Los mercados globales transitan una fase de fuerte volatilidad marcada por tensiones inflacionarias, ajustes monetarios y señales mixtas de crecimiento. En este escenario, Estados Unidos mantiene la atención con sus cifras de deuda, consumo e inflación, mientras Europa enfrenta un estancamiento industrial y Asia busca estabilizar su ritmo de expansión.
Los mercados internacionales atraviesan una fase de marcada volatilidad, en la que los datos macroeconómicos, las decisiones de política monetaria y los reportes corporativos configuran un panorama complejo y lleno de matices. La atención de los inversionistas se centra en la evolución de la inflación, el comportamiento de los bancos centrales y la resiliencia de las principales economías, mientras que los sectores corporativos y las dinámicas regionales añaden capas de incertidumbre y oportunidad.
En Estados Unidos, el mercado de deuda pública mostró resultados relevantes en las últimas colocaciones. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 6 meses se ubicó en 3.685%, con una relación de cobertura de 2.950, mientras que los títulos a 3 meses alcanzaron un rendimiento de 3.845% y una cobertura de 2.880. Posteriormente, la subasta de bonos a 20 años arrojó un rendimiento de 4.613% con una cobertura de 2.740, reflejando la persistente demanda por instrumentos de largo plazo pese a la presión de tasas elevadas. En paralelo, los TIPS a 5 años se colocaron con un rendimiento de 1.650% y una cobertura de 2.530, lo que confirma el interés de los inversionistas en instrumentos indexados a la inflación. En el frente de consumo, el índice Redbook registró un crecimiento interanual de 5.9%, mientras que los datos de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan mostraron un nivel final de 55 puntos, con expectativas en 51.2, condiciones actuales en 61.0, inflación esperada a un año en 4.6% y a cinco años en 3.7%. Estos datos reflejan un consumidor cauteloso, con expectativas inflacionarias aún elevadas. En el calendario próximo, destacan el reporte de gasto del consumidor del BLS, las estimaciones de financiamiento del Tesoro (QRA) y las nóminas no agrícolas de noviembre, con una proyección de 53 mil empleos frente a los 22 mil previos, lo que podría marcar un punto de inflexión en la percepción sobre la solidez del mercado laboral.
En el ámbito corporativo, se concentran las expectativas en los reportes trimestrales de gigantes estadounidenses. General Motors, GE Aerospace, Coca-Cola, RTX y Lockheed Martin presentarán resultados del tercer trimestre de 2025, seguidos por Thermo Fisher, AT&T, Procter & Gamble, American Airlines y T-Mobile. Estos reportes serán clave para evaluar la resiliencia de sectores como el automotriz, aeroespacial, consumo masivo, telecomunicaciones y defensa en un entorno de costos financieros elevados. Asimismo, el sector energético estará bajo la lupa con los inventarios semanales de crudo, gasolina y destilados de la EIA, además del conteo de plataformas de Baker Hughes, que actualmente se sitúa en 548 equipos totales, de los cuales 418 corresponden a petróleo. La evolución de estos datos será determinante para anticipar la dirección de los precios de la energía en un contexto de tensiones geopolíticas y ajustes de oferta por parte de la OPEP+, cuya próxima reunión está programada para el 29 de noviembre.
En Europa, los datos de precios y actividad ofrecen señales mixtas. Alemania reportó un índice de precios al productor con una variación mensual de 0.1% y una caída interanual de -1.5%, mientras que la producción en construcción de la eurozona mostró un avance mensual de 0.48%. La cuenta corriente de la región alcanzó un superávit de 27.7 mil millones de euros, ampliándose a 35 mil millones en términos no ajustados. En el frente de deuda, Alemania colocó bonos a 7 años con un rendimiento de 2.52% y una cobertura de 1.5, mientras que el Reino Unido registró un déficit de endeudamiento público neto de 17.962 millones de libras. En el mercado de gilts a 30 años, el rendimiento se ubicó en 2.52% con una cobertura de 3.07. En materia de precios, el Reino Unido enfrenta una inflación persistente: el IPC anual se proyecta en 4%, con un núcleo de 3.7% y un índice de servicios en 4.9%. Los precios de producción muestran variaciones dispares, con un alza mensual de 0.2% en los precios de salida y un retroceso de -0.8% en los precios de insumos. La confianza del consumidor en la eurozona se mantiene en -15 puntos, mientras que en el Reino Unido el índice GfK se sitúa en -20. En Francia, la confianza del consumidor descendió a 86 puntos, y en España la tasa de desempleo se mantiene elevada en 10.29%. Los PMI preliminares de octubre reflejan una actividad moderada: en Francia, el manufacturero se ubicó en 48.2 y el de servicios en 48.9; en Alemania, el manufacturero alcanzó 49.5 y el de servicios 51; en la eurozona, el PMI compuesto se situó en 51, con manufactura en 49.9 y servicios en 51.3; en el Reino Unido, el PMI manufacturero se ubicó en 46.7, servicios en 51 y compuesto en 50.7. Estos datos confirman un crecimiento frágil, con divergencias sectoriales y geográficas.
