Mientras el mundo contiene la respiración entre amenazas nucleares, tensiones comerciales y presiones inflacionarias, los mercados se mueven entre la esperanza de recortes de tasas y el miedo a una guerra de mayor escala. Washington arde políticamente, Medio Oriente está al borde del abismo y la Reserva Federal camina sobre la cuerda floja.
En una sesión marcada por una combinación de tensiones geopolíticas, decisiones de política monetaria, y perspectivas corporativas positivas, los mercados financieros enfrentan un escenario de incertidumbre estratégica y volatilidad calculada. Estados Unidos permanece en el centro de atención tanto por sus movimientos militares como por las reacciones de los mercados financieros, mientras Europa y Asia observan atentamente, con el sector corporativo global enfrentando desafíos regulatorios y presiones económicas simultáneamente.
Los futuros de EE.UU. abrieron ligeramente a la baja, condicionados por un entorno cargado de tensión en Medio Oriente, una volatilidad persistente en las condiciones de liquidez y expectativas divergentes sobre la política monetaria. La Reserva Federal enfrenta una presión creciente desde múltiples frentes. Thomas Barkin de la Fed declaró que no puede descartarse un repunte inflacionario derivado de los aranceles y advirtió que no existe urgencia en los datos para justificar un recorte de tasas. Mientras tanto, Christopher Waller indicó que, si bien la inflación por aranceles no parece persistente, su presencia es una preocupación válida. Waller remarcó que el mercado laboral sigue fuerte, aunque comienza a mostrar signos de debilitamiento, como una alta tasa de desempleo entre recién graduados y desaceleración en la creación de empleo. A pesar de ello, afirmó que la Fed tiene espacio para bajar las tasas en julio si las condiciones lo permiten, con la posibilidad de pausar si ocurren shocks externos.
Goldman Sachs mantuvo su pronóstico alcista para el S&P 500, proyectando que alcanzará los 6.100 puntos para fin de año y 6.500 dentro de doce meses, sustentado en el crecimiento económico sostenido, mayores beneficios corporativos y una disminución de los riesgos de recesión y comerciales. No obstante, el propio informe de la Fed reveló que la liquidez se deterioró sustancialmente a principios de abril en los mercados de acciones, bonos corporativos y municipales, aunque desde entonces ha mejorado, si bien persisten condiciones sensibles a la política comercial.
El presidente Donald Trump volvió a arremeter contra el presidente de la Fed, Jerome Powell, calificándolo de “imbécil” y sugiriendo que podría despedirlo, en medio de una publicación en la que alegó que los recortes de tasas podrían ahorrar un billón de dólares anuales al país. Trump también aseguró que los ataques estadounidenses contra las principales instalaciones nucleares iraníes fueron “un éxito militar espectacular”, anunciando que estas han sido completamente destruidas. Advirtió que cualquier represalia iraní será respondida con una fuerza superior, calificando los daños a Irán como “monumentales”.
En efecto, el conflicto entre EE.UU., Israel e Irán se ha intensificado dramáticamente. Medios israelíes confirmaron que sus fuerzas atacaron la carretera de acceso a la instalación nuclear iraní de Fordow, mientras que reportes paralelos indicaron explosiones en Tel Aviv, Negev y Haifa tras el lanzamiento de misiles por parte de Irán. La amenaza nuclear no ha sido erradicada, y aunque Dan Ives de Wedbush interpretó la operación como un “alivio” para los mercados, sugiriendo que la región está ahora “aislada”, la situación permanece inestable. Irán informó de un ataque a una base militar estadounidense en Siria, aunque no verificado, y reafirmó que las represalias están en curso. Además, prometió no detener el enriquecimiento de uranio para fines pacíficos, aunque mostró apertura diplomática con Europa.
En la dimensión diplomática, Irán manifestó estar listo para retomar las conversaciones nucleares, con el ministro de Relaciones Exteriores declarando una “atmósfera seria y respetuosa” en las charlas con la UE y el E3. Sin embargo, también rechazó categóricamente el “enriquecimiento cero”, especialmente bajo ataque militar. Funcionarios europeos, entre ellos los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido y Francia, junto al jefe de Política Exterior de la UE, reafirmaron su disposición a mantener abiertos los canales de diálogo y ampliar la agenda más allá del programa nuclear. La delegación Irán-E3 se reunió en Ginebra, aunque una parte habría abandonado las negociaciones en horas recientes, marcando posibles fricciones.
