Con un récord de 24 productos liderando las exportaciones globales en 2024, Chile afianza su presencia internacional diversificando su oferta más allá de la minería tradicional.
En un mundo cada vez más competitivo, Chile ha logrado consolidarse como un actor relevante en el comercio internacional, no solo por su histórico liderazgo en cobre, sino por una creciente diversificación de su oferta exportadora. En 2024, el país andino se convirtió en el principal exportador mundial de 24 productos, según un informe oficial elaborado por la Dirección de Estudios de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, basado en cifras del Centro de Comercio Internacional.
Este hito se produce en el marco de un desempeño histórico: las exportaciones chilenas de bienes alcanzaron los US$100.000 millones, con un crecimiento del 5,9 % respecto al año anterior y la participación de más de 8.500 empresas, de las cuales un 53 % son pequeñas y medianas.
Un portafolio que gana terreno
Si bien el cobre sigue siendo el emblema de la economía chilena, con exportaciones que superaron los US$20.000 millones, el país ha sabido posicionarse globalmente con productos que revelan un giro estratégico hacia una matriz más diversificada:
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Minerales no tradicionales, como el carbonato y el sulfato de litio, colocan a Chile como actor clave en la cadena de suministros para baterías y electromovilidad. Solo en carbonato de litio, el país acaparó cerca del 80 % del mercado mundial.
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En pesca y acuicultura, los envíos de filetes de salmón, jurel congelado y mejillones en conserva lo ubican en el primer lugar de exportaciones a nivel global.
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La agroindustria chilena ha ganado protagonismo con productos como cerezas frescas y ciruelas deshidratadas, que encuentran cada vez mayor demanda en Asia y Norteamérica.
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Otros productos con liderazgo mundial incluyen molibdeno tostado, nitratos de potasio y sodio, yodo y diversos óxidos industriales.
Exportaciones con valor agregado: la gran tarea pendiente
Aunque el volumen exportador crece, la transformación productiva sigue siendo un reto. La mayoría de los productos líderes se exportan en estado primario, con escasa o nula industrialización. Esto limita el valor agregado que el país puede capturar, sobre todo en sectores estratégicos como el litio.
El desafío no es menor: mientras Chile lidera en exportación de carbonato de litio, países como China controlan las etapas de procesamiento y fabricación de baterías. Algo similar ocurre en pesca y agroindustria, donde la trazabilidad, certificaciones y logística son factores decisivos para competir en los segmentos premium.
Perspectivas
Para los próximos años, los analistas proyectan que Chile podría ampliar aún más su canasta exportadora si logra potenciar la innovación, mejorar la infraestructura logística y cerrar brechas en la cadena de valor. La meta no es solo exportar más, sino exportar mejor: con más contenido tecnológico, mayor presencia de PYMEs y una integración estratégica con los mercados internacionales.






