Israel convierte el agua de mar en fuente de vida: líder global en desalinización y reciclaje hídrico

Más del 70% de su agua potable proviene del mar. El país también reutiliza el 85% de sus aguas residuales, aplicándolas a la agricultura y ganadería.

En un mundo cada vez más afectado por la escasez de agua, Israel se ha convertido en un referente global en gestión hídrica gracias a su tecnología de desalinización y su modelo de reutilización de aguas residuales. Con más del 60% de su territorio cubierto por desiertos y tierras áridas, el país ha transformado una amenaza en una oportunidad.

Líder mundial en reciclaje y desalinización

Israel reutiliza aproximadamente el 85% de sus aguas residuales tratadas, el porcentaje más alto del mundo. Esta cifra supera ampliamente a países como España, que ocupa el segundo lugar con cerca del 20%. Gran parte de estas aguas recicladas se destinan a la agricultura y ganadería, garantizando así la sostenibilidad del sector agropecuario.

A esto se suma una fuerte apuesta por la desalinización del agua de mar, un proceso mediante el cual se eliminan la sal y otros minerales disueltos, convirtiéndola en agua potable o útil para la industria. Actualmente, más del 70% del agua potable de Israel proviene del mar gracias a cinco plantas clave: Ashkelon, Hadera, Sorek, Palmachim y Ashdod.

Agricultura sostenible en zonas áridas

Gracias a esta infraestructura, Israel ha desarrollado un modelo de gestión hídrica circular que combina la desalinización con el reciclaje de aguas residuales y sistemas de riego por goteo altamente eficientes. Este enfoque ha permitido que, a pesar de sus condiciones climáticas adversas, el país no solo cubra su demanda interna, sino que también exporte agua a naciones vecinas.

Expansión global de la desalinización

La tecnología israelí ha tenido impacto global. En regiones como Oriente Medio, donde el agua es escasa pero los recursos económicos abundan, países como Arabia Saudita, Omán y Emiratos Árabes Unidos han adoptado sistemas similares. El uso de plantas desalinizadoras también se ha extendido a naciones como España, Chipre, Malta, Portugal, Grecia, India, China y Japón, entre otras.

Un modelo para enfrentar la crisis hídrica

Israel demuestra que, con innovación y voluntad política, es posible convertir el agua de mar en un recurso estratégico para el desarrollo sostenible. Su experiencia puede ser clave para otros países que enfrentan desafíos similares debido al cambio climático, el crecimiento poblacional y la sobreexplotación de fuentes hídricas.