13.7 C
Peru
viernes, diciembre 19, 2025
Inicio Blog Página 288

Scalability Day reúne al ecosistema de campeones tecnológicos para reivindicar su papel en la economía y competitividad europea

EsTech, la alianza de scaleups e inversores más relevantes de España, celebra su evento anual en el marco del Valencia Digital Summit, con el apoyo estratégico de ICEX y patrocinadores como BME, Clikalia y Shakers en colaboración con Startup Valencia. La jornada ha reunido a líderes europeos en innovación, inversión y política pública para debatir cómo las empresas de alto crecimiento deben liderar el nuevo modelo productivo y la seguridad económica europea.

Bajo el lema “Scaleups: de la microeconomía a la competitividad y la seguridad económica”, EsTech,  la alianza de scaleups más relevantes de España, ha celebrado en Valencia la tercera edición del Scalability Day. Para ello ha reunido líderes europeos del emprendimiento, la inversión y la política pública, que han debatido cómo acelerar el crecimiento de las scaleups y cómo posicionar a España como hub digital referente en Europa y puente hacia Latinoamérica.

Alineada con el Plan Nacional de Escalabilidad presentado por EsTech en 2024, esta edición del Scalability Day ha ofrecido una agenda centrada en soluciones concretas para mejorar el acceso a financiación, armonizar marcos normativos y reforzar el papel de las scaleups como actores económicos principales en la integración y fortalecimiento de Europa. La jornada ha incluido paneles con inversores institucionales, sesiones prácticas con CEOs de scaleups españolas y espacios de networking que han consolidado el evento como punto de encuentro estratégico para el emprendimiento tecnológico europeo.

“Si queremos que Europa compita con los grandes polos tecnológicos globales, necesitamos un marco fiscal ambicioso, una regulación armonizada y un mercado de capitales verdaderamente integrado. España tiene la oportunidad de crear campeones tecnológicos y liderar ese cambio. Junto a Madrid, ciudades como Valencia, Barcelona, Málaga o Bilbao están demostrando que tenemos talento, infraestructura y visión para convertirnos en uno de los grandes hubs digitales de Europa”, afirma Alister Moreno, presidente de EsTech. 

Uno de los ejes centrales del Scalability Day ha sido el análisis y apoyo al Régimen 28, una iniciativa que busca eliminar la fragmentación existente entre los Estados miembros, simplificar las normas, facilitar el acceso a infraestructuras, redes y servicios, así como mejorar la financiación de scaleups tecnológicas.

Para César Tello, director general de Adigital, “esta estrategia representa una oportunidad clave para consolidar Europa como uno de los ecosistemas emprendedores más avanzados a nivel internacional. La participación activa de organizaciones -tanto públicas como privadas- de manera coordinada es fundamental para garantizar que las necesidades del sector sean atendidas en la regulación europea”.

En esta misma línea, la Estrategia Europea para Startups y Scaleups ha sido otro de los ejes del debate, centrado en las recomendaciones necesarias para garantizar el crecimiento sostenido y la consolidación de las empresas tecnológicas en Europa. Estas propuestas recogen las prioridades trasladadas por EsTech, junto a Endeavor, SpainCap, Startup Valencia y TechBarcelona, en el documento presentado el pasado mes de marzo, que aboga por un marco regulatorio más armonizado, incentivos fiscales eficaces y un entorno financiero más accesible para las scaleups en todo el territorio europeo

En un momento en que la Unión Europea busca consolidar su soberanía digital y reforzar su competitividad global, EsTech ha decidido trasladar el Scalability Day a Valencia como parte de una estrategia para visibilizar el papel de España como hub digital referente en Europa. Con Valencia, Barcelona, Málaga, Madrid y Bilbao como hubs destacados, España está demostrando su capacidad para atraer talento, escalar innovación y generar impacto económico.

Fintech o bancos: ¿cuál conviene más a las empresas peruanas?

