Barcelona fija fecha para concluir la Línea 9 del Metro tras tres décadas de retrasos

La conexión total entre el Aeropuerto del Prat y Santa Coloma recién estaría lista en 2031, casi 30 años después del inicio de las obras.

Una obra emblemática que se eternizó

La Línea 9 del Metro de Barcelona nació en 2002 con la promesa de ser la más larga de la red: 48 kilómetros, 50 estaciones y 17 intercambiadores que unirían Badalona y Santa Coloma de Gramanet con la Zona Franca y el aeropuerto de El Prat. La meta era culminar el proyecto en menos de una década. Sin embargo, más de 20 años después, la obra continúa inconclusa.

Actualmente, solo funcionan la L9 Norte y la L9 Sur como tramos independientes, sin conexión directa. Los retrasos han estado ligados a problemas técnicos, sobrecostos y decisiones políticas.

Nuevo calendario de ejecución

La consejera de Territorio, Sílvia Paneque, y la primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet, anunciaron que el tramo pendiente podría completarse en 2031. Ese año quedaría enlazada la L9 de extremo a extremo, junto con la L10, cerrando así un ciclo de tres décadas de obras.

Los hitos previos incluyen:

  • 2027: entrada en servicio de las estaciones Sagrera Tren de Alta Velocidad, La Sagrera, Plaza Maragall y Guinardó Hospital de Sant Pau.

  • 2030: apertura de las estaciones Lesseps y Camp Nou.

  • 2031: conexión total de la L9 y L10.

  • 2032: apertura final de Manuel Girona y Putxet.

Los obstáculos técnicos

La tuneladora, pieza clave de la obra, sufrió una avería en 2024 cuando estaba a 500 metros de la futura estación de Mandri. Tras un año y medio de reparaciones, el cabezal fue renovado y retomará la excavación, con un ritmo previsto de 130 metros mensuales hasta completar los 1,6 kilómetros restantes del túnel.

Un equipo de 75 personas trabaja en dos turnos para mantener la continuidad del avance en medio de terrenos geológicos complejos que incluyen granito, pizarra y arenisca.

Expectativas y retos

Para las autoridades, la conclusión de la línea tendrá un fuerte impacto en la movilidad metropolitana, facilitando la conexión entre el aeropuerto, la zona universitaria, el Camp Nou y el norte de Barcelona. Además, reforzará la intermodalidad al enlazar con la L1, L4, L5 y la red de Rodalies.

No obstante, el largo historial de retrasos obliga a los usuarios y analistas a recibir los nuevos plazos con cautela. Si el plan se cumple, Barcelona habrá necesitado 30 años para completar una de sus infraestructuras más ambiciosas.