Obstáculos y riesgos detrás de la prometida Vía Expresa Sur en Lima

El arquitecto Gerardo Berdejo advierte que la Vía Expresa Sur, anunciada por Rafael López Aliaga para 2025, podría generar más congestión vehicular y dividir zonas de Surco, afectando su desarrollo urbano y social.

En medio de cuestionamientos por sobrecostos, falta de estudios y cambios en los planos originales, el proyecto de la Vía Expresa Sur —anunciado por la gestión de Rafael López Aliaga para entregarse a fines de 2025— enfrenta críticas que ponen en duda su efectividad y su impacto en el distrito de Surco.

El arquitecto Gerardo Berdejo advierte que, lejos de agilizar el tránsito, la obra podría convertirse en un foco de congestión vehicular. Según sus estimaciones, la vía —de unos 5 kilómetros— cruzará al menos 12 calles principales y 5 secundarias, lo que obligará a instalar una docena de semáforos. Esto, sumado a la falta de sincronización habitual en Lima, incrementaría el tiempo de recorrido de los 10-12 minutos proyectados a entre 20 y 25 minutos, incluso fuera de la hora punta.

El especialista señala que una vía expresa debería garantizar un tránsito rápido y continuo mediante intercambios a desnivel, algo que el diseño actual no cumpliría. “Será una nueva avenida Abancay o Angamos, con más caos y molestias para los vecinos”, afirmó.

Además, el trazo de la obra implicaría una amplia franja que dividiría sectores de Surco, lo que, según Berdejo, generaría repercusiones sociales y económicas como el aumento de la desigualdad, tensiones entre barrios, estigmatización y mayor riesgo de accidentes.

Mientras la municipalidad de Lima mantiene el compromiso de entregar el proyecto a fin de año, las críticas subrayan la necesidad de evaluar no solo su viabilidad técnica y financiera, sino también su impacto urbano y social a largo plazo.