Antes de decidir con qué tipo de entidad operar, las empresas deben evaluar factores como la rapidez de atención y la competitividad del tipo de cambio. 

En los últimos años, el ecosistema financiero peruano ha evolucionado aceleradamente. Hoy, las empresas tienen más opciones para gestionar sus operaciones, desde la banca tradicional hasta las fintech especializadas en servicios digitales. Pero, ¿cuál es la mejor alternativa para cada necesidad?

Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), más del 56% de adultos ya está bancarizado. Esto demuestra un avance importante en inclusión financiera, pero también revela nuevos desafíos para las empresas que buscan eficiencia, rapidez y mejores condiciones de gestión.

Las entidades bancarias continúan siendo un pilar de solidez. Ofrecen respaldo, regulación y una amplia capacidad de fondeo, además de plataformas digitales cada vez más modernas. Sin embargo, muchos empresarios reconocen que los procesos pueden seguir siendo burocráticos: validaciones, límites horarios y costos que restan agilidad a las operaciones. “Los bancos ofrecen seguridad y estructura, pero su enfoque aún está más centrado en los procesos que en la experiencia del cliente”, comenta Marisol Quiñones, CMO de Rextie. “Para muchas pymes, eso significa tiempo perdido y menores márgenes de ganancia en operaciones financieras cotidianas”.

Las fintech, por su parte, han ganado terreno gracias a su enfoque en la agilidad y la experiencia del usuario. Estas empresas tecnológicas ofrecen herramientas que facilitan cobros digitales, operaciones en línea y automatizan procesos que antes requerían mayor tiempo y papeleo. “Las fintech entienden muy bien los dolores financieros de sus usuarios: la necesidad de realizar pagos o transferencias de forma inmediata, de tener control total sobre su liquidez y la comodidad de gestionar sus finanzas desde cualquier lugar”, explica Quiñones. “El objetivo es simplificar procesos que antes tomaban días o requerían acudir físicamente a una agencia”.

Lejos de reemplazar a los bancos, las fintech se apoyan en ellos. Mientras las entidades financieras proveen la infraestructura y la regulación, las fintech aportan tecnología, automatización y una atención más cercana. “En realidad no se trata de fintech versus bancos, sino de fintech con bancos”, precisa Quiñones. “Ambos actores se necesitan para ofrecer servicios más eficientes y seguros al usuario final”. Según EY, el 70% de las instituciones financieras en Latinoamérica evalúan alianzas con fintech para responder a las demandas de un consumidor cada vez más digital.

Antes de decidir con qué tipo de entidad operar, las empresas deben evaluar factores como la rapidez de atención, la competitividad del tipo de cambio, la seguridad de las operaciones y la facilidad de uso de las plataformas digitales. En ese equilibrio entre tecnología y respaldo institucional se define la nueva experiencia financiera para las empresas.

Más que elegir entre bancos o fintech, las empresas deben buscar una combinación que maximice eficiencia y seguridad. “La verdadera competencia hoy no está entre bancos y fintech, sino contra la inercia”, señala Quiñones. “Las compañías que adopten soluciones digitales sin perder respaldo institucional serán las que marquen la diferencia en los próximos años”.

Los principales KPIS de éxito para tu empresa

Por José Darío Dueñas Sánchez, Consultor de Negocios

Los Principales KPIs de Éxito para tu Empresa: Medir para Crecer

En el mundo empresarial actual, tomar decisiones basadas en datos es más que una ventaja: es una necesidad. Para saber si una empresa está avanzando hacia sus objetivos, necesita indicadores claros, precisos y relevantes. Es aquí donde entran los KPIs (Key Performance Indicators o Indicadores Clave de Rendimiento), herramientas que permiten medir el progreso, detectar oportunidades de mejora y enfocar los esfuerzos en lo que realmente importa.

