Desde el 14 de julio, al menos seis instalaciones petroleras han sido blanco de ataques con drones.
El oro cerró la sesión de este jueves (17) con una caída, presionado por el fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales y por una disminución de las tensiones entre los inversores tras las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien descartó la posibilidad de destituir al presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell. El movimiento bajista del metal también se vio influido por datos económicos estadounidenses —ventas minoristas, empleo y construcción— que superaron las previsiones del mercado.
El miércoles (16), Trump afirmó que era «altamente improbable» que reemplazara a Powell, lo que ayudó a disipar temores sobre una posible injerencia en la independencia del banco central estadounidense. Durante la sesión anterior, el oro llegó a registrar ganancias, impulsado por los rumores de intervención política.
Pese al alivio temporal en los mercados, persisten incertidumbres respecto a la autonomía del Fed frente al contexto político. Por otro lado, los inversores continúan monitoreando al Banco Popular de China (PBoC), que ha estado comprando oro físico para reforzar sus reservas durante al menos tres años. Crecen las especulaciones de que el país podría estar incrementando estas adquisiciones de forma encubierta, como parte de una estrategia para reducir su dependencia del dólar.
El petróleo cerró la sesión del jueves (17) en alza, recuperando parte de las pérdidas acumuladas en las tres jornadas anteriores. La valorización se vio respaldada por factores estacionales, como el incremento de la demanda durante el verano en el hemisferio norte, y por la resiliencia de la actividad económica en Estados Unidos, que sigue impulsando el consumo de crudo.
Adicionalmente, el aumento de las tensiones geopolíticas en Medio Oriente contribuyó a una recomposición de las primas de riesgo. En los últimos días, se han registrado varios ataques con drones en Siria, Gaza y, especialmente, en la región del Kurdistán iraquí —una zona rica en petróleo— donde un dron armado impactó un campo petrolero, alimentando temores de una posible escalada con efectos en el suministro global.
Desde el 14 de julio, al menos seis instalaciones petroleras han sido blanco de ataques con drones, incluyendo instalaciones operadas por compañías estadounidenses como HKN, Hunt Oil y DNO, cada una atacada en dos ocasiones. También se informaron ataques adicionales cerca del consulado estadounidense en Erbil y del aeropuerto de la principal ciudad del Kurdistán iraquí.






