El empleo subcontratado en Chile supera el millón: minería lidera con más del 50%

Un 15,5% de los asalariados chilenos trabaja bajo alguna modalidad de tercerización, aunque el fenómeno ha comenzado a retroceder tras la pandemia.

La subcontratación sigue siendo una pieza central del mercado laboral chileno. Según un estudio del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), más de un millón de trabajadores en Chile se desempeñan bajo este esquema, principalmente en minería, electricidad, salud y educación.

Una práctica extendida y en revisión

La candidata presidencial del oficialismo, Jeannette Jara, ha puesto nuevamente el tema sobre la mesa con una propuesta para limitar la subcontratación en funciones del núcleo operativo de las empresas. El planteamiento busca revisar una práctica que, aunque legal y extendida, genera debate sobre su impacto en la estabilidad y derechos laborales.

La subcontratación consiste en delegar ciertas actividades a terceros, sin que estas formen parte directa del giro principal de la empresa. Esto implica que el trabajador realiza su labor para una entidad distinta de aquella que lo contrata formalmente.

Más de un millón de tercerizados

De acuerdo con el OCEC-UDP, durante el trimestre junio-agosto se contabilizaron 1.071.128 trabajadores subcontratados, frente a 5,8 millones de asalariados contratados directamente por sus empleadores. En términos proporcionales, el 15,5% de los asalariados chilenos se encuentra bajo alguna modalidad de tercerización.

El formato más común es el de contratistas o subcontratistas (701.587 trabajadores), seguido por empresas suministradoras de personal (340.843) y enganchadores (28.698).

El sector público lidera en tercerización

Aunque suele asociarse la subcontratación al ámbito privado, el estudio revela que el sector público presenta una mayor prevalencia, con un 21,2% de asalariados bajo esta modalidad, frente al 14,3% en el sector privado.

Juan Bravo, director del OCEC-UDP, explica que esta diferencia responde a la estructura administrativa del Estado: “La administración pública suministra trabajadores a ramas como enseñanza y salud. Por ejemplo, las municipalidades contratan personal para estas áreas a través de corporaciones municipales”.

Minería, el epicentro del trabajo subcontratado

La minería es la actividad con mayor dependencia de la tercerización: el 55,8% de sus trabajadores están subcontratados. Le siguen electricidad y gas (33,3%), salud (27%) y enseñanza (23,8%). En contraste, los sectores con menor presencia de este tipo de empleo son alojamiento y servicios de comida (2,5%), actividades profesionales y técnicas (3,2%) y finanzas y seguros (6,6%).

Perfil y calificación del trabajador subcontratado

Los trabajadores bajo este esquema presentan una calificación ligeramente menor frente a los empleados directos. Un 32,4% tiene alta calificación, un 41,9% mediana y un 25,7% baja.

Contrario a ciertos mitos, el estudio descarta que la subcontratación desaliente la sindicalización. De hecho, el 24,6% de los asalariados tercerizados pertenece a un sindicato o asociación, cifra superior al 18,7% entre los no tercerizados. En el sector público, la afiliación sindical llega al 36,6%.

Una tendencia en retroceso

Pese a su magnitud, el fenómeno de la subcontratación ha ido disminuyendo. En el trimestre junio-agosto, se destruyeron 17.192 empleos subcontratados, mientras que los empleos directos crecieron en 148.888.

“La pérdida de terreno de la subcontratación no es reciente. Es una tendencia paulatina de los últimos seis años”, señala Bravo. En 2019, el 18% de los asalariados estaba subcontratado; hoy la proporción se reduce a 15,5%, reflejando una transición hacia relaciones laborales más directas.