Los principales ejecutivos de Wall Street advierten que el impulso reciente de los mercados podría estar llegando a su límite. Tras meses de subidas históricas, las señales de sobrevaloración y los ajustes en activos tecnológicos reflejan un escenario global más frágil y volátil.
Los mercados financieros internacionales atraviesan una fase de elevada volatilidad y contrastes, marcada por la interacción entre expectativas de política monetaria, resultados corporativos, tensiones geopolíticas y datos macroeconómicos que reflejan tanto resiliencia como vulnerabilidades. La dinámica actual muestra cómo los inversores enfrentan un entorno en el que los avances tecnológicos, las decisiones de los bancos centrales y los movimientos en materias primas y divisas se entrelazan con la incertidumbre política y comercial.
En Estados Unidos, los activos de riesgo sufrieron una corrección significativa tras advertencias de los principales ejecutivos de Wall Street. Líderes de firmas como Capital Group, Goldman Sachs y Morgan Stanley señalaron que, tras uno de los mejores semestres del S&P 500 desde la década de 1950, los mercados mostraban señales de sobrecalentamiento y vulnerabilidad. El índice perdió 1,2%, mientras que el subíndice de megacapitalizaciones tecnológicas retrocedió 2,3%. Palantir, pese a mejorar sus previsiones, cayó 8% debido a preocupaciones de valoración tras un alza cercana al 400% en el último año. El gestor Michael Burry reveló posiciones bajistas sobre esta compañía y sobre Nvidia, lo que reforzó la percepción de cautela. AMD tampoco logró convencer con sus proyecciones de ingresos, decepcionando a quienes esperaban un repunte impulsado por la inteligencia artificial. En paralelo, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años descendió tres puntos básicos hasta 4,09%, mientras que el dólar alcanzó su nivel más alto desde mayo y el bitcoin retrocedió cerca de 6%, aunque posteriormente recuperó terreno y se situó en 100.576,28 dólares, con un alza de 0,27%.
En el frente energético, los datos del Instituto Americano del Petróleo mostraron un incremento de 6,5 millones de barriles en los inventarios de crudo, frente a una previsión de caída de 2,4 millones y un descenso previo de 4 millones. En contraste, las existencias de gasolina disminuyeron en 5,653 millones de barriles, las de destilados en 2,459 millones, mientras que en Cushing se registró un aumento de 364.000 barriles. Estos movimientos reflejan un reacomodo en la dinámica de oferta y demanda, con implicaciones directas en los precios internacionales del petróleo y derivados.
En el plano político y geopolítico, el Kremlin, a través de la agencia Tass, indicó que Rusia aún espera aclaraciones de Estados Unidos respecto a declaraciones del presidente Trump sobre la posible reanudación de pruebas nucleares. En paralelo, el mandatario estadounidense anunció la nominación de Jared Isaacman, empresario, filántropo, piloto y astronauta, como nuevo administrador de la NASA. Asimismo, sostuvo reuniones con representantes de alto nivel de Suiza, abordando temas de comercio e intercambio, y designó a Jamieson Greer como representante comercial para continuar las conversaciones con líderes suizos. En el ámbito doméstico, se confirmó que senadores republicanos fueron invitados a la Casa Blanca para una reunión de alto nivel, mientras que se reportó un incidente aéreo en el aeropuerto de Louisville que obligó al cierre temporal de la terminal.
En el sector corporativo, los mercados esperan los resultados trimestrales de gigantes como Pfizer, Uber, AMD, McDonald’s y Qualcomm, además de ConocoPhillips, lo que marcará el pulso de las expectativas de beneficios en sectores clave como salud, transporte, tecnología y energía. Estos reportes se suman a la narrativa de un mercado que, pese a la resiliencia mostrada, enfrenta crecientes dudas sobre la sostenibilidad de las valoraciones.
En Europa, la atención se centró en las intervenciones de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y otros miembros del organismo, en un contexto de datos mixtos. Francia reportó un déficit presupuestario de 155.400 millones de euros, mientras que en Alemania el rendimiento del Schatz a dos años se situó en 1,98%, con una demanda sólida reflejada en un bid-to-cover de 1,7. El Reino Unido, por su parte, mostró un rendimiento de 3,845% en los gilts a cuatro años, con una cobertura de 3,062, lo que refleja un apetito sostenido por deuda soberana pese a la incertidumbre económica. En el frente macroeconómico, se esperan cifras de pedidos industriales en Alemania, PMI de servicios y compuestos en España, Italia, Francia y la Eurozona, así como datos de ventas minoristas en Italia y el índice de precios de producción en la región. Estos indicadores serán clave para evaluar la trayectoria de crecimiento y la presión inflacionaria en el bloque.
En Asia y Oceanía, los datos reflejaron un panorama heterogéneo. En Nueva Zelanda, la tasa de desempleo se ubicó en 5,3%, en línea con lo esperado, mientras que el crecimiento del empleo fue nulo y la tasa de participación descendió levemente a 70,3%. En Australia, los PMI de servicios y compuesto se situaron en 52,5 y 52,1 respectivamente, mostrando expansión, aunque con una ligera desaceleración respecto a lecturas previas. Sin embargo, el índice manufacturero AIG cayó a -22,0 desde -13,2, y el de construcción a -7,1 desde 12,3, reflejando debilidad en sectores clave. En Japón, la base monetaria registró una contracción interanual de 6,2%, mientras que en Hong Kong el PMI se mantuvo en 50,4, apenas en zona de expansión. En Singapur, las ventas minoristas mostraron un crecimiento interanual de 5,2% en la última lectura, con una expectativa de desaceleración hacia 4,2%. En China, los próximos datos de inflación y precios al productor serán determinantes para evaluar la presión deflacionaria, con expectativas de un IPC estable en 0% y un PPI en -2,2%.
El panorama global refleja un mercado en transición, donde la narrativa de resiliencia corporativa y expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal convive con crecientes señales de sobrevaloración y advertencias de los principales actores financieros. La corrección en tecnológicas y criptomonedas sugiere que los inversores comienzan a internalizar riesgos de concentración y expectativas excesivas en torno a la inteligencia artificial. En el frente energético, el repunte de inventarios en EE. UU. podría presionar a la baja los precios del crudo en el corto plazo, aunque la volatilidad geopolítica mantiene un piso de soporte. Europa enfrenta el reto de sostener el crecimiento en medio de déficits fiscales y presiones inflacionarias moderadas, mientras que Asia muestra divergencias entre la fortaleza de servicios y la debilidad industrial.
De cara al futuro, los escenarios más probables incluyen una consolidación de los mercados con episodios de corrección técnica, acompañados de una política monetaria más acomodaticia en EE. UU. y un BCE que mantendrá un tono restrictivo hasta confirmar la convergencia inflacionaria. En Asia, la atención se centrará en la capacidad de China para evitar una espiral deflacionaria y en la resiliencia de Australia y Nueva Zelanda frente a la desaceleración global. En conjunto, los mercados se encaminan hacia un cierre de año caracterizado por la prudencia, con oportunidades selectivas en sectores defensivos y en activos que ofrezcan valor relativo frente a la volatilidad estructural.
Felipe Mendoza, Analista de mercados ATFX LATAM






