El entorno económico global está marcado por una combinación de factores desinflacionarios a corto plazo y crecientes presiones estructurales derivadas de aranceles, restricciones comerciales y reconfiguración de cadenas de suministro.
Los mercados financieros se enfrentan a una confluencia crítica de fuerzas políticas, económicas y comerciales que están redefiniendo la trayectoria global del crecimiento y la inflación. En un contexto de tensiones comerciales persistentes, posibles recortes de tasas en Estados Unidos, renovadas sanciones en Europa y desacuerdos sobre política energética, el mes de junio se posiciona como un punto de inflexión para los inversores institucionales. La reactivación de las negociaciones entre China y Estados Unidos, los nuevos paquetes de sanciones europeos contra Rusia, la caída de la producción energética, la incertidumbre sobre la Reserva Federal y el comportamiento mixto de los datos inflacionarios reflejan un entorno de alta sensibilidad macroeconómica y geopolítica, donde cada decisión de política puede generar ondas expansivas en los mercados de capitales.
En Estados Unidos, la atención de los mercados estuvo centrada en los datos de inflación. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró un incremento interanual de 2,4%, levemente por debajo del 2,5% esperado, pero superior al 2,3% del mes anterior. En su lectura mensual, el IPC se mantuvo en 0,2%, en línea con las estimaciones. Por su parte, la inflación subyacente (excluyendo alimentos y energía) se moderó con un aumento mensual de apenas 0,1%, inferior al 0,3% proyectado, mientras que la tasa interanual se mantuvo en 2,8%. Estos datos fueron interpretados como una señal de alivio para la Reserva Federal, que, según una encuesta entre 105 economistas, podría reanudar el ciclo de recortes de tasas en el próximo trimestre, con más del 60% de los encuestados anticipando al menos dos recortes antes de fin de año.
A pesar de estos datos moderados, varios analistas advierten sobre las presiones arancelarias que se trasladarán al consumidor en los próximos meses. Bank of America y JP Morgan coinciden en que los aranceles aplicados recientemente incrementarán los costos de bienes importados, especialmente en el sector de mercancías, lo cual se traducirá en repuntes inflacionarios a partir del verano. No obstante, factores estacionales como la baja en precios de automóviles y algunos servicios moderarían parcialmente este impacto. Desde Bloomberg, se destaca que el precio de los huevos cayó drásticamente en mayo, pero los demás productos alimenticios mostraron incrementos.
En el plano fiscal, el presidente Trump confirmó que el nuevo acuerdo comercial con China está cerrado, sujeto a la aprobación del presidente Xi. En este pacto, EE.UU. aplicará aranceles del 55% y China del 10%, pero se asegurará un suministro garantizado de tierras raras por parte de China, lo cual representa un alivio para sectores tecnológicos clave. Paralelamente, continúan los rumores sobre un eventual reemplazo de Jerome Powell al frente de la Fed, alimentados por la posible nominación del secretario del Tesoro, Scott Bessent, aunque la Casa Blanca desmintió dicha posibilidad.
Por otra parte, las conversaciones entre Estados Unidos y China avanzan, con múltiples declaraciones del secretario de Comercio, Howard Lutnick, y del viceprimer ministro chino, He Lifeng, quienes resaltaron el progreso en los consensos económicos, destacando que el nuevo marco comercial acelerará el envío de tierras raras y eliminará temporalmente nuevos aranceles por 90 días. Las partes solicitarán aprobación de sus respectivos líderes, evidenciando que aún subsisten desacuerdos internos. En paralelo, EE.UU. también avanza en acuerdos comerciales con México, India y la Unión Europea, aunque en este último caso se espera que las negociaciones superen la fecha límite del 9 de julio impuesta por Trump.
La dimensión energética tuvo un papel relevante tras la publicación del informe STEO de la EIA. Se proyecta que la producción de crudo estadounidense caerá en 2026 —la primera caída desde 2021—, con un promedio de producción de 13,42 millones de barriles por día (bpd) en junio, menor a los 13,56 millones de mayo. La demanda doméstica de crudo fue revisada a la baja en 100.000 bpd para 2025, situándose en 20,4 millones. A nivel global, la producción esperada para 2025 subió a 104,4 millones de bpd, mientras que la demanda fue ajustada a la baja a 103,5 millones. La OPEP, por su parte, se mostró preocupada por el cambio de postura de la Agencia Internacional de Energía (AIE) en relación con las inversiones petroleras, reafirmando que no hay un pico de demanda a la vista.
El sector financiero reaccionó con cautela. Jamie Dimon, CEO de JPMorgan, advirtió que las cifras económicas podrían deteriorarse pronto y no recomendó comprar crédito en este momento. En tanto, la subasta de deuda a tres años en EE.UU. mostró un aumento en los rendimientos hasta 3,972%, mientras que los T-Bills a 52 semanas se colocaron en 3,94%, también al alza. El índice de miedo y codicia marcó 63/100, señalando una tendencia hacia la codicia moderada.
