Arabia Saudí impulsa un megaproyecto ferroviario de USD 7.000 millones para unir el Mar Rojo y el Golfo Pérsico

El Landbridge transformará el desierto árabe en un corredor de acero y velocidad, conectando los dos mares con una línea ferroviaria de 1.400 km que promete revolucionar el comercio regional.

Un desierto convertido en oportunidad

En el corazón de la península arábiga, donde la arena parece infinita, Arabia Saudí ha iniciado una de las obras de infraestructura más ambiciosas del planeta. El desierto, antes visto como frontera natural y obstáculo geográfico, se convertirá en el eje de un corredor de comercio y tecnología que conectará sus extremos costeros. Este cambio de paradigma refleja el deseo del país de diversificar su economía y reducir su dependencia del petróleo, abriendo paso a una nueva era de innovación y conectividad.

El Landbridge: uniendo dos mares

El Landbridge, o puente terrestre, será el primer corredor ferroviario que una el Mar Rojo con el Golfo Pérsico dentro del territorio saudí. Con una inversión estimada en USD 7.000 millones y una extensión de 1.400 kilómetros, el proyecto conectará las ciudades de Yeda y Dammam, pasando por Riad, reduciendo el trayecto entre la capital y la costa oeste de 12 a menos de 4 horas. Más allá de la velocidad, el objetivo central es posicionar al país como un hub logístico global, enlazando puertos, aeropuertos y zonas industriales estratégicas.

Impacto económico y logístico

Según estimaciones oficiales, el Landbridge podría generar 200.000 empleos y ahorrar más de USD 4.200 millones anuales en costos de transporte. Además, incorporará siete centros logísticos diseñados para optimizar el movimiento de mercancías y facilitar la integración de las rutas marítimas y terrestres. Entre los componentes del proyecto se incluye un ramal de 950 kilómetros entre Riad y Yeda, además de varios enlaces que ampliarán la red ferroviaria nacional.

Innovación y visión estratégica

El Landbridge forma parte del programa Visión 2030, la hoja de ruta con la que Arabia Saudí busca diversificar su economía, fomentar la sostenibilidad y consolidarse como líder en infraestructura moderna. El tren, además de conectar los dos mares, será un símbolo de la ingeniería avanzada y del nuevo modelo económico saudí, actuando como puente terrestre entre Asia, África y Europa.

Una apuesta por el futuro

Este megaproyecto es más que una vía de transporte: representa una declaración de intenciones. Arabia Saudí quiere acelerar su transformación y demostrar que la innovación puede surgir incluso del desierto. Con la colaboración de empresas internacionales y tecnología de vanguardia, el país busca convertir sus arenas en acero, sus límites en rutas y su visión en realidad. El ferrocarril del futuro, que unirá el Mar Rojo con el Golfo Pérsico, encarna la ambición de un país que se mueve hacia una nueva era económica y geopolítica.