El oro cerró la jornada de este lunes (28) con pérdidas, en un contexto marcado por el anuncio del acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea. El pacto establece una reducción arancelaria del 30% al 15% sobre productos europeos, lo que generó un renovado optimismo en los mercados globales y favoreció el apetito por riesgo.
El resultado inmediato fue un fortalecimiento del dólar estadounidense frente a otras divisas, lo que ejerció presión sobre el precio del oro. Al estar denominado en dólares, el metal precioso se vuelve más costoso para inversores internacionales fuera de la zona dólar, impactando negativamente la demanda.
A pesar de este movimiento, los mercados mantienen el foco en las negociaciones entre Estados Unidos y China. Cualquier señal de tensión o estancamiento podría reavivar la búsqueda de refugio en activos considerados seguros, como el oro.
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que las conversaciones con autoridades chinas están en curso y subrayó que los acuerdos deben ser beneficiosos para todas las partes. También anunció la posibilidad de establecer una tarifa global, entre el 15% y el 20%, para aquellos países que no alcancen acuerdos directos con Estados Unidos.
El petróleo cerró al alza este lunes (28), impulsado por las recientes declaraciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien manifestó su intención de fijar un plazo máximo de hasta 12 días para que el presidente ruso, Vladimir Putin, alcance un acuerdo de tregua con Ucrania. El anuncio fue interpretado como una intensificación del discurso geopolítico. En respuesta, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvédev, calificó el ultimátum del exmandatario republicano como una «amenaza de guerra» entre ambas potencias.
En el plano comercial, los inversionistas también asimilaron el acuerdo alcanzado el domingo entre la Unión Europea y Estados Unidos. Según informó la Casa Blanca, el bloque europeo planea invertir alrededor de 600.000 millones de dólares en el país durante el mandato de Trump, además de comprometerse a adquirir 750.000 millones de dólares en energía estadounidense hasta 2028. El anuncio fue bien recibido por el mercado, al ser percibido como un fortalecimiento del flujo de capital y de la seguridad energética occidental.
En cuanto a las relaciones entre Washington y Pekín, Trump señaló en una rueda de prensa que “le gustaría que [los chinos] abrieran el país”, en alusión a las barreras de acceso al mercado chino, lo que podría anticipar un enfoque más firme en las futuras negociaciones bilaterales.






