Mientras los agroexportadores encuentran alivio en la caída de tarifas aéreas, los costos del transporte marítimo se disparan y elevan la presión logística sobre exportadores e importadores peruanos.
El panorama logístico internacional muestra dos tendencias opuestas que impactan directamente al comercio exterior del Perú: por un lado, los fletes de carga aérea registran una baja significativa; por otro, los costos del transporte marítimo continúan en ascenso, afectando especialmente a exportadores agrícolas y operadores de productos refrigerados.
Según ComexPerú, el Índice Global de Flete Aéreo (Freightos Air Index) se ubicó en US$ 2.22 por kilogramo en la segunda mitad de junio de 2025, marcando una caída de 5.53% frente a los US$ 2.35 registrados en mayo. Esta reducción ha favorecido principalmente a agroexportadores, cuyos envíos por vía aérea crecieron 32.2% entre enero y abril, alcanzando las 36.203 toneladas. Productos como mangos, espárragos y arándanos frescos concentraron más del 65% de estos despachos.
En contraste, el transporte marítimo –que moviliza más del 95% del comercio exterior peruano– muestra una tendencia al alza. El World Container Index (WCI) de Drewry, por ejemplo, registró en junio un valor de US$ 3,543 por contenedor, un aumento del 58.6% en comparación con los US$ 2,233 de mediados de mayo. En tanto, el Global Container Freight Index (FBX) osciló entre los US$ 3,543 y US$ 3,704.25.
Este repunte impacta especialmente a exportadores peruanos, cuyos costos logísticos pueden representar entre el 20% y el 50% del valor de los productos. En el caso del sector agrícola, dicho costo puede superar el 21%, con casos como el de la cebolla, donde la logística llega a duplicar los porcentajes de países vecinos.
Alberto Ego Aguirre, presidente de la Comisión de Asuntos Portuarios de la Cámara de Comercio de Lima, indicó que los fletes marítimos de carga congelada fluctúan entre US$ 3,500 y US$ 4,500 por contenedor refrigerado de 40 pies en puertos peruanos. Atribuye esta alza, en parte, al alto costo de los combustibles importados que utilizan los buques durante sus operaciones locales.
Sin embargo, también existen factores internacionales. Juan Carlos León Siles, experto en comercio exterior, señala que la congestión en puertos europeos y la reducción en la frecuencia de viajes de las navieras están reduciendo la oferta global de transporte y encareciendo los fletes. A esto se suma el conflicto comercial entre EE.UU. y China, cuyos efectos aún generan distorsiones en las rutas transpacíficas.
A nivel local, los problemas logísticos se intensifican por la congestión persistente en el puerto del Callao, lo que ha elevado los fletes terrestres en camiones en alrededor del 10% en los últimos años, según León Siles.
Así, mientras la carga aérea gana atractivo para ciertos sectores, el alza marítima genera una presión sostenida sobre la competitividad logística del país. Una situación que obliga a repensar estrategias de eficiencia en infraestructura, costos y diversificación de rutas.






