Metanol verde: el combustible que busca transformar el transporte marítimo

El metanol verde se perfila como alternativa clave al fuelóleo en buques de carga, pero enfrenta el reto de acelerar su producción frente al avance del gas natural licuado (GNL).

La transición energética mundial avanza, pero el transporte marítimo sigue siendo uno de los sectores más rezagados en descarbonización. Hoy, la mayoría de los grandes buques de carga opera con fuelóleo, un derivado del petróleo altamente contaminante y con un elevado contenido en azufre. Este escenario convierte al sector en una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), lo que obliga a buscar alternativas viables y sostenibles.

Metanol verde: una solución en desarrollo

El metanol verde (CH₃OH) surge como una de las apuestas más firmes. A diferencia del metanol convencional —producido a partir de gas natural y vinculado directamente a emisiones de CO₂—, este combustible se obtiene a partir de fuentes renovables, lo que lo convierte en una opción con gran potencial para reducir la huella de carbono.

Además de ser menos contaminante, presenta ventajas logísticas: es líquido a temperatura ambiente, lo que facilita su almacenamiento y transporte. Sin embargo, su uso a gran escala en la industria marítima requiere nuevos buques o la adaptación de motores existentes, así como inversiones en infraestructura portuaria para almacenamiento y distribución.

Su versatilidad va más allá del transporte marítimo. En el sector aéreo, puede utilizarse para producir e-SAF (combustible de aviación sostenible sintético), compatible con el queroseno convencional, sin necesidad de modificaciones en los motores.

El desafío: acelerar la oferta frente al avance del GNL

La danesa Mærsk, referente mundial en transporte marítimo, anunció en 2022 su apuesta por el metanol verde. Sin embargo, la lenta disponibilidad de este combustible la ha llevado a priorizar el uso de gas natural licuado (GNL).

El GNL, aunque no es completamente limpio, permite reducir hasta en 25% las emisiones de CO₂ frente al fuelóleo pesado y disminuye de manera significativa las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SOx) y partículas finas. Además, es compatible con sistemas de captura de carbono y podría integrarse en el futuro con hidrógeno verde, lo que lo convierte en una opción intermedia atractiva para cumplir con regulaciones ambientales como la norma IMO 2020, que limita el contenido de azufre en los combustibles.

Una carrera estratégica para el futuro

La batalla entre metanol verde y GNL refleja los desafíos de la descarbonización del transporte marítimo. Mientras el GNL ya cuenta con una infraestructura consolidada, el metanol verde necesita inversiones urgentes para escalar su producción y reducir costos.

De cara a la próxima década, el sector deberá decidir si prioriza soluciones puente como el GNL o acelera la transición hacia combustibles verdaderamente renovables como el metanol verde, clave para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y las metas climáticas internacionales.