El MEF busca modificar el límite del déficit fiscal de 2025 y 2026 para evitar nuevos incumplimientos, mientras economistas advierten riesgos de recesión si se mantiene el objetivo actual.
Tras dos años consecutivos de incumplimientos fiscales, el Gobierno peruano ha optado por una salida pragmática: cambiar las reglas del juego para no volver a fallar. Así lo confirmó el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Raúl Pérez Reyes, quien anunció que propondrán elevar el límite del déficit fiscal para 2025 del 2,2% al 2,5% del PBI, en lugar del 2,8% planteado inicialmente.
La decisión fue detallada durante la Semana de la Industria de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), donde el ministro explicó que el objetivo fiscal vigente no es realista sin ejecutar un ajuste agresivo del gasto en el segundo semestre del año, lo que podría agravar la desaceleración económica.
El déficit fiscal actual asciende al 2,7% del PBI (corte a mayo), superando el techo del 2,2% previsto. El Perú ya cerró 2023 con un 2,7% de déficit, incumpliendo por primera vez la regla. En 2024, con una directiva ajustada por el exministro José Arista, el resultado fue aún peor: 3,5% del PBI.
Pérez Reyes justificó el nuevo umbral asegurando que existe consenso entre analistas locales e internacionales respecto a que la meta actual “no es razonable”. Según el ministro, sincerar los datos evitaría repetir un tercer incumplimiento consecutivo y brindaría mayor credibilidad a las finanzas públicas.
Además, adelantó que en 2026 —ya bajo un nuevo gobierno— se proyecta una nueva regla fiscal con meta de 2% del PBI, lo que permitiría margen sin frenar el crecimiento, especialmente si los precios de los minerales se mantienen favorables.
Este giro estratégico del MEF revela el dilema entre cumplir con los compromisos fiscales y no frenar la recuperación económica. Para muchos analistas, el problema no es el número, sino la falta de planificación coherente en medio de un contexto de menor recaudación y gasto presionado.