El bloque liderado por Arabia Saudí y Rusia acordó un incremento de 137.000 barriles diarios en noviembre, marcando su octavo aumento consecutivo en un contexto de precios presionados y tensiones energéticas globales.
La alianza OPEP+, encabezada por Arabia Saudí y Rusia, decidió este domingo aumentar su producción de petróleo en 137.000 barriles diarios a partir de noviembre, continuando con su política de incrementos mensuales que busca devolver gradualmente los recortes aplicados durante 2023. Con este ajuste, el bloque completa ocho meses consecutivos de alzas, acumulando más de 2,5 millones de barriles diarios adicionales, equivalentes al 2,4% de la demanda mundial.
El grupo, conformado por Arabia Saudí, Rusia, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajistán, Argelia y Omán, justificó la decisión en los “sólidos fundamentos del mercado” y los bajos niveles de inventarios globales. La medida representa un nuevo intento por recuperar cuota de mercado, incluso si ello implica aceptar precios más bajos en el corto plazo.
Según analistas internacionales, el movimiento refleja un cambio de rumbo en la estrategia de la OPEP+, que en 2023 optó por fuertes recortes para sostener los precios. Ahora, el enfoque parece orientarse hacia una mayor presencia comercial frente a la creciente competencia de productores independientes y la presión del gobierno estadounidense para abaratar los combustibles.
El incremento también responde a un contexto de volatilidad energética: mientras el petróleo WTI cerró la semana en 61 dólares por barril, su nivel más bajo en meses, la expectativa de una posible recesión en Estados Unidos y la incertidumbre por el cierre parcial del gobierno federal continúan afectando la confianza del mercado.
Pese a las especulaciones de que la OPEP+ anunciaría un aumento más agresivo —de hasta 500.000 barriles diarios— el bloque desmintió dichas versiones, reafirmando que mantendrá una postura “prudente y flexible” ante la evolución de la demanda global.






