Oro marca nuevos récords y sube 17% en el trimestre ante riesgo de cierre del gobierno en EE.UU.

Los contratos de futuros de petróleo registraron una caída sostenida.

El oro cerró la sesión de hoy con una fuerte valorización, renovando máximos históricos y acumulando ganancias cercanas al 17% en el trimestre, consolidándose como uno de los activos de mejor desempeño en el período. El repunte estuvo impulsado, principalmente, por la intensificación de los temores en torno a un posible cierre del gobierno estadounidense a partir de mañana, ante el estancamiento presupuestario en el Congreso. Este riesgo incrementó de manera significativa la demanda por activos de refugio, reforzando el atractivo del metal precioso en un contexto de incertidumbre fiscal y política en Estados Unidos.

Más allá del factor fiscal, la expectativa de que la Reserva Federal adopte una postura más acomodaticia en sus próximas reuniones, en un entorno de debilitamiento de la actividad económica y del mercado laboral, contribuyó a intensificar los flujos de compra. La percepción de recortes en la tasa de interés en el corto plazo añadió un impulso adicional al oro, al reducir el costo de oportunidad de mantener posiciones en relación con otros activos.

Desde el punto de vista técnico, la cotización rompió resistencias relevantes y consolidó una tendencia alcista, respaldada por volúmenes consistentes de negociación. El movimiento refleja, asimismo, una reasignación parcial de portafolios, con los inversores reduciendo exposición a activos de riesgo y aumentando la participación de instrumentos defensivos frente al deterioro de las condiciones macroeconómicas y fiscales en Estados Unidos.

Al cierre de la sesión de este martes, los contratos de futuros de petróleo registraron una caída sostenida, reflejando un aumento de las presiones por el lado de la oferta y una creciente preocupación en torno al riesgo de una paralización (shutdown) del gobierno de Estados Unidos. El mercado reaccionó ante las señales de que la OPEP+ podría autorizar un incremento adicional en la producción, lo que añadiría volumen en un entorno ya caracterizado por inventarios elevados y un apetito de riesgo limitado en los mercados globales. En particular, la expectativa de que los países productores refuercen sus compromisos de suministro crea un sesgo de sobreoferta que presiona las cotizaciones.

Además, el escenario doméstico estadounidense agrava la incertidumbre: la proximidad del plazo para aprobar el presupuesto federal plantea la posibilidad concreta de un shutdown, lo que podría interrumpir la publicación de datos económicos clave, como los informes de empleo e inflación, limitando la visibilidad de los agentes sobre el ritmo de la actividad y afectando las decisiones de la Reserva Federal. Esta combinación de mayor oferta esperada y menor transparencia informativa alimenta la aversión al riesgo e intensifica los movimientos de venta en el segmento energético.