Desde hace cinco años, al menos 16 grandes proyectos de infraestructura pública en Chile no han podido iniciar obras pese a estar adjudicados y contar con financiamiento. La ralentización se debe a trabas como expropiaciones, permisos y trámites internos.
Un total de 25 concesiones adjudicadas desde 2020 en Chile permanecen con ejecución desigual. De ellas, solo nueve presentan algún tipo de avance en obras, y únicamente dos han superado el 50% de progreso. El resto, en su mayoría, sigue paralizado. Así lo advirtió Gloria Hutt, presidenta de la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (Copsa), al alertar que más de US$10.000 millones están en juego.
Entre las razones que explican la inacción figuran problemas para expropiar terrenos, dificultades para obtener permisos, cambios en proyectos de referencia y demoras en el Ministerio de Obras Públicas (MOP). Incluso existen casos como el del mejoramiento de la Ruta 5 entre Talca y Chillán, adjudicado en 2021 a la china CRCC, que aún no supera la fase de ingeniería.
El proyecto más ambicioso, por monto de inversión, es el de la Ruta 68 (Santiago-Valparaíso-Viña del Mar), a cargo de la española Sacyr, con una inversión estimada en US$1.400 millones. La obra incluye la ampliación de capacidad y la construcción de nuevos túneles.
Otros proyectos en espera incluyen hospitales (como el Instituto Nacional del Cáncer), aeropuertos y un centro penitenciario, todos paralizados pese a contar con recursos ya comprometidos.
Ante esta situación, Copsa propone cambiar los mecanismos de diseño y adjudicación, de forma que las licitaciones se realicen con permisos críticos ya resueltos. “Así, el riesgo del tiempo no se transfiere al inversionista que busca ejecutar en plazos cortos”, señaló Hutt.
La Dirección General de Concesiones del MOP fue contactada, pero hasta el momento no ha emitido declaraciones.
