La adopción de soluciones como el GLP, la energía solar y los sistemas híbridos no solo mejora el desempeño ambiental, sino que también permite ahorros operativos de hasta 40% en sectores clave como la agroindustria, minería y transporte.
En América Latina, el 67% del suministro energético aún depende de combustibles fósiles, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, 2023). Frente a este panorama, sectores clave de la economía peruana -como la agroindustria, la minería y el transporte- ya están adoptando soluciones energéticas más limpias, como la solar fotovoltaica, el GLP, los sistemas híbridos y tecnologías Dual Diésel Fuel, generando impactos medibles en emisiones, costos y continuidad operativa.
Según mediciones certificadas por laboratorios acreditados por INACAL, empresas agroexportadoras del norte del país han logrado reducir hasta en un 43% sus emisiones de CO₂ equivalente y más del 50% de óxidos nitrosos (NOx), tras modernizar sus procesos térmicos. Asimismo, otras compañías han sustituido grupos electrógenos por paneles solares y baterías, lo que ha permitido disminuir hasta en un 100% el consumo de diésel, especialmente en zonas no interconectadas.
En los sectores de minería, agroindustria y pesquería, la incorporación del GLP como sustituto parcial o total del diésel ha generado ahorros de hasta un 40% en costos operativos. A su vez, las soluciones Dual Diésel Fuel han permitido reducir hasta en un 20% el gasto energético. En el transporte, la migración hacia flotas adaptadas al GLP puede disminuir en un 10% los costos estructurales, gracias a una infraestructura nacional que supera las 1,500 estaciones de servicio.
“Las mejoras en emisiones han sido evidentes en todos los sectores con los que trabajamos. En muchos casos, la reducción de gases como CO₂, óxidos nitrosos y monóxido de carbono ha superado los dos dígitos, alcanzando picos de hasta 93% en procesos intensivos como calderas, montacargas o autogeneración eléctrica”, señaló Alessandra Dentone, directora Comercial de Solgas.
En zonas rurales, diversas operaciones agroindustriales ya están utilizando energía solar para accionar bombas de riego o generar energía autónoma. Algunas han comenzado a implementar diagnósticos energéticos integrales que les permiten rediseñar su matriz de consumo, accediendo a tecnologías capaces de sustituir hasta el 50% del uso de diésel sin comprometer el rendimiento, lo que reduce emisiones y mejora la competitividad del sector.
“Mientras el Perú avanza hacia una economía baja en carbono, estas experiencias demuestran que el cambio no depende exclusivamente de grandes proyectos, sino de decisiones estratégicas que integran energías disponibles, generan valor económico y promueven la sostenibilidad en la base productiva del país”, finalizó Dentone.