- La nueva Comisión Multisectorial de la Taxonomía de Finanzas Verdes propondrá una clasificación técnica de actividades económicas que cumplan con los objetivos de sostenibilidad ambiental.
- La comisión busca incorporar aprendizajes de países como Colombia y la Unión Europea, evitando duplicidades regulatorias y acelerando la implementación de estándares globales.
Mediante el Decreto Supremo N° 154-2025-EF, publicado el 26 de julio de 2025, el Gobierno peruano creó la Comisión Multisectorial de la Taxonomía de Finanzas Verdes, un grupo de trabajo encargado de proponer una clasificación técnica de actividades económicas que contribuyan a los objetivos de sostenibilidad ambiental.
Diego Harman, socio de Derecho Mercantil en Garrigues, indicó que esta medida, alineada con la Hoja de Ruta de Finanzas Verdes y la Política Nacional de Competitividad y Productividad 2024–2030, busca canalizar recursos hacia proyectos de alto impacto ambiental positivo y proporcionar mayor certidumbre a los mercados financieros.
La comisión, presidida por el Ministerio de Economía y Finanzas y conformada por representantes de diez entidades públicas, tendrá un plazo de 360 días para presentar un diagnóstico del estado actual de las finanzas verdes en el país y un informe técnico con la propuesta de taxonomía.
Entre sus funciones también se incluye la posibilidad de conformar equipos técnicos especializados y convocar a expertos o representantes de organismos públicos y privados. Para Harman, la reciente creación de esta comisión representa una oportunidad única para el sector empresarial y financiero del país.
“Esta iniciativa no solo promueve la inversión responsable y sostenible, sino que también abre nuevas puertas para el crecimiento económico y la competitividad en el mercado global”, apuntó.
Asimismo, el experto en energía, anticipó que , en la medida que los objetivos de esta comisión sean cumplidos, el impacto en el mercado será la existencia de mayor transparencia para inversionistas nacionales e internacionales, la atracción de fondos ESG y multilaterales. Todo ello gracias a una taxonomía alineada con modelos como el de la UE y en consecuencia el impulso a sectores estratégicos como energía renovable, transporte limpio y agricultura sostenible.






