El puente SE-40, en Sevilla, alcanzará más de 70 metros de altura sobre el Guadalquivir y se convertirá en una de las mayores obras de ingeniería del continente.
España se prepara para iniciar uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos de su historia reciente. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha aprobado de forma provisional la construcción del puente SE-40, una obra que se convertirá en el más alto de Europa y el cuarto a nivel mundial por su altura de gálibo.
El puente forma parte del tramo más complejo de la autovía de circunvalación SE-40, que rodea la ciudad de Sevilla en un anillo metropolitano de 77,6 kilómetros. Las obras comenzarán en 2026 y conectarán los tramos Dos Hermanas (A-4 Sur) con Palomares y Coria del Río (A-8058), atravesando también los municipios de Sevilla y Palomares del Río.
La gran particularidad del proyecto radica en la exigencia técnica de la Autoridad Portuaria de Sevilla, que ha determinado que el gálibo vertical del puente —la distancia libre entre el agua y la parte inferior de la estructura— no podrá ser inferior a los 70,8 metros. Esta altura permitirá mantener la navegabilidad del Guadalquivir para grandes buques de carga, a la vez que convierte a la infraestructura en un hito de ingeniería civil europea.
Con este diseño, el puente SE-40 no solo resolverá un desafío logístico clave para el tráfico metropolitano, sino que también reforzará la competitividad del puerto de Sevilla y su conexión con el sur peninsular. La obra simboliza la apuesta del gobierno español por modernizar su red vial con criterios de sostenibilidad, conectividad y eficiencia.
Una vez concluido, el puente será un nuevo emblema de la ingeniería española, comparable con grandes infraestructuras icónicas del continente, y un motor de desarrollo para la región andaluza.






