Con una alta huella hídrica y crecientes exigencias sanitarias, el sector del cacao enfrenta desafíos clave para garantizar su viabilidad en un entorno global cada vez más exigente.
Cada 7 de julio se conmemora el Día Mundial del Cacao, pero más allá del sabor que deleita a millones, la industria enfrenta retos estructurales que ponen en juego su sostenibilidad. Se trata de un sector altamente demandante de agua: se requieren más de 20 mil litros por kilo de cacao producido, lo que convierte a este recurso en un insumo invisible pero determinante para la viabilidad futura del chocolate, los cosméticos y otros derivados.
El cacao atraviesa múltiples etapas —cultivo, fermentación, lavado, procesamiento industrial—, todas expuestas a riesgos de contaminación microbiológica si no se aplican protocolos estrictos de limpieza. La presencia de Salmonella por una higienización deficiente es uno de los riesgos más señalados por expertos en inocuidad. Desde Ecolab, firma global en soluciones de higiene industrial, advierten que “la industria debe adoptar tecnologías como sistemas CIP, limpieza sin enjuague y monitoreo digital para reducir hasta 40% del uso de agua y asegurar estándares de inocuidad”.
En Latinoamérica, donde se produce el 15% del cacao mundial, países como Brasil, Perú y Colombia figuran entre los principales productores, aunque también enfrentan los embates del cambio climático y la gestión ineficiente del recurso hídrico. Según Diego Varrá, líder regional en Ecolab, “sin prácticas responsables, el futuro del cacao está en riesgo. No se trata solo de producir más, sino de producir mejor y con conciencia ambiental”.






