En momentos de desempleo, la tentación natural es dejar los ahorros quietos en una cuenta corriente.
Perder el empleo nunca es fácil. Más allá del golpe emocional, la pérdida de ingresos suele traer consigo incertidumbre y ansiedad. La buena noticia es que existen estrategias claras para atravesar este momento con orden y hasta convertirlo en una oportunidad para replantear las finanzas personales.
El especialista en inversiones y educación financiera Cristian Arens aconseja que ante esta situación lo ideal no suele ser únicamente recortar los gastos. Existen otros métodos para proteger los ahorros con instrumentos financieros que permitan que se mantenga o incremente la liquidez. Estos son los pasos naturales para ordenarte nuevamente:
Definir los gastos
Cuando se pierde el trabajo, cada sol cuenta. Por eso, el punto de partida es identificar con precisión a dónde se va el dinero mes a mes. Arens sugiere separar los egresos en dos grandes categorías.
- Gastos fijos: aquellos que son ineludibles y que sostienen la vida cotidiana. Aquí entran el alquiler, el agua, la luz, el teléfono, el internet y la gasolina. Se trata de pagos que, sí o sí, deberán cubrirse todos los meses.
- Gastos variables: los que, aunque agradables, no son indispensables. Restaurantes, fiestas, ropa, distracciones y hasta ciertos servicios de suscripción caen en este grupo.
Los recortes deben empezar por los gastos variables. Reducir salidas, comprar menos ropa o pausar suscripciones son ajustes que generan alivio financiero sin comprometer lo esencial.
Empezar a mover los ahorros
En momentos de desempleo, la tentación natural es dejar los ahorros quietos en una cuenta corriente, listos para usarse en caso de necesidad. Sin embargo, Arens advierte que eso implica perder una oportunidad de rentabilidad. Su recomendación es destinar al menos un 10% de los ahorros a inversiones seguras, que permitan proteger el capital y, al mismo tiempo, hacerlo crecer.
Estas son algunas alternativas accesibles:
- Cuentas de ahorro de alto rendimiento: ofrecen liquidez inmediata y pagan más intereses que las cuentas tradicionales. Son ideales para quienes priorizan la seguridad y el acceso rápido al dinero.
- Depósitos a plazo fijo: permiten asegurar una rentabilidad estable durante un periodo determinado. Si bien inmovilizan el capital, resultan convenientes cuando se tiene un excedente que no se usará en el corto plazo.
- Bolsa de valores: una opción de diversificación que reduce riesgos al invertir en fondos indexados o ETFs, con potencial de crecimiento mayor al de productos bancarios tradicionales.
- Préstamos garantizados por inmuebles: una alternativa menos conocida, pero efectiva para quienes cuentan con propiedades. Permite acceder a liquidez respaldada por bienes raíces, con tasas más competitivas que los créditos personales.
Cambiar la mentalidad para generar abundancia
Más allá de clasificar gastos y elegir inversiones, lo fundamental es diseñar un plan financiero concreto. Arens recomienda responder esta pregunta clave: ¿Qué fuentes alternativas de ingreso puedo activar en el corto plazo: consultorías, trabajos freelance, proyectos temporales?
El simple hecho de ponerlo por escrito reduce la ansiedad, porque convierte la incertidumbre en un mapa de acción. No se trata de esperar pasivamente la siguiente oportunidad laboral, sino de tomar control de las finanzas personales mientras llega.
Perder el trabajo duele, pero también puede ser el empujón necesario para replantear hábitos de consumo y explorar nuevas fuentes de ingresos. Toda crisis es una oportunidad y en este caso puede ser útil para capacitarte y dominar nuevas habilidades que le den a futuro rentabilidad a tus ingresos.