Desde Rusia, el presidente Putin señaló que la OPEP+ está aumentando gradualmente la producción de petróleo y que no se requiere intervención adicional en los mercados, pese al reciente aumento moderado de los precios provocado por la crisis en Medio Oriente. El viceprimer ministro ruso, Novak, reiteró el compromiso con Kazajistán para mantener la cooperación en el marco de la OPEP+. Putin también reafirmó su apoyo al derecho de Irán a un programa nuclear pacífico, expresó preocupación por una posible escalada hacia una Tercera Guerra Mundial y subrayó la alineación estratégica con China hacia un nuevo orden mundial.
En términos energéticos, el estrecho de Ormuz continúa operativo pese a las amenazas de cierre por parte del Parlamento iraní. Datos de Marinetraffic revelaron que tres petroleros y buques químicos se desviaron de la ruta, aunque otros tres que previamente habían cambiado de rumbo se dirigen ahora hacia el estrecho. Las ganancias iniciales del petróleo del 5,7 % al comenzar la semana se han diluido, ante la aparente continuidad del flujo marítimo. El recuento de plataformas petrolíferas Baker Hughes mostró un leve descenso, con 438 plataformas activas frente a 439 la semana anterior, y un total de yacimientos activos en EE.UU. cayendo a 554 desde 555.
En el ámbito corporativo, Apple se encuentra en intensas negociaciones con la Comisión Europea para evitar sanciones relacionadas con la App Store, en lo que podría tener consecuencias significativas sobre su modelo de negocio en el continente. Por su parte, Kroger superó las expectativas en sus resultados del primer trimestre de 2026, con un BPA de $1,49 frente al estimado de $1,45 y ventas de $45,1 mil millones, aunque levemente por debajo de las expectativas de $45,23 mil millones.
Bank of America presentó un informe detallado sobre las posiciones de los CTAs (Commodity Trading Advisors), indicando que las posiciones largas en oro continúan en consenso alcista, siguiendo la trayectoria del precio. En cuanto al EURO STOXX 50, el índice se mantiene como la posición más consensuada en renta variable, con preferencia por compras en escenarios de consolidación o tendencia alcista. Respecto al dólar estadounidense, el informe señala que su reciente subida –coincidente con la escalada del conflicto en Medio Oriente– no ha afectado significativamente las posiciones cortas sostenidas por los CTAs frente a EUR, GBP y MXN, mientras que se anticipan ventas de yenes japoneses frente al USD en la semana entrante.
En Canadá, los datos de ventas minoristas de mayo decepcionaron, con un descenso del -1,1 % frente al +0,3 % esperado, reflejando una contracción en el consumo. En contraste, el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia repuntó a 4 puntos en junio, superando ampliamente el pronóstico de -1,5 y mejorando desde el -4,0 anterior, lo cual brinda cierto alivio al panorama de actividad industrial.
Finalmente, el Ministerio de Hacienda de Japón no descartó la recompra de bonos del gobierno, y su estrategia fiscal recibió respaldo mayoritario por parte de los distribuidores. Mientras tanto, el mercado europeo sigue bajo presión, con la UE abandonando la propuesta de reducir el tope del precio del crudo ruso a $45, reflejo de las tensiones energéticas persistentes.
El entorno actual de los mercados financieros está definido por una combinación volátil de tensiones geopolíticas, decisiones monetarias inciertas y un ciclo económico que comienza a mostrar signos mixtos. La ofensiva militar de EE.UU. e Israel contra Irán ha añadido una nueva dimensión de riesgo, aunque el impacto inmediato ha sido percibido por algunos analistas como estabilizador regional. No obstante, el potencial de escalamiento sigue siendo elevado y mantiene al crudo, las materias primas y los activos de refugio como focos de atención crítica.
La Reserva Federal, atrapada entre los riesgos inflacionarios derivados de los aranceles y un mercado laboral que empieza a dar señales de fatiga, se aproxima a un punto de inflexión. Los datos actuales respaldan un posible recorte en julio, pero la falta de consenso interno y la sensibilidad del entorno internacional podrían inducir cautela adicional. En este contexto, los mercados probablemente enfrenten una volatilidad controlada, con rallys de alivio alternándose con retrocesos técnicos a medida que se procesan los acontecimientos.
Proyectando hacia el segundo semestre del año, si las tensiones en Medio Oriente no escalan más allá de su punto actual, y si la Fed confirma su disposición a recortes graduales, podríamos ver un entorno favorable para los activos de riesgo. No obstante, el riesgo latente de una política comercial más restrictiva y nuevas sanciones, especialmente en el sector tecnológico, podrían limitar los avances. Los próximos movimientos del S&P 500 y del crudo Brent serán termómetros clave del equilibrio entre narrativa de crecimiento y riesgo geoestratégico.