En el plano corporativo, Nvidia anticipó un punto de inflexión en la computación cuántica, con la disponibilidad del entorno Cuda-Q para su nuevo chip Grace Blackwell 200. IBM, por su parte, anunció un nuevo procesador cuántico y el proyecto de supercomputadora Starling con fecha para 2029. OpenAI firmó un acuerdo inédito con Google para ampliar su infraestructura de cómputo, lo que marca una alianza inesperada pese a la rivalidad en inteligencia artificial. En otro frente, Meta invertirá cerca de 15.000 millones de dólares en Scale AI, reforzando su apuesta por la automatización. En contraste, Wells Fargo advirtió que las acciones de Tesla podrían caer un 60% debido a un debilitamiento estructural en sus ventas.
Snap anunció que comenzará a vender gafas de realidad aumentada en 2026, mientras que insiders del mercado comenzaron a reducir exposición accionaria. Nomura resaltó una posición de gamma alcista en el S&P 500 entre 6.000 y 6.500 puntos, lo que sugiere potencial compresión si se activa un catalizador. Se observa, además, una mejora en la amplitud del S&P con más acciones superando su media móvil de 200 días.
En Europa, el Banco Central Europeo continúa evaluando cuidadosamente los datos para tomar decisiones sobre tipos de interés. Philip Lane y Boris Vujcic enfatizaron que las condiciones actuales permiten mantener la inflación bajo control, aunque no pueden determinar aún si los aranceles estadounidenses tendrán efecto inflacionario o desinflacionario. El BCE espera más claridad hacia septiembre. El informe salarial muestra una desaceleración en el crecimiento de los salarios negociados, cayendo a 1,703% en el cuarto trimestre de 2025.
La Comisión Europea presentó su 18º paquete de sanciones a Rusia, con nuevas restricciones al sector energético y bancario, y un límite al precio del petróleo ruso de 45 dólares por barril. Ursula von der Leyen propuso además prohibir transacciones rápidas y sancionar a otros 22 bancos rusos. El Kremlin respondió que estas acciones no contribuirán a estabilizar los mercados energéticos y reiteró su rechazo a las sanciones que considera ilegales. Además, Finlandia denunció una violación de su espacio aéreo por parte de un avión militar ruso.
Desde el Reino Unido, se estima que el crecimiento económico promediará un 1,0% en 2025, mientras que los operadores descuentan completamente dos recortes de tipos por parte del Banco de Inglaterra este año. En tanto, el Banco Mundial recortó la previsión de crecimiento de la eurozona a 0,7% y de Estados Unidos a 1,4% en 2025. El pronóstico global también se ajustó a la baja desde 2,7% a 2,3%, advirtiendo que esta década podría ser la de menor crecimiento económico en más de 60 años. La inflación mundial se proyecta en 2,9% en 2025, por encima del promedio pre-COVID, impulsada por aranceles y mercados laborales ajustados. Un incremento de 10 puntos porcentuales en los aranceles estadounidenses podría paralizar el comercio mundial en el segundo semestre del próximo año.
En Asia, el Banco de Japón postergará cualquier subida de tipos hasta el primer trimestre de 2026. El primer ministro japonés Ishiba aseguró que las negociaciones arancelarias con EE.UU. avanzan sin comprometer la agricultura nacional, mientras que la industria automotriz se mantiene protegida. Desde China, el viceprimer ministro reafirmó la disposición al diálogo, pero reiteró que el país no teme defender sus intereses si fuera necesario. Pekín mantiene su proyección de crecimiento para 2025 en 4,5%, según el Banco Mundial, que también señaló que China tiene aún espacio fiscal para estímulos adicionales.
El entorno económico global está marcado por una combinación de factores desinflacionarios a corto plazo y crecientes presiones estructurales derivadas de aranceles, restricciones comerciales y reconfiguración de cadenas de suministro. Si bien el dato de inflación en EE.UU. ofreció alivio temporal, los efectos de las políticas arancelarias se harán más evidentes en el segundo semestre, limitando la capacidad expansiva de la política monetaria. El mercado espera una Reserva Federal más activa a partir de septiembre, lo cual podría generar un impulso temporal para los activos de riesgo, especialmente si se confirma la desaceleración inflacionaria. No obstante, la fragmentación geopolítica, los cambios en la dinámica energética y las tensiones en el comercio mundial anticipan un 2025 volátil, donde las estrategias defensivas, la rotación sectorial y la diversificación internacional seguirán siendo imperativos. Los inversores deberán mantenerse atentos a los próximos movimientos de los bancos centrales y a la evolución de los acuerdos comerciales entre potencias, que marcarán la pauta del crecimiento global en el próximo ciclo.