La creciente demanda global de minerales de tierras raras está provocando contaminación tóxica en el río Mekong, poniendo en riesgo la salud y el sustento de decenas de millones de personas en seis países del Sudeste Asiático.
Competencia geopolítica y minería sin control
China mantiene casi el control total de las tierras raras, pero la búsqueda global de nuevas fuentes ha llevado a la proliferación de minas no reguladas en la región, muchas ubicadas en zonas afectadas por conflictos y carentes de supervisión ambiental.
Impacto ambiental y humano
Una investigación del Stimson Center identificó más de 2.400 sitios mineros que podrían liberar contaminantes como cianuro, mercurio y arsénico en ríos de Myanmar, Laos y Camboya. Estas toxinas amenazan la vida acuática, la producción de alimentos como arroz y pescado, y la salud de millones de personas que dependen del río para beber, bañarse y trabajar.
Riesgo de colapso del ecosistema
El Mekong es vital para la economía y la alimentación regional, pero la contaminación persistente podría llevar a un colapso ecológico, afectando a agricultores de subsistencia y exportaciones alimentarias. Los expertos advierten que este caso podría servir de ejemplo global de los daños que provoca la minería de tierras raras sin regulación adecuada.






