Los sectores más expuestos en Perú vienen siendo el financiero, salud, telecomunicaciones y municipalidades, quienes lideran los ataques más recientes, y la demanda de servicios de seguridad ofensiva.
En un contexto de creciente digitalización y aumento en los ataques cibernéticos, como se viene apreciando en municipalidades y empresas en Perú, la seguridad ofensiva se consolida como una de las áreas con mayor dinamismo dentro de la industria tecnológica peruana.
Este crecimiento se explica a partir de casos recientes, como el hackeo a la Municipalidad de Miraflores, que expuso los datos personales de miles de vecinos y puso en alerta a empresas, municipios y entidades del Gobierno. Si bien resulta complejo estimar una cifra exacta de pérdidas ante un ataque cibernético en el país, pues el impacto puede ir desde daños operativos menores hasta la paralización total de una organización, las consecuencias trascienden lo económico.
Los efectos reputacionales, legales y de confianza pueden ser incluso más costosos y duraderos que la pérdida directa de dinero. En muchos casos, las empresas afectadas deben asumir despidos, procesos legales o una fuerte inversión correctiva en seguridad, que, si bien no se considera pérdida, sí evidencia la necesidad de actuar de forma preventiva.
“La seguridad ofensiva ya no es opcional, sino un requisito estratégico para garantizar la continuidad de los negocios”, afirmó Alicia Cuestas, CEO de Open-Sec. Quien también reafirmó que “la mejor forma de combatirlo es anticiparse a los riesgos con innovación y talento especializado”.
Aunque Perú muestra un crecimiento sostenido en seguridad ofensiva, aún tiene un margen importante de mejora frente a otros países de Latinoamérica, donde la adopción de prácticas de ciberseguridad es más avanzada. Los conocimientos en tecnología y seguridad siguen siendo bajos en muchas organizaciones, lo que hace necesario que las empresas comprendan mejor cómo funcionan herramientas como penetration testing, red teaming, entre otros que permiten enfrentar proactivamente los riesgos digitales.
Open-Sec proyecta, en este escenario, un papel estratégico en la consolidación de la seguridad ofensiva en Perú y la región. Bajo el liderazgo de su nueva CEO, la compañía busca fortalecer su presencia operativa en todo el país. Más que una expansión geográfica, el objetivo de Open-Sec es seguir elevando el nivel de madurez en ciberseguridad en el mercado peruano, acompañando a empresas y entidades públicas en la implementación de estrategias preventivas y tecnologías de protección avanzada.






