Lima Airport Partners denuncia que el Ministerio de Transportes plantea reactivar el antiguo edificio sin consulta previa, en contravía al modelo de aeropuerto único que sostiene su inversión millonaria.
Una nueva fricción se abre entre el sector público y privado en torno al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. La concesionaria Lima Airport Partners (LAP) rechazó tajantemente la propuesta del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para reabrir el antiguo terminal de pasajeros, acusando al ministerio de actuar de forma “unilateral” y sin diálogo previo.
En un comunicado oficial, LAP advirtió que no ha recibido ninguna comunicación formal sobre la posible reactivación del antiguo edificio, actualmente fuera de uso tras el avance de obras del nuevo terminal internacional. Según la empresa, toda la arquitectura operativa y la inversión privada —que supera los $2.000 millones— están diseñadas para un aeropuerto con un único terminal, con capacidad para atender a más de 40 millones de pasajeros anuales.
“El nuevo terminal fue concebido para integrar todos los procesos operativos, logísticos, comerciales y de servicios en un solo espacio”, subraya la concesionaria, que también destacó otros $400 millones en inversiones de terceros vinculados al proyecto. En ese sentido, consideran que reabrir el antiguo terminal carece de justificación técnica y contractual, y que cualquier cambio de esa naturaleza debería evaluarse dentro del marco legal de la concesión.
Desde el lado del MTC, la propuesta busca incrementar la capacidad del aeropuerto hasta los 60 millones de pasajeros al año, contemplando una conexión entre ambos terminales mediante un túnel subterráneo o un monorriel. Sin embargo, el titular del sector, César Sandoval, admitió que por ahora se trata solo de ideas preliminares sin plazos definidos, y reconoció que cualquier medida de este tipo requerirá negociaciones con LAP.
El conflicto plantea interrogantes de fondo: ¿puede el Estado alterar el diseño de un proyecto en curso sin afectar la seguridad jurídica de las inversiones privadas? ¿Cómo se equilibra la presión por ampliar la capacidad aeroportuaria con los compromisos contractuales firmados? Mientras tanto, el Jorge Chávez sigue en plena transformación, pero con nubarrones en su modelo de gobernanza.






