Según Bloomberg, los bonos de Petroperú acumulan un retorno del 14% desde julio, pese a la crisis política y financiera del país. La expectativa de apoyo estatal sigue siendo el principal motor de confianza.
Bonos al alza pese a la inestabilidad
El mercado internacional observa con atención el comportamiento de Petroperú, cuya deuda ha sorprendido por su rentabilidad en medio de un escenario político convulso. Según datos de Bloomberg, los bonos de la petrolera estatal han obtenido un retorno del 14% desde julio, ubicándose en el segundo lugar entre los bonos corporativos de mayor rendimiento en economías emergentes.
El desempeño positivo se ha mantenido incluso tras la destitución presidencial y la renuncia del gabinete, incluidos la presidenta Dina Boluarte y el entonces ministro de Economía, Raúl Pérez Reyes. Pese al cambio de escenario, los títulos de Petroperú apenas sufrieron una leve corrección antes de estabilizarse.
El efecto del respaldo estatal y las señales de liquidez
La confianza en la deuda de Petroperú se fortaleció luego de que Pérez Reyes anunciara que el gobierno preparaba mecanismos de liquidez para la empresa. Posteriormente, comentarios sobre una posible reestructuración de la deuda impulsaron aún más el optimismo.
Un factor externo también jugó a favor: el plan de recompra de deuda de Pemex anunciado por México generó expectativas de que Perú podría seguir un camino similar. Como resultado, el diferencial entre los bonos en dólares de Petroperú con vencimiento en 2047 y las notas soberanas peruanas cayó a 254 puntos básicos, frente a los casi 400 puntos que registraba antes del anuncio.
Crisis estructural: Talara y el peso de la deuda
El problema financiero de fondo sigue siendo la refinería de Talara, un megaproyecto de US$6.000 millones que superó su presupuesto inicial y acumuló años de retrasos. La situación derivó en renuncias en la junta directiva, pérdidas cercanas a US$1.000 millones y un deterioro de la confianza.
A ello se sumaron ataques a la infraestructura de transporte y paralizaciones operativas. “Si fuera una empresa privada, habría incumplido sus obligaciones hace años”, afirmó Max Wolman, analista de Aberdeen Group, citado por Bloomberg.
Aun sin una garantía explícita del Estado, el mercado percibe un respaldo implícito. En abril, el gobierno convirtió S/6.000 millones (US$1.700 millones) de deuda en capital. En años anteriores, el MEF ya había inyectado US$1.000 millones y asumido pagos directos de parte de la deuda de la petrolera.
Expectativas moderadas y “curitas” financieras
A diferencia de Pemex, cuya deuda supera los US$100.000 millones, la de Petroperú ronda los US$7.000 millones. Analistas como Akbar Causer, de Morgan Stanley, prevén medidas puntuales y periódicas, más que grandes paquetes de rescate: “Van a ser curitas, y los inversionistas tendrán que acostumbrarse a que esas curitas llegarán periódicamente”, declaró a Bloomberg.
Por su parte, Fernando de la Torre, exdirector financiero de la estatal, resume la percepción actual del mercado:
“El desempeño financiero de la empresa ya no es relevante; el gobierno la va a apoyar pase lo que pase.”
El mensaje es claro: Petroperú sigue siendo una apuesta de alto riesgo, pero también de alto retorno, sostenida por la expectativa de un rescate permanente del Estado.






