas, sino también de agentes inteligentes que requieren una infraestructura capaz de operar sin intervención humana. Si la región no se adapta a esto, perderá su capacidad de competir y ofrecer servicios a la altura de la demanda global”, afirma Ximena Aleman, cofundadora y Co-CEO de Prometeo.

Aquí tres puntos clave para entender los retos y oportunidades que enfrenta Latinoamérica en este proceso de adopción financiera tecnológica:

  1. La IA necesita infraestructura financiera moderna: la automatización ya es una realidad. Agentes inteligentes, asistentes virtuales o sistemas de pago autónomos ya ejecutan tareas que permiten consultar saldos, programar pagos y gestionar las finanzas. Actualmente, el tráfico generado por bots supera al de los usuarios humanos en internet, por lo que para que estas soluciones funcionen de manera eficiente, es esencial contar con una infraestructura conectada, flexible y capaz de integrarse con los sistemas bancarios.
  2. Sin APIs abiertas, la región se queda fuera: los modelos de lenguaje de gran escala (LLMs) y agentes inteligentes requieren conectividad directa y segura con las instituciones financieras. Sin APIs que permitan a estos agentes operar sobre los sistemas bancarios, la región quedará fuera de la nueva ola digital. En respuesta a ello, Prometeo ha desarrollado Agentic Banking Infrastructure, una infraestructura que permite que los agentes inteligentes abran y validen cuentas bancarias, ejecuten pagos y gestionen datos financieros de forma segura y a gran escala, directamente desde la infraestructura bancaria, sin necesidad de intervención humana ni desarrolladores como intermediarios.
  3. La interoperabilidad es el gran pendiente: aunque la digitalización avanza, como lo demuestra la caída del uso de efectivo del 64% al 37% en menos de una década, la región aún no cuenta con una infraestructura verdaderamente integrada. La inclusión financiera también crece, ya que cerca del 70 % de los adultos ya tiene una cuenta y más de la mitad la utiliza digitalmente, a través de una tarjeta o un teléfono, según el Banco Mundial. Sin embargo, en Latinoamérica, cada país desarrolla soluciones locales sin conexión entre sí. Esta fragmentación limita la escala continental de productos financieros y frena la implementación de tecnologías como el Open Banking.

Brasil lidera la adopción del Open Banking en la región con más de 30 millones de usuarios, 52 millones de consentimientos activos y cerca de 2 mil millones de llamadas API semanales bajo su ecosistema de Open Finance. Este modelo permite a terceros ofrecer servicios personalizados, seguros y eficientes. Sin embargo, en países como México, Colombia o Chile persisten barreras regulatorias y técnicas. La ausencia de estándares comunes impide consolidar un mercado regional competitivo, alineado con las demandas de la IA y los agentes automatizados.

“El gran reto de la industria financiera en Latinoamérica no es sólo técnico, es de articulación regional. Todavía existen barreras de infraestructura que dificultan el acceso de los usuarios a servicios financieros más avanzados. Necesitamos pasar de iniciativas aisladas a un ecosistema interoperable que permita competir globalmente. La infraestructura ya no es una ventaja, es un requisito mínimo para que la región no se quede atrás frente a la automatización y los nuevos canales que la IA habilita”, concluye Ximena Aleman, cofundadora y Co-CEO de Prometeo.

Industrias intensifican su transición hacia la sostenibilidad con tecnologías de trazabilidad y eficiencia operativa

Según el CxO Sustainability Report 2024 de Deloitte, el 85 % de las organizaciones aumentaron sus inversiones en sostenibilidad; sin embargo, este impulso no siempre se traduce en resultados tangibles, lo que refleja la brecha persistente entre intención y ejecución en las estrategias climáticas globales.

En un contexto global donde la urgencia por reducir el desperdicio de recursos y la huella de carbono marca la agenda empresarial, la sostenibilidad en la cadena de valor ha dejado de ser una tendencia exclusiva del sector de alimentos y bebidas. Un reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF), en colaboración con el Instituto Potsdam de Investigación sobre el Impacto Climático (PIK) y CDP, reveló que solo el 10% de las empresas están logrando avances tangibles en sus objetivos climáticos y de naturaleza en el 2025.

Hoy, sectores intensivos en consumo energético como la minería, el petróleo y gas, así como las industrias de manufactura pesada, están adoptando tecnologías avanzadas para optimizar recursos, minimizar tiempos de inactividad y garantizar el cumplimiento normativo ambiental.

Según datos recientes, soluciones tecnológicas en el mundo están disminuyendo en un 20% la huella de carbono de las operaciones industriales y mejorar la eficiencia energética en un 30%. Esto se logra a través de plataformas como EcoStruxure™ de Schneider Electric, que integran monitoreo en tiempo real, trazabilidad inteligente y mantenimiento predictivo, elementos clave para el futuro de sectores extractivos y energéticos.

Tecnología al servicio de una industria más limpia

“La tecnología es una aliada estratégica en la transformación sostenible de industrias como la minería y la energía. A través de soluciones digitales, hoy es posible garantizar operaciones más limpias, eficientes y seguras, incluso en entornos de alta complejidad y riesgo”, explicó Vanessa Moreno, country manager de Schneider Electric para Perú y Bolivia.

La aplicación de herramientas como inteligencia artificial, automatización avanzada y análisis de datos en tiempo real, permite a las empresas industriales no solo cumplir con las exigencias ambientales actuales, sino también anticiparse a las regulaciones futuras. En sectores como el minero-energético, donde el impacto ambiental es considerable, estas tecnologías están revolucionando la forma de operar, posicionando a las compañías como líderes en responsabilidad ambiental y social.

Cabe señalar que, la sostenibilidad, junto con los criterios de gobernanza ambiental y social (ESG), ya no son vistos como un costo adicional, sino como un diferenciador clave en el mercado global. Índices como el Dow Jones Sustainability Index, así como certificaciones como ISO 20400 o el sello B-Corp, están influenciando directamente la valoración y percepción de las empresas por parte de inversores, clientes y comunidades.

“Hoy, grandes actores del sector minero y energético están replanteando sus estrategias de crecimiento desde una perspectiva sostenible. No se trata solo de reducir emisiones, sino de construir operaciones resilientes, transparentes y éticas”, añadió Moreno.

Un ejemplo relevante de esta transformación es la colaboración entre Schneider Electric y AVEVA, que ha permitido optimizar las operaciones de 23 de los principales productores industriales a nivel global. A través de la implementación de soluciones digitales de punta, estas empresas han logrado mejoras sustanciales en productividad, sostenibilidad y cumplimiento normativo.