En Asia, la atención se centró en China y Japón. El Banco Popular de China mantuvo sin cambios sus tasas de referencia: la de 1 año en 3.00% y la de 5 años en 3.50%. Sin embargo, los datos macroeconómicos reflejan tensiones estructurales. El PIB del tercer trimestre creció 4.8% interanual, por debajo del 5.2% previo, mientras que en términos trimestrales ajustados avanzó 1.1%, superando el 0.8% esperado. La producción industrial sorprendió al alza con un crecimiento de 6.5% interanual, frente al 5.2% previo, mientras que las ventas minoristas se expandieron 3.0%, desacelerándose desde el 3.4%. La inversión urbana acumulada cayó -0.5% frente al 0.5% previo, y la inversión en el sector inmobiliario se desplomó -13.9% en los primeros nueve meses del año. Los precios de la vivienda nueva descendieron -2.2% interanual, aunque en Shanghái se observó un alza de 5.6%. En Guangzhou, los precios retrocedieron -0.6% mensual. Estos datos confirman la fragilidad del sector inmobiliario, que sigue siendo un lastre para la economía china. En Japón, las exportaciones crecieron 4.4% interanual, mientras que las importaciones apenas avanzaron 0.6%, lo que permitió revertir el déficit comercial y alcanzar un superávit de 30.5 mil millones de yenes. La inflación nacional se mantiene en 2.9%, tanto en el índice general como en el núcleo, lo que refuerza la expectativa de que el Banco de Japón mantenga un tono prudente en su política monetaria. En Corea del Sur, el índice de precios al productor mostró una variación interanual de 0.6% y mensual de -0.1%, mientras que el banco central colocó bonos de estabilización monetaria a 91 días con un rendimiento de 2.330%. En Oceanía, Nueva Zelanda reportó un déficit comercial de -1,185 millones, con exportaciones de 5.94 mil millones e importaciones de 7.12 mil millones, acumulando un déficit anual de -2.99 mil millones. En Australia, los PMI preliminares de servicios y compuesto se ubicaron en 52.4, reflejando una expansión moderada.
El panorama global muestra una economía estadounidense que, pese a la resiliencia del consumo y la fortaleza del mercado laboral, enfrenta riesgos de desaceleración por la persistencia inflacionaria y los elevados costos de financiamiento. En Europa, la actividad se mantiene débil, con señales de estancamiento en la industria y presiones inflacionarias que limitan el margen de maniobra del BCE. En Asia, China continúa atrapada en la fragilidad de su sector inmobiliario, aunque la producción industrial ofrece un respiro, mientras que Japón y Corea del Sur muestran estabilidad relativa.
De cara al futuro, los escenarios más probables incluyen una moderación del crecimiento global hacia finales de 2025, con bancos centrales manteniendo posturas restrictivas por más tiempo del anticipado. En Estados Unidos, la clave estará en la evolución de las nóminas no agrícolas y la inflación, que determinarán la trayectoria de la Reserva Federal. En Europa, la atención se centrará en la capacidad del BCE para equilibrar la lucha contra la inflación con el riesgo de recesión. En Asia, el desempeño de China dependerá de medidas adicionales de estímulo y de la estabilización del sector inmobiliario.
Felipe Mendoza Analista de mercados ATFX LATAM






