Advierten que estabilidad económica hacia 2031 está en peligro

El Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) alertó que la estabilidad económica del Perú podría verse comprometida hacia 2031, si no se toman medidas urgentes para reconstruir el espacio fiscal en los próximos cinco años. Un estudio, elaborado por el investigador Carlos Casas Tragodara, advierte que el país enfrenta un escenario de alta vulnerabilidad fiscal.

Tras el esfuerzo fiscal que implicó la pandemia del COVID-19, el país redujo drásticamente su espacio fiscal, la capacidad del Estado para incrementar el gasto o aplicar estímulos sin comprometer su sostenibilidad financiera; con ello, el Fondo de Estabilización Fiscal (FEF) pasó de más de 9,000 millones de dólares en 2014 a apenas 1 millón en 2020, mientras que la deuda pública se elevó de 26% del PBI en 2019 a 34% en 2020.

Carlos Casas, investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), presenta una serie de propuestas para la recuperación del espacio fiscal entre 2026 y 2031, sin comprometer el crecimiento ni la estabilidad macroeconómica, en el estudio Un rompecabezas elusivo: La reconstrucción del espacio fiscal en el periodo 2026-2031.

“Ha sido muy costoso (para el Perú) cuando las políticas fiscales son muy expansivas y los gastos empiezan a financiarse cada vez más con una mayor proporción de deuda. El costo del ajuste lo asume la sociedad y afecta el crecimiento de largo plazo del país”, explica Casas.

Estabilidad, sostenibilidad y disciplina

La investigación, desarrollada en el marco de la iniciativa Agenda 2026 del CIUP, plantea que la estabilidad macroeconómica es la base del crecimiento sostenido. No obstante, la situación actual —marcada por déficits fiscales continuos y crecientes presiones políticas por mayores gastos— pone en riesgo esa estabilidad.

“Si la tendencia actual (de gasto) no se controla podemos terminar en una situación cercana a la insolvencia y en donde los mercados nos perciban como un país riesgoso desde el punto de vista macroeconómico”, explica Casas, quien recuerda que el Perú mantiene reglas fiscales que limitan el déficit al 1 % del PBI y la deuda pública al 30 %.

Actualmente, dentro de los principales factores que agravan la fragilidad fiscal prevalecen el incremento del gasto corriente, la aprobación de leyes con impacto tributario negativo y la falta de control en empresas estatales deficitarias.

En esta línea, el estudio advierte que, si el país no actúa pronto, podría enfrentar un deterioro del riesgo soberano, aumento en el costo del crédito y menor margen para políticas contracíclicas.

Para revertir esta tendencia, Casas plantea una estrategia integral de consolidación fiscal basada en cuatro ejes:

  • Mejorar la recaudación tributaria

Perú mantiene una presión tributaria promedio de 15 %, por debajo del promedio latinoamericano (17,8 %) y de la OCDE (24,6 %). Bajo esa línea, para ampliar la base tributaria resulta necesario combatir la evasión y la informalidad mediante políticas diferenciadas y el aprovechamiento de la tecnología.

  • Elevar la calidad y eficiencia del gasto público

El estudio estima que la corrupción y la ineficiencia podrían costar al Estado más del 1 % del PBI anual. Por ello, se debe apuntar a la reducción de ese margen con el fin de mejorar la transparencia en las contrataciones, fortalecer la planificación del gasto y aplicar evaluaciones de impacto para reasignar recursos hacia programas con mayor retorno social.

  • Reforma de las relaciones fiscales intergubernamentales

Las recientes normas promulgadas, como el aumento del FONCOMUN, generan desequilibrios verticales y presión sobre el presupuesto nacional. Frente a ello, propone una reforma del sistema de transferencias y la creación de bases tributarias propias a nivel subnacional.

  • Acuerdo político por la estabilidad fiscal

En el documento se subraya que la sostenibilidad de las finanzas públicas no depende solo del Ministerio de Economía y Finanzas, sino de la coordinación entre poderes del Estado. “El consenso político en torno a la prudencia fiscal es tan importante como la política misma; sin él, ninguna regla se cumple”, sostiene el autor.

Hacia una nueva disciplina fiscal

El estudio concluye que el reto para el periodo 2026–2031 será reconstruir el espacio fiscal sin frenar la recuperación económica, asegurando que la deuda crezca a un ritmo menor que el PBI y que el déficit retorne a su límite de 1 % del mismo. “La reducción del déficit y del nivel de deuda deben ser una prioridad del siguiente gobierno porque el costo que puede imponer la indisciplina fiscal  a la sociedad puede ser muy fuerte y destruir todo lo que se ha conseguido en los últimos 30 años”, enfatiza Casas.