El gobierno argentino aprobó a Southern Energy S.A. un permiso histórico para exportar Gas Natural Licuado desde Vaca Muerta, con la exigencia de construir un gasoducto de 470 km entre Neuquén y Río Negro.
La Secretaría de Energía de Argentina otorgó a Southern Energy S.A. (SESA) la segunda autorización para exportar Gas Natural Licuado (GNL) por un período de 30 años, entre el 1° de septiembre de 2028 y el 31 de agosto de 2058. El proyecto contempla la instalación de un segundo buque licuefactor en la costa de Río Negro, con el objetivo de abastecer la creciente demanda internacional de gas.
La condición clave: el gasoducto Tratayén-San Antonio
La Resolución 353/2025 establece que la autorización solo será efectiva si se concreta la construcción de un gasoducto de 470 kilómetros entre Tratayén (Neuquén) y San Antonio (Río Negro). Esta obra, que será ejecutada por un consorcio integrado por PAE, YPF, Golar, Pampa y Harbour Energy, permitirá transportar 28 millones de metros cúbicos diarios de gas natural.
Límites y volúmenes autorizados
El certificado fija los siguientes parámetros para la exportación:
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Cantidad máxima diaria (CMD): 548.900 MMBTU.
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Cantidad máxima anual (CMA): 191.241.750 MMBTU.
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Cantidad total (CT): 5.464.050.000 MMBTU.
Ambos buques licuefactores estarán operativos en 2028 y aportarán 6 millones de toneladas anuales de GNL, equivalentes a casi 27 millones de metros cúbicos de gas natural por día.
Estabilidad regulatoria y marco legal
La resolución remarca que la estabilidad exportadora dependerá de la finalización de la infraestructura. En caso de retrasos, la empresa deberá recurrir a la capacidad existente, ya sea firme o interrumpible. El proyecto se enmarca en la Ley 27.742, que flexibiliza las exportaciones de gas, y en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), herramienta que busca atraer capital extranjero.
Inversión y perspectivas económicas
Southern Energy invertirá más de 3.200 millones de dólares en la primera fase (2024-2031) y cerca de 2.800 millones en la segunda etapa (2032-2035). En total, se estima una inversión superior a 15.000 millones de dólares a lo largo de la vida útil del proyecto, impulsando tanto el desarrollo de Vaca Muerta como la actividad en el upstream argentino.






