Los mercados globales entran en una fase decisiva mientras la Reserva Federal se acerca a nuevos recortes de tasas y Nvidia enfrenta un examen clave sobre la solidez del auge de la inteligencia artificial.
En un entorno marcado por la volatilidad y la expectativa de eventos clave, los mercados financieros globales se encuentran en un punto de inflexión. La atención de los inversores se centra en la política monetaria de la Reserva Federal, los resultados corporativos de gigantes tecnológicos y las cifras macroeconómicas que delinean el pulso de las principales economías. El panorama actual refleja tensiones entre la necesidad de sostener el crecimiento y la presión de un mercado laboral debilitado, mientras que las valoraciones en sectores estratégicos como la inteligencia artificial y la energía continúan siendo objeto de escrutinio.
En Estados Unidos, el discurso del gobernador Christopher Waller de la Reserva Federal ha marcado la pauta de las expectativas. Waller enfatizó que la laxitud de las condiciones financieras no forma parte de su mandato, subrayando que su foco está en la inflación y el mercado laboral. Señaló que la Fed necesita razones más sólidas que el hecho de que la inflación haya estado por encima del objetivo durante cinco años para evitar recortes de tasas, sugiriendo que un ajuste podría ser inminente. A su vez, destacó que las condiciones monetarias son holgadas para las corporaciones, pero no para los hogares, reflejando una divergencia en el acceso al crédito. Reconoció que el nivel neutral de tasas aún no está claro y que los votos ajustados dentro del comité pueden minar la confianza en las decisiones futuras. Waller advirtió que un recorte de 25 puntos básicos no devolverá el crecimiento del empleo a niveles previos, y que muchas empresas están financiando inversiones en inteligencia artificial a costa de nuevas contrataciones, lo que se traduce en un mercado laboral más débil y en conversaciones crecientes sobre despidos. En su visión, la atención debería centrarse más en el mercado laboral que en el exceso de inflación actual, y anticipó que el balance de la Fed podría comenzar a crecer nuevamente en cuestión de meses, impulsado por la demanda natural de reservas. Señaló además que las tasas están aumentando en los mercados, lo que sugiere escasez de reservas, aunque consideró que el balance actual está “en el punto justo”. En caso de un repunte en el mercado laboral, la necesidad de recortes de tasas como seguro sería menor. Finalmente, Waller sostuvo que es improbable que cualquier dato, incluido el próximo informe de empleo, cambie la visión de que otro recorte de tasas es necesario, alineando su postura con un escenario de política monetaria más flexible.
El mercado estadounidense reaccionó con cautela. Los operadores en Wall Street se preparan para los resultados de Nvidia y el informe de empleo, evitando activos de mayor riesgo ante la posibilidad de que ambos eventos definan el rumbo financiero global hacia finales de 2025. Las acciones y las criptomonedas retrocedieron justo antes de que se pusieran a prueba los dos pilares del mercado alcista: las proyecciones sobre inteligencia artificial y los recortes de tasas de la Fed. El S&P 500 cayó más de un 1%, rompiendo un soporte técnico que muchos interpretan como antesala de nuevas pérdidas, aunque se mantuvo por encima de la media móvil de 50 días durante 138 sesiones, la segunda racha más larga de este siglo. Nvidia enfrenta su reporte en medio de preocupaciones por las elevadas valoraciones del sector de IA, pese a que se espera un nuevo resultado positivo. El informe de empleo de septiembre, retrasado por el cierre del gobierno, será publicado el jueves y podría confirmar la debilidad del mercado laboral. El vicepresidente de la Fed, Philip Jefferson, reconoció que los riesgos para el empleo se inclinan a la baja, aunque pidió cautela en la respuesta. En paralelo, Waller reiteró su apoyo a un recorte de tasas en diciembre, citando las condiciones laborales débiles. Más de 400 acciones del S&P 500 retrocedieron, cerrando cerca de 6,670 puntos. Nvidia cayó tras conocerse que el fondo de cobertura de Peter Thiel liquidó toda su participación en el fabricante de chips en el último trimestre. Alphabet, en contraste, subió después de que Berkshire Hathaway, el conglomerado de Warren Buffett, invirtiera 4.9 mil millones de dólares en el tercer trimestre. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años descendió dos puntos básicos hasta 4.13%. Amazon anunció planes de recaudar 15 mil millones de dólares mediante su primera emisión de bonos en dólares en tres años, mientras que el dólar se fortaleció.