Un KPI no es cualquier métrica. Es un indicador vinculado directamente a los objetivos estratégicos de la empresa. Por ejemplo, si el objetivo es aumentar las ventas, el KPI podría ser “crecimiento mensual de ingresos”. Si el objetivo es mejorar la experiencia del cliente, el KPI podría ser “índice de satisfacción”. La clave está en elegir KPIs que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un marco temporal definido (SMART).

Los KPIs varían según el área de la empresa. En marketing, pueden incluir el costo por adquisición (CPA), el retorno de inversión publicitaria (ROAS) o el tráfico web. En ventas, el ticket promedio, la tasa de conversión o el número de nuevos clientes. En operaciones, la eficiencia logística, el tiempo de entrega o el porcentaje de cumplimiento. En recursos humanos, la rotación de personal, el nivel de satisfacción del equipo o el tiempo promedio de contratación.

A continuación, exploramos tres KPIs esenciales para cualquier empresa, con ejemplos concretos:

  1. Tasa de Conversión de Ventas

Este KPI mide cuántos prospectos se convierten en clientes. Es fundamental para evaluar la efectividad del equipo comercial y del embudo de ventas. Se calcula dividiendo el número de ventas entre el número de leads o contactos generados.

Ejemplo: Una empresa de software genera 1,000 leads al mes y cierra 80 ventas. Su tasa de conversión es del 8%. Si mejora su proceso de seguimiento y logra cerrar 120 ventas con los mismos leads, la tasa sube al 12%, lo que representa un aumento del 50% en eficiencia comercial.

Este KPI permite identificar cuellos de botella, ajustar el discurso de ventas, mejorar la calificación de leads y optimizar campañas de marketing.

  1. Retención de Clientes

La retención mide cuántos clientes siguen comprando o renovando sus servicios en un periodo determinado. Es más rentable retener que captar, y este KPI refleja la calidad del producto, la atención al cliente y la fidelización.

Ejemplo: Una empresa de servicios contables tiene 500 clientes activos. Al finalizar el año, 400 siguen contratando. Su tasa de retención es del 80%. Si implementa un programa de fidelización y mejora la atención postventa, puede subirla al 90%, lo que representa 50 clientes adicionales retenidos, con un ticket promedio de S/ 2,000 anuales. Eso equivale a S/ 100,000 en ingresos conservados.

Este KPI ayuda a detectar problemas de satisfacción, anticipar cancelaciones y fortalecer la relación con el cliente.

  1. Margen de Beneficio Neto

Este KPI mide la rentabilidad real de la empresa, descontando todos los costos y gastos. Se calcula dividiendo el beneficio neto entre los ingresos totales. Es clave para evaluar la sostenibilidad financiera.

Ejemplo: Una empresa factura S/ 500,000 al mes y tiene un beneficio neto de S/ 75,000. Su margen es del 15%. Si reduce costos operativos y renegocia con proveedores, puede aumentar el beneficio a S/ 100,000, elevando el margen al 20%. Esto mejora la capacidad de reinversión, ahorro y crecimiento.

Este KPI permite tomar decisiones sobre precios, costos, inversiones y eficiencia operativa.

Además de estos tres, hay otros KPIs relevantes como el ROAS (retorno de inversión publicitaria), el NPS (Net Promoter Score), el tiempo de respuesta al cliente, el índice de rotación de personal, el crecimiento mensual de ingresos, el número de productos vendidos por categoría, entre otros. Lo importante es que cada empresa defina sus propios KPIs según su modelo de negocio, etapa de crecimiento y objetivos estratégicos.

Para que los KPIs sean efectivos, deben ser monitoreados regularmente, comunicados al equipo y usados como base para la toma de decisiones. No basta con medir; hay que interpretar, actuar y ajustar. Las empresas que lo hacen pueden detectar oportunidades, corregir desviaciones y acelerar su crecimiento.

