Dormerson adquiere el strip center Paseo Fibra y refuerza su posición en el retail limeño

El grupo Dormerson compró el centro comercial Paseo Fibra, ubicado en Magdalena del Mar, a FIBRA, fondo que busca rotar capital hacia nuevos proyectos inmobiliarios.

La dinámica del sector de centros comerciales en Lima continúa evolucionando con movimientos estratégicos que reconfiguran el mapa comercial de la ciudad. En medio de un contexto de expansión urbana, los strip malls se afianzan como una alternativa eficiente frente a los complejos tradicionales, gracias a su escala manejable, costos operativos más bajos y cercanía con el consumidor.

En esa línea, el fondo FIBRA concretó la venta del strip center Paseo Fibra al grupo Dormerson, que refuerza así su presencia en el segmento de retail ligero. Con esta adquisición, Dormerson suma su tercer centro comercial bajo gestión, consolidando una estrategia enfocada en formatos ágiles y de rápida rotación de capital.

Paseo Fibra, situado en la avenida De la Roca De Vergallo 318, en Magdalena del Mar, cuenta con un área bruta arrendable (ABL) de 3.200 m² sobre un terreno de aproximadamente 1.551 m². En su oferta comercial destacan marcas como SmartFit, Sofá Café, Aruma, Coolbox, Mariate, Puku Puku, Tambo y DHL, conformando un mix atractivo de servicios, gastronomía y conveniencia.

Durante los últimos semestres, el centro comercial ha mantenido alta ocupación y crecimiento en rentas y ventas, lo que reafirma su posición como un activo sólido en una zona de tránsito peatonal y vehicular constante, rodeada de residencias y oficinas.

Estrategia de ambas partes

Para Dormerson, la compra de Paseo Fibra responde a su objetivo de ampliar cobertura urbana sin asumir los costos de un mall tradicional, fortaleciendo su presencia en zonas de alta densidad poblacional.

Por su parte, FIBRA busca liberar recursos de un activo maduro para destinarlos a nuevos desarrollos con mayor potencial de crecimiento y rentabilidad, tanto en proyectos verticales como horizontales. La operación se enmarca en una política de rotación de portafolio, que prioriza activos de mayor escala y ubicación estratégica.

La operación confirma que el mercado inmobiliario limeño sigue siendo atractivo para fondos e inversionistas institucionales, impulsados por el auge de los formatos de conveniencia y la necesidad de adaptar la oferta a los nuevos hábitos de consumo urbano.