En el ámbito corporativo, los movimientos de Nvidia y Alphabet reflejan la tensión entre la incertidumbre sobre las valoraciones de la inteligencia artificial y la confianza en empresas con fundamentos sólidos. La venta total de la participación de Thiel en Nvidia añade presión sobre el sentimiento del mercado, mientras que la entrada de Berkshire en Alphabet refuerza la percepción de estabilidad en el sector tecnológico. Amazon, por su parte, busca aprovechar las condiciones actuales para financiarse en el mercado de deuda, lo que podría ser interpretado como una señal de confianza en su capacidad de expansión.
En Europa, las declaraciones de miembros del Banco Central Europeo como Buch, Dolenc, Nagel y Lagarde se suman a un contexto de inflación moderada y expectativas de política monetaria prudente. El índice de precios al consumidor de la eurozona se mantiene en 2.1% interanual, con un núcleo en 2.4%, mientras que la producción de construcción cayó un 0.10% mensual. Los PMI flash de Alemania, Francia y la eurozona muestran un sector manufacturero en contracción y servicios en expansión moderada, reflejando una economía fragmentada. El Reino Unido, por su parte, enfrenta un entorno de inflación aún elevada, con el IPC en 3.5% interanual y el índice de precios minoristas en 0.3% mensual, mientras que los rendimientos de los bonos a 10 años se sitúan en 4.769%. Los discursos de miembros del Banco de Inglaterra como Pill y Dhingra apuntan a un enfoque cuidadoso ante la persistencia de presiones inflacionarias y la fragilidad del crecimiento.
En Asia, Japón reportó una balanza comercial negativa de 284.2 mil millones, con exportaciones cayendo 1.1% interanual e importaciones retrocediendo 1%. Las órdenes de maquinaria crecieron 2% mensual, aunque apenas 1.6% interanual, reflejando una recuperación parcial de la inversión. El Banco de Japón mantiene reuniones de alto nivel, mientras que la inflación nacional se sitúa en 3% anual, tanto en el índice general como en el núcleo. China, a través del Banco Popular, mantuvo sus tasas de referencia en 3% para un año y 3.5% para cinco años, reafirmando su política de estabilidad monetaria. En Oceanía, Nueva Zelanda reportó un déficit comercial de 1,355 millones, con importaciones de 7.18 mil millones y exportaciones de 5.82 mil millones, mientras que los precios de producción se mantuvieron estables. Australia, por su parte, registró un índice de salarios en 3.4% interanual y PMI de servicios y compuesto en torno a 52, señalando resiliencia en su economía.
El panorama global refleja una tensión creciente entre expectativas de recortes de tasas y señales de debilidad en el mercado laboral. En Estados Unidos, la Reserva Federal se inclina hacia una política más flexible, aunque consciente de que los recortes no garantizarán una recuperación inmediata del empleo. El sector corporativo muestra divergencias: mientras Nvidia enfrenta dudas sobre las valoraciones de la inteligencia artificial, Alphabet y Amazon refuerzan la confianza en sus estrategias de largo plazo. Europa se mantiene en un equilibrio frágil, con inflación moderada pero crecimiento desigual, y Asia refleja la persistencia de desequilibrios comerciales y políticas monetarias prudentes. De cara al futuro, los escenarios más probables apuntan a una mayor volatilidad en los mercados, con ajustes de tasas en Estados Unidos y un escrutinio creciente sobre las valoraciones tecnológicas. La resiliencia de sectores como servicios en Europa y Australia, junto con la estabilidad monetaria en China, podrían ofrecer contrapesos parciales, pero el riesgo de un debilitamiento global del empleo y la inversión sigue siendo elevado. Los inversores deben prepararse para un entorno de mayor selectividad, donde las decisiones estratégicas se basen en fundamentos sólidos y en la capacidad de adaptación a un ciclo económico incierto.
Felipe Mendoza, Analista de mercados ATFX LATAM






