En los días 16 y 17 de octubre de 2025, más de 300 líderes educativos, estudiantes, narradores y profesionales se reunieron en Greensboro (Carolina del Norte) para participar en la quinta cumbre anual de LatinxEd, bajo el lema “Ignite & Unite” (“Encender y Unir”).
La directora de liderazgo de LatinxEd, Kiara Aranda, en su discurso de apertura definió el evento como “una celebración de nuestra gente, nuestro poder y nuestro propósito”, al tiempo que lo presentó como una oportunidad para “construir conexiones que impulsen y unan a nuestras comunidades hacia adelante”.
Liderar con esperanza en tiempos complejos
En un panel sobre “educación latina en una nueva era política”, los co-fundadores de LatinxEd, Elaine Utin y Ricky Hurtado, abordaron la necesidad de enfrentarse a “la realidad de este momento”, en lugar de ignorarla. Hurtado destacó que permitirse “llorar y sentir lo que necesito sentir” es clave para luego continuar con acción.
Utin explicó que la diferencia entre esperanza y simple positividad radica en que la esperanza es una práctica, una disciplina que se ejerce aún cuando no se quiere. “La esperanza es una disciplina. La haces aunque no quieras”, dijo.
Prioridades políticas para la educación latina
Durante el evento, LatinxEd presentó su primer conjunto de prioridades políticas bajo el marco denominado REAP:
- Representation (Representación): Aumentar la inversión en docentes multilingües y multiculturales.
- Engagement (Participación): Expandir el acceso al idioma y la participación familiar.
- Adequate Funding (Financiamiento adecuado): Garantizar que las escuelas públicas reciban los recursos necesarios.
- Postsecondary Pathways (Itinerarios postsecundarios): Mejorar el acceso a la educación superior y al desarrollo de la fuerza laboral.
Estas prioridades emergieron de un proceso de escucha comunitaria que incluyó foros en varios condados de Carolina del Norte.
El crecimiento de la población latina en Carolina del Norte ha sido significativo. A pesar de ello, persisten brechas importantes: por ejemplo, los estudiantes latinos representan un porcentaje alto del sistema educativo, mientras que la representación de educadores latinos es todavía muy reducida.
Esto implica que, para que los estudiantes latinos puedan tener éxito de forma equitativa, no basta con lograr que accedan a la educación: también se requiere que el sistema educativo sea inclusivo, representativo, y que las voces latinas estén presentes tanto en las aulas como en la estructura de liderazgo.
La “disciplina de la esperanza” se plantea como un componente cultural y organizacional esencial para que los educadores latinos, los estudiantes y las comunidades puedan avanzar aun en contextos de incertidumbre política, presupuestaria y social.






