Por Yoandris Rives Rodríguez, Gerente Regional para LATAM en B2BINPAY
Creo que el nuevo marco regulatorio de criptomonedas en Brasil marca, sin duda, un momento decisivo para el mercado de activos digitales en América Latina. Al alinearse con los estándares internacionales, el Banco Central ha convertido la regulación en un catalizador de crecimiento. En este sentido, la claridad representa una oportunidad: cuando las reglas son transparentes, las empresas pueden escalar de manera sostenible y los usuarios ganan confianza en el sistema en el que depositan su fe.
Integrar los criptoactivos en la estructura cambiaria y de pagos del país puede parecer una medida restrictiva, pero representa un paso reflexivo hacia una mayor madurez del mercado. Una supervisión mejorada puede ayudar a reducir las malas prácticas, fortalecer la protección al consumidor y, gradualmente, construir la credibilidad necesaria para una adopción más amplia. Con el tiempo, este enfoque podría contribuir a transformar el ecosistema, antes en gran parte especulativo, en uno más regulado y atractivo para la inversión.
Para América Latina, el enfoque de Brasil es una muestra de liderazgo. Demuestra que la economía más grande de la región busca no solo participar en la innovación fintech, sino también definir sus propios estándares. Este alineamiento con las prácticas globales puede atraer jugadores institucionales, profundizar la liquidez y acelerar la formalización de los pagos con criptomonedas.
Sin embargo, el verdadero desafío está en la ejecución. Lo cierto es que la regulación solo cumple su promesa si la aplicación se mantiene equilibrada y flexible. La colaboración entre los responsables de las políticas públicas y el sector privado será clave para garantizar el cumplimiento sin sofocar la innovación. Si se logra ese equilibrio, Brasil tendrá la oportunidad de convertirse en el modelo regulatorio para otros países de la región.