En conclusión, los KPIs son el GPS de la gestión empresarial. Permiten saber dónde estás, hacia dónde vas y qué tan rápido te estás moviendo. Elegir los indicadores correctos, medirlos con disciplina y usarlos para mejorar es una práctica esencial para cualquier empresa que quiera crecer con inteligencia.

Arándanos peruanos vuelan con DP World Logistics rumbo a Nueva York

Con vuelos directos y cadena de frío garantizada, DP World Logistics fortalece su portafolio aéreo y acerca al agroexportador peruano a los mercados más competitivos del mundo.

DP World Logistics ha consolidado su participación en el negocio de chárteres aéreos de perecederos, tras gestionar con éxito sus primeros embarques de más de 400 toneladas de arándanos peruanos hacia Nueva York. Esta operación marca un hito para la compañía, al ampliar su portafolio hacia el transporte aéreo especializado y abrir nuevas alternativas que permiten a los productores peruanos llegar de forma más rápida, eficiente y competitiva a los principales mercados internacionales.

El primer envío se realizó para un cliente clave en el mercado agroexportador, que programó tres vuelos chárter de más de 100 toneladas cada uno, con arándanos cultivados en su fundo de Olmos, Chiclayo. Esta operación, en el marco de su estrategia de expansión en Estados Unidos, reafirmó su capacidad para llevar producción local a un destino estratégico y altamente competitivo como Nueva York, principal centro de distribución de arándanos en la costa Este del país, desde donde se abastece a cadenas minoristas y supermercados.

Para atender estas operaciones, DP World Logistics diseñó un esquema especializado que incluyó coordinación directa con aerolíneas, depósitos temporales en aeropuerto, y cadena de frío activa ininterrumpida. La aeronave fue cargada casi a su máxima capacidad, tras un trabajo conjunto de optimización de pallets y skids con el cliente, alcanzando un total de 104 toneladas. A este primer vuelo se sumaron dos adicionales, completando así las más de 300 toneladas enviadas.

El servicio también fue contratado por un actor líder de la agroexportación, que despachó más de 100 toneladas de arándanos desde su planta de Salaverry, Trujillo, garantizando la trazabilidad, inocuidad y seguridad en un tránsito aéreo menor a 12 horas.

“Estos envíos marcan un hito en nuestro compromiso de impulsar la agroexportación peruana con soluciones logísticas de primer nivel. Con un servicio aéreo especializado garantizamos que productos de alto valor, como el arándano, lleguen frescos y con calidad a su destino. En un mercado estratégico como Estados Unidos, que concentra la mitad de nuestras exportaciones, este tipo de operaciones son claves para sostener el liderazgo mundial del Perú en este cultivo”, afirmó Luis Lituma, gerente general de DP World Logistics en Perú.

Detalle de la operación

Todas las operaciones se realizaron mediante vuelos directos a Nueva York, garantizando la frescura de los arándanos y preservando la cadena de frío de inicio a fin. El transporte del campo hasta el aeropuerto se ejecutó en camiones con temperatura controlada y la carga se almacenó en cámaras de frío hasta su embarque en el avión.

Estos envíos consolidan y fortalecen la participación de DP World Logistics en el segmento aéreo de perecederos, un negocio clave para la agroexportación. A través de su servicio de Freight Forwarding aéreo, la compañía busca posicionarse como un socio estratégico del agroexportador peruano, ofreciendo soluciones ágiles, competitivas y de alto valor agregado.

“Continuaremos innovando para ampliar las alternativas logísticas disponibles para los exportadores peruanos, con servicios confiables y altos estándares que aseguren que sus productos lleguen en las mejores condiciones a los mercados más exigentes. Nuestra visión es convertirnos en referentes de cada segmento logístico en el que operamos”, finalizó Lituma.

El sector inmobiliario y de la construcción: motor clave del empleo en el Perú

Su efecto multiplicador impulsa la economía, la formalización laboral y el desarrollo regional.

