El acceso clave al nuevo Jorge Chávez demorará cuatro años y enfrenta fuerte oposición vecinal

El megaproyecto de la Vía Expresa Santa Rosa, esencial para el ingreso al nuevo aeropuerto, arrastra años de retrasos y resistencia de la comunidad local, que denuncia irregularidades y advierte impactos urbanos negativos.

El nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez ya opera, pero su prometido acceso principal aún es un proyecto en papel. Lo que debía ser una moderna vía expresa conectada a la Costa Verde —con un puente clave sobre el río Rímac— recién estaría lista en tres a cuatro años, según cronogramas oficiales. Mientras tanto, dos puentes provisionales intentan paliar la precariedad actual del acceso.

El retraso no es menor: desde 2017 y 2019 se aprobaron las viabilidades del puente Santa Rosa y de la Vía Expresa Santa Rosa, respectivamente. Sin embargo, adjudicaciones fallidas y gestiones cambiantes han postergado el inicio de obras reales. Recién en noviembre próximo se iniciaría la construcción del viaducto elevado, mientras que el puente —crucial para el tránsito peatonal y vehicular seguro— solo arrancaría en agosto de 2026.

Todo ello ocurre en medio de un clima tenso en el Callao. Vecinos y colectivos rechazan la vía expresa por considerar que prioriza el flujo hacia el aeropuerto y la Costa Verde sin atender las necesidades del distrito. Denuncian además que la vía genera un cuello de botella y que los procesos de aprobación han tenido irregularidades. Reclaman, en cambio, un enfoque más integral: una vía exclusiva de buses, nuevos puentes y la habilitación de otros accesos estratégicos.

La oposición ya ha escalado a acciones legales y protestas. Mientras tanto, expertos advierten que insistir en soluciones viales obsoletas podría condenar a la zona a más problemas de congestión y fragmentación urbana. El reto, para el MTC y los gobiernos locales, será conciliar las urgencias del aeropuerto con un desarrollo urbano que también beneficie a los ciudadanos del Callao.