El oro cerró la sesión de este viernes (25) con pérdidas, acumulando una semana negativa para el metal precioso. El retroceso respondió al aumento del apetito por riesgo en los mercados globales, impulsado por los avances en las negociaciones comerciales de Estados Unidos con sus principales socios. El anuncio de un acuerdo preliminar con Japón elevó las expectativas de que Washington logre desbloquear otros frentes, como las conversaciones con la Unión Europea, reduciendo así la demanda por activos de refugio.
Con la mirada puesta en la próxima semana, los inversores estarán atentos a la decisión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed), en busca de señales sobre el rumbo futuro de las tasas de interés en EE.UU.
En cuanto a la demanda física, datos de la Asociación China del Oro revelan una caída del 3,5% en el consumo del metal durante el primer semestre del año, en comparación interanual. No obstante, la demanda de lingotes y monedas aumentó un 24%, alcanzando las 264 toneladas, impulsada por la elevada incertidumbre derivada de la política arancelaria del gobierno de Donald Trump. En contraste, la demanda de joyería se vio afectada por los precios récord del oro.
El petróleo cerró la sesión de este viernes en terreno negativo, en medio del aumento de las incertidumbres en el entorno comercial global y los efectos derivados de la reanudación de operaciones de Chevron en Venezuela. La autorización del gobierno estadounidense para que la petrolera retome sus actividades en el país sudamericano reavivó preocupaciones en torno a un posible incremento de la oferta global, estimado en aproximadamente 200 mil barriles diarios, en un contexto ya marcado por una demanda moderada.
Aunque los avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y bloques como la Unión Europea mantienen cierto grado de optimismo en el horizonte, dicho factor no fue suficiente para neutralizar el movimiento de corrección observado en los contratos futuros del crudo. Predominó un sentimiento de cautela, mientras los agentes del mercado evalúan si el aumento de la producción venezolana compensará los riesgos estructurales vinculados a la geopolítica y a la estabilidad regional.
Adicionalmente, los signos de enfriamiento de la actividad económica en las dos principales economías del mundo —Estados Unidos y China— continúan presionando las expectativas de demanda, disminuyendo el apetito por activos energéticos y favoreciendo un ajuste a la baja en los precios del petróleo.