El sector inmobiliario y de la construcción ocupa un rol estratégico en la economía peruana. Más allá de la creación de viviendas, oficinas y espacios urbanos, su impacto se extiende a una amplia cadena de valor que involucra a proveedores de materiales, transporte, servicios especializados y profesionales de múltiples disciplinas.

De acuerdo con Jorge Pinzón, gerente de soporte y gestión de riesgos en Urbana Perú, esta es una de las actividades con mayor capacidad de dinamizar la economía nacional. “La construcción genera y radia empleo en muchas vías. Estamos dentro del grupo de sectores que mueven una parte significativa de la economía del país. Detrás de cada proyecto hay industrias enteras trabajando: acero, cemento, metalmecánica, electricidad, carpintería, servicios, transporte. Todo eso forma parte del impacto real de lo que hacemos”.

Las cifras recientes confirman esa relevancia. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el empleo formal en el sector construcción creció 7,2 % en abril de 2025 respecto al mismo mes del año anterior, consolidando una tendencia positiva que refleja la reactivación progresiva del rubro. En tanto, datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) muestran que la construcción registró también el mayor incremento en ingresos promedio, con una subida de más del 21 % entre marzo y mayo de este año.

Estos resultados reafirman que la actividad constructora no solo sigue generando puestos de trabajo, sino que mejora la calidad del empleo en un contexto en que la formalización laboral es todavía un desafío pendiente.

Para el vocero, este avance es esencial para fortalecer la sostenibilidad del sector. “En un país donde la informalidad supera el 70%, nuestro trabajo también contribuye a formalizar. Cada obrero o técnico que pasa a trabajar en un proyecto formal gana estabilidad, acceso a salud, pensión y crédito. Es un beneficio social, pero también económico: empresas más sólidas y trabajadores más capacitados”.

El impacto laboral de la construcción es amplio y transversal. Cada edificio o conjunto habitacional activa empleos en diseño, ingeniería, arquitectura, control de calidad y supervisión técnica, además de miles de puestos en obra. A eso se suman los servicios indirectos —proveedores de materiales, transporte y acabados— que multiplican el efecto en la economía local.

La coyuntura reciente, marcada por mayores tasas de interés y menor acceso al crédito hipotecario, ha moderado el ritmo de lanzamientos y, por tanto, la generación de nuevos puestos. Sin embargo, la mejora en la calidad del empleo y el impulso de proyectos más sostenibles y de largo plazo abren espacio para una recuperación sólida en 2026.

“Cuando las condiciones macroeconómicas son favorables —tasas estables, acceso al financiamiento y confianza en el mercado— el sector responde de inmediato. Se acelera la venta, se inician nuevas obras y se contrata más personal. Por eso es clave mantener un entorno estable que nos permita seguir generando empleo formal y desarrollo urbano sostenible”, añade el vocero.

El desarrollo inmobiliario en regiones enfrenta aún importantes desafíos para consolidarse de manera sostenible. Pinzón explica que el crecimiento fuera de Lima avanza de forma gradual, impulsado por la demanda interna y el dinamismo económico de algunas ciudades, pero requiere de mayores condiciones de formalización laboral, infraestructura pública eficiente y servicios de calidad para los ciudadanos. “El potencial de las provincias es enorme, pero su consolidación depende de un entorno más formal y de una gestión urbana que acompañe el crecimiento del sector”, señala.

Con su impacto en la cadena productiva, en la formalización laboral y en la creación de oportunidades en todo el país, el sector inmobiliario y de la construcción seguirá siendo uno de los principales motores del empleo en el Perú.

 

Como buscar un océano azul en la gestión de empresas

Por José Darío Dueñas Sánchez, Consultor de Negocios

Cómo Buscar un Océano Azul en la Gestión de Empresas: Innovar para Crecer sin Competencia

En el mundo empresarial, competir en mercados saturados puede convertirse en una batalla constante por precios, promociones y diferenciación mínima. Esta lucha se conoce como “océano rojo”, donde las empresas nadan entre tiburones, peleando por una porción del mercado existente. Frente a esta realidad, surge una alternativa estratégica: el “océano azul”. Este concepto, desarrollado por W. Chan Kim y Renée Mauborgne, propone crear nuevos espacios de mercado donde la competencia es irrelevante porque simplemente no existe.

