Cinco tendencias que definirán el futuro del Open Finance y los datos abiertos en Latinoamérica

Brasil, Chile y Colombia lideran el avance del Open Finance, mientras que Perú, Uruguay y Guatemala emergen como nuevos polos de innovación.

Tras un año de avances regulatorios y adopción tecnológica, Fiskil, compañía global especializada en proveer soluciones tecnológicas de Open Finance y Open Data, proyecta que 2026 será el año de la madurez de la economía de datos compartidos. La compañía anticipa un entorno donde la regulación, la interoperabilidad y la confianza digital redefinirán la relación entre entidades financieras, fintechs y consumidores.

Durante 2025, distintos países de Latinoamérica dieron pasos decisivos con marcos regulatorios más claros para la apertura de datos y la integración de pagos. Al mismo tiempo, las entidades financieras pasaron de la exploración a la ejecución, implementando APIs y colaborando con fintechs. Este proceso estuvo acompañado de un aumento en la inversión en infraestructura de APIs, ciberseguridad y gobernanza de datos, consolidando la confianza en la economía de datos compartidos.

“La conversación ya no gira solo en torno a la adopción del Open Finance, sino a su impacto. En 2026, los países que logren adoptar y traducir la regulación en productos y experiencias reales marcarán el ritmo de la innovación financiera en la región”, comenta Karol Benavides, Directora Regional de Alianzas y Estrategia de Fiskil para Latinoamérica.

2026 será clave para continuar con la definición y evolución de la regulación y la ejecución, consolidando una nueva etapa de madurez en los ecosistemas de Open Finance y Open Data. Estas son las cinco tendencias que definirán el rumbo del sector:

  1. Los datos como activo estratégico: las instituciones financieras comenzarán a gestionar sus datos como un verdadero capital operativo. Surgirán equipos especializados en cumplimiento, monetización y análisis, transformando la información en una fuente directa de ingresos y eficiencia. Las organizaciones que reconozcan el valor operativo de sus datos serán las que lideren el nuevo ciclo de innovación y competitividad financiera.
  2. Pagos instantáneos y Open Finance, la dupla ganadora: la expansión de sistemas de pagos inmediatos como PIX en Brasil, Bre-B en Colombia y los avances en Perú y Argentina impulsarán experiencias digitales más ágiles y seguras. El reto estará en conectar esa inmediatez con una gestión responsable del consentimiento y la personalización de servicios. “El futuro de los pagos estará definido por la capacidad de las instituciones para conectar la velocidad de las transacciones con la inteligencia de los datos. El reto para 2026 será que los consumidores perciban de forma tangible los beneficios de esta evolución: servicios más rápidos, económicos y personalizados”, añadió Karol Benavides.
  3. Alianzas tecnológicas y ecosistemas colaborativos: la colaboración se consolidará como pilar esencial. Surgirán ecosistemas híbridos donde bancos, fintechs y aseguradoras compartirán infraestructura, APIs y datos a través de plataformas interoperables. Los data marketplaces y las alianzas estratégicas impulsarán nuevos modelos de negocio basados en datos abiertos.
  4. Gobernanza y confianza digital: con el incremento del flujo de datos, los consumidores demandarán mayor transparencia, control y beneficios tangibles. Las entidades que prioricen la ciberseguridad, la gestión ética de la información y la educación financiera se posicionarán como referentes de confianza.
  5. De la regulación a la ejecución regional: los países latinoamericanos comenzarán a materializar los avances regulatorios de los últimos años. La prioridad será establecer estándares comunes de interoperabilidad y seguridad que impulsen la innovación y la inclusión financiera en toda la región.

Líderes y emergentes del Open Finance en la región

Brasil continuará siendo el referente regional y mundial, con más de 800 entidades integradas a su ecosistema y una sólida conexión entre el sistema de pagos (PIX) y el intercambio de datos. Chile consolidará la implementación técnica de su Ley Fintech, que equilibra innovación y seguridad, mientras que Colombia entrará en su fase más transformadora con la inminente obligatoriedad del Open Finance.

En paralelo, Perú, Uruguay y Guatemala se perfilan como los países emergentes a seguir en 2026. En Perú, la próxima regulación formal promete impulsar la inclusión financiera; Uruguay, gracias a su elevada bancarización, podría liderar una nueva ola de innovación basada en datos abiertos; y Guatemala avanza desde los reguladores, la banca y las asociaciones fintech hacia un modelo centrado en la interoperabilidad y la colaboración regional. En conjunto, estos países representan distintos niveles de madurez, pero un mismo objetivo: construir una economía regional basada en datos abiertos y confianza digital.

“El verdadero valor de los datos abiertos no está solo en la tecnología, sino en la confianza que se genera cuando todos los actores hablan el mismo lenguaje de interoperabilidad. 2026 será el año en que esa confianza se traduzca en innovación, inclusión y eficiencia para la región. Esa confianza compartida será el motor que impulse una nueva etapa de inclusión financiera, eficiencia y competitividad regional”, concluyó Karol Benavides, Directora Regional de Alianzas y Estrategia de Fiskil para Latinoamérica.