El repunte del oro refleja la búsqueda global de refugio ante la inflación persistente, la debilidad del dólar y la creciente tensión geopolítica, factores que han llevado su precio a niveles nunca antes vistos.
El oro reafirma su posición como uno de los activos refugio más demandados a nivel mundial, en medio de un panorama económico caracterizado por la inflación persistente y la incertidumbre geopolítica. En lo que va del año, su precio ha registrado un crecimiento notable de más del 50%, pasando de los 2,626 dólares por onza a inicios de 2025 hasta bordear actualmente los 4,100 dólares, un nivel históricamente alto que refleja la confianza de los inversionistas en este metal precioso.
“Este ascenso sostenido responde a una combinación de factores globales que han impulsado la preferencia por el oro como resguardo de valor. Entre ellos destacan la debilidad del dólar estadounidense, las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed), las tensiones geopolíticas en regiones como Medio Oriente, Europa del Este y Asia, así como el incremento de compras por parte de bancos centrales, especialmente en economías como China, India y Rusia. Estos elementos han reforzado la percepción del oro como un activo seguro en tiempos de volatilidad y riesgo financiero”, agregó Milagros Cruzado, analista de mercado de Capitaria.
En el caso del Perú, el oro continúa siendo uno de los pilares de la economía nacional. Durante los últimos meses, el país ha incrementado sus exportaciones auríferas, beneficiándose de la fuerte demanda internacional. Si bien el precio del oro se determina en los mercados globales, factores internos como la cotización del dólar frente al sol peruano y la oferta minera local también influyen en su valor en el mercado interno. De hecho, una apreciación del dólar suele traducirse en un incremento del precio del oro en moneda local.
“Se proyectan distintos escenarios para el comportamiento del oro hacia el cierre de 2025 y durante 2026. En un escenario base, se espera que el precio se mantenga cerca de los niveles actuales, sostenido por una inflación moderada y una demanda constante, apoyada en políticas monetarias flexibles en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, un escenario alcista podría darse si se intensifican las tensiones internacionales, el dólar se debilita o las tasas de interés vuelven a disminuir, impulsando nuevamente la búsqueda de refugios financieros”, precisó Cruzado.
En contraste, un escenario bajista o de corrección surgiría si la economía global muestra señales sólidas de recuperación, fortaleciendo al dólar y elevando los rendimientos de los bonos. Bajo estas condiciones, la demanda por activos refugio podría reducirse. Aun así, expertos coinciden en que el oro mantendrá su atractivo como activo de protección ante la inflación, la inestabilidad interna y las crisis financieras, consolidando su papel como uno de los pilares más estables dentro del mercado internacional de inversiones.






