La petrolera estatal estima una pérdida neta de US$ 223 millones este año, aunque prevé utilidades positivas a partir del próximo.
Petroperú proyecta cerrar el año 2025 con una pérdida neta de 223 millones de dólares, según su Estado de Resultados para el periodo 2025-2030, presentado oficialmente este 17 de julio. Esta estimación representa un punto de inflexión para la empresa, que prevé iniciar una etapa de recuperación sostenida desde 2026.
Durante la presentación, el presidente del directorio, Alejandro Narváez, sostuvo que la empresa se encuentra “cerca del punto de equilibrio” en el primer semestre del año. “Todavía la contabilidad de junio no está cerrada, pero nuestros pronósticos indican una mejora notable para el segundo semestre”, declaró.
Este resultado negativo se suma al historial reciente de pérdidas: Petroperú acumuló pérdidas por 1,335 millones de dólares entre 2022 y 2023, y registró un resultado negativo de 774 millones en 2024, debido en parte a problemas técnicos en la unidad de flexicoking de la Nueva Refinería de Talara.
Proyecciones optimistas a mediano plazo
A pesar del mal arranque, Petroperú prevé un cambio de rumbo a partir de 2026, con utilidades netas de US$ 103 millones, que se incrementarían hasta US$ 180 millones en 2030. Asimismo, proyecta una evolución positiva de su utilidad operativa y de su EBITDA, que pasaría de 270 millones en 2025 a 980 millones en 2030.
El crecimiento de ingresos también sería clave. Las ventas pasarían de US$ 3,846 millones en 2025 a más de US$ 6,130 millones en 2030, mientras que el flujo de caja se duplicaría, alcanzando US$ 7,955 millones hacia el cierre del periodo proyectado.
Narváez destacó la diversificación de mercados como una estrategia relevante. “Estamos exportando a Brasil, a Bolivia —aunque en menor volumen— y también a Ecuador. Además, estamos recuperando presencia en el mercado doméstico”, señaló.
Petroperú apuesta por esta fase de transición como el inicio de una etapa de consolidación financiera y expansión comercial. No obstante, los desafíos operativos y de gobernanza seguirán siendo determinantes para cumplir con sus metas en el horizonte 2030.






