La minera australiana abandona la oferta de US$ 60.000 millones que buscaba consolidar su liderazgo global en cobre, pese a los méritos estratégicos de la operación.
Decisión y contexto
BHP decidió poner fin a su intento de adquirir Anglo American, anunciando que ya no buscará la combinación con la compañía británica, a solo semanas de que los accionistas de Anglo y Teck Resources voten la fusión que daría origen a Anglo Teck. Según la minera, la operación tenía “fuertes méritos estratégicos” y habría generado valor para los grupos de interés, pero la empresa confía en su estrategia de crecimiento orgánico.
La decisión sorprendió al mercado, especialmente a accionistas como Andy Forster, de Argo Investments, quien calificó la jugada como “una última oportunidad” para BHP. Los resultados bursátiles muestran caminos opuestos: Anglo sube 16% en el año, mientras que BHP solo 2%. Tras conocerse la noticia, las acciones de BHP avanzaron 0,4%.
Cobre: el motor estratégico
El cobre, crítico para la transición energética y la electrificación global, era el gran objetivo de BHP. La minera australiana, líder mundial, busca reforzar su posición ante la posible creación de Anglo Teck, que consolidaría proyectos clave en Chile y Perú, modificando la dinámica global del mercado.
Factores detrás de la retirada
Entre las razones que llevaron a BHP a desistir se destacan:
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Conversaciones preliminares sin avance suficiente para una propuesta viable.
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Confianza en el crecimiento orgánico, que reduce la urgencia de una megaadquisición.
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Escenario bursátil desfavorable, con el precio de Anglo subiendo 16% y BHP solo 2%, encareciendo la operación.
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Calendario crítico, con la votación del 9 de diciembre para crear Anglo Teck.
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Restricciones regulatorias británicas que impiden a BHP presentar otra oferta por seis meses.
Implicancias
La retirada limita las opciones de expansión inorgánica de BHP en el corto plazo y marca un giro en la estrategia de consolidación del cobre a nivel global. Analistas destacan que oportunidades de este tipo son escasas, y el futuro dependerá de la capacidad de la minera de impulsar proyectos propios y mantener su posición frente a nuevos competidores.