Buscar un océano azul implica innovar en valor. No se trata de mejorar lo que ya existe, sino de redefinir las reglas del juego. Las empresas que lo logran no compiten por cuota de mercado, sino que crean demanda nueva. Esto requiere visión, creatividad y una profunda comprensión del cliente.

El primer paso es identificar las fronteras del mercado actual

¿Qué está ofreciendo la industria? ¿Qué da por sentado? Por ejemplo, en el sector hotelero, se asumía que los viajeros querían lujo o economía. Airbnb rompió esa lógica al ofrecer experiencias locales en casas particulares, creando un océano azul en la hospitalidad colaborativa.

Luego, se debe analizar a los no clientes

¿Quiénes no están comprando en tu industria y por qué? Cirque du Soleil lo hizo al notar que los adultos no iban al circo. Eliminó los animales, agregó narrativa, música y estética teatral, y creó un espectáculo para un público completamente nuevo.

Otra técnica es redefinir la propuesta de valor

¿Qué atributos puedes eliminar, reducir, aumentar o crear? Este es el núcleo de la matriz ERAC (Eliminar, Reducir, Aumentar, Crear). Por ejemplo, la marca Yellow Tail simplificó el vino para consumidores no expertos, eliminando tecnicismos y etiquetas complejas, y creó una categoría accesible y divertida.

También es útil explorar industrias alternativas. ¿Qué soluciones buscan los clientes fuera de tu sector? Nintendo lo hizo con la Wii, al no competir con consolas de alto rendimiento como Xbox o PlayStation. En cambio, creó una consola familiar, accesible y basada en movimiento, captando un público nuevo.

En la gestión empresarial, buscar un océano azul implica cuestionar procesos, modelos y canales. Una empresa de logística puede dejar de competir por velocidad y precio, y enfocarse en trazabilidad y sostenibilidad, creando valor para clientes conscientes. Un restaurante puede dejar de competir por platos y precios, y ofrecer experiencias gastronómicas temáticas, como cenas en la oscuridad o cocina ancestral.

Un ejemplo latinoamericano es Rappi. En lugar de competir con apps de delivery tradicionales, amplió su propuesta a servicios personales, pagos, compras y hasta préstamos. Así, creó un ecosistema de soluciones urbanas que lo posicionó como un océano azul en la vida cotidiana.

Otro caso es el de Nubank, en Brasil. En un mercado bancario dominado por grandes instituciones, Nubank eliminó sucursales físicas, redujo comisiones y creó una experiencia 100% digital, enfocada en jóvenes. Hoy tiene más de 80 millones de clientes en América Latina.

Para aplicar esta estrategia, las empresas deben fomentar una cultura de innovación. Esto implica empoderar a los equipos, escuchar al cliente, experimentar y aceptar el riesgo. No todos los océanos azules serán exitosos, pero cada intento enseña algo valioso.

Además, es clave proteger el océano azul. Una vez creado, otros querrán entrar. Por eso, se debe seguir innovando, construir marca, fidelizar clientes y evolucionar constantemente. Netflix, por ejemplo, creó un océano azul al ofrecer streaming sin comerciales. Hoy enfrenta competencia, pero sigue innovando con contenido original y modelos de suscripción diferenciados.

En resumen, buscar un océano azul en la gestión de empresas es una invitación a pensar diferente. Es dejar de competir por lo mismo y empezar a crear lo que nadie ha imaginado. Con herramientas como la matriz ERAC, el análisis de no clientes y la exploración de industrias alternativas, cualquier empresa —grande o pequeña— puede encontrar su espacio único en el mercado.