Por Katyeen Gonzaga, CEO de KYSGO Inmobiliaria
En el Perú, el mercado inmobiliario ha estado tradicionalmente concentrado en Lima, pero en los últimos años las regiones del norte empiezan a cobrar relevancia. Piura, junto a otras ciudades como Chiclayo y Chimbote, muestra un crecimiento interesante en la demanda de vivienda y terrenos, aunque enfrenta retos estructurales importantes. En paralelo, proyectos estratégicos como el puerto de Chancay están cambiando el panorama logístico y comercial del país, con impactos que podrían influir en las inversiones inmobiliarias regionales. Este análisis busca ofrecer una mirada realista y actualizada sobre las oportunidades y desafíos que enfrenta el mercado inmobiliario en el norte peruanodurante la segunda mitad de 2025.
El mercado inmobiliario peruano sigue mostrando señales de crecimiento en 2025, aunque con dinámicas diferenciadas entre Lima y las regiones del norte. En Piura, por ejemplo, el sector enfrenta grandes desafíos que afectan la calidad de vida y la planificación urbana, como el bajo registro catastral (solo el 36% de las unidades están formalmente registradas) y la informalidad en la tenencia de tierras, lo que dificulta un desarrollo ordenado y sostenible. A pesar de ello, la demanda de vivienda en la región se mantiene activa, impulsada por una población joven y una economía regional que, aunque no lidera el país, muestra potencial de crecimiento.
En términos de precios, el metro cuadrado en Piura se mantiene alrededor de S/ 2,700 a S/ 3,200 en zonas con mayor plusvalía, como Castilla o el Km 27, donde la modernización de vías y la mejora en servicios básicos elevan el atractivo inmobiliario. Sin embargo, esta valorización es modesta en comparación con Lima, donde el metro cuadrado promedio supera los S/ 6,700 y la oferta inmobiliaria es mucho más diversificada y sofisticada. Por ello, Piura y otras ciudades del norte como Chiclayo, Tumbes y Chimbote aún están en proceso de consolidar un mercado inmobiliario más robusto, con retos en infraestructura y formalización que deben ser atendidos para sostener su crecimiento.
Respecto a las expectativas para los próximos seis meses, se prevé que la demanda en Piura continúe estable, con un interés creciente en proyectos residenciales que integren servicios básicos y accesibilidad, aunque la oferta podría verse limitada por la falta de formalización y planificación urbana adecuada. La migración interna y el crecimiento poblacional seguirán siendo motores clave, pero sin una mejora en la gestión territorial y la infraestructura, el desarrollo podría ser desordenado y generar problemas sociales y ambientales.
En cuanto al puerto de Chancay, su influencia directa en Piura es limitada debido a la distancia geográfica, pero su desarrollo sí está generando un efecto positivo en la economía nacional y regional al potenciar la logística y el comercio exterior. Esto podría traducirse en inversiones inmobiliarias vinculadas a actividades industriales y comerciales en el norte, aunque todavía de manera incipiente. El puerto está incentivando la modernización de cadenas productivas y la llegada de capitales que, con una adecuada coordinación, podrían beneficiar indirectamente a Piura y otras regiones del norte.
En resumen, el mercado inmobiliario en Piura y el norte peruano enfrenta un escenario mixto: oportunidades de crecimiento real pero condicionadas a superar desafíos estructurales como la informalidad y la falta de infraestructura. La influencia del puerto de Chancay es un factor que puede potenciar la región, pero no es el motor principal del desarrollo inmobiliario local. Para que el norte se consolide como un polo inmobiliario competitivo, será clave fortalecer la planificación urbana, formalizar la propiedad y mejorar los servicios públicos, aspectos que actualmente limitan su potencial.






