Aunque el cartel ha flexibilizado su postura, el ritmo de expansión se mantiene contenido, preservando un frágil equilibrio entre la oferta y la demanda.
El oro cerró la sesión de hoy con un alza significativa, renovando máximos históricos y acercándose a la marca psicológica de los US$ 4.000 por onza troy. Este desempeño refleja un entorno de fuerte demanda por activos de refugio, respaldado por tensiones geopolíticas persistentes, el deterioro de la confianza en los mercados tradicionales y las crecientes expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.
El impulso alcista estuvo sostenido por un conjunto de factores técnicos y fundamentales. En el plano fundamental, el escenario macroeconómico muestra una desaceleración en los indicadores de la economía estadounidense, lo que aumenta las apuestas por una flexibilización monetaria futura y reduce el costo de oportunidad de mantener oro — un activo que no genera intereses. La debilidad del dólar frente a otras divisas y los robustos flujos observados en fondos cotizados (ETFs) respaldados en oro refuerzan el sesgo alcista.
En el plano técnico, el avance sostenido rompió resistencias previas y sugiere que los mercados podrían dirigirse hacia el próximo nivel relevante en torno a los US$ 4.000, aunque ya comienzan a circular advertencias de una posible corrección, apuntando a condiciones de sobrecompra en el corto plazo.
El mercado petrolero registró un alza en el cierre de este lunes, en un movimiento que refleja la cautela de los inversores frente al reciente anuncio de la OPEP+, combinado con las persistentes tensiones geopolíticas. El incremento de los precios respondió a la lectura de que el aumento de la oferta promovido por el cartel fue menos agresivo de lo que muchos anticipaban, lo que atenuó los temores de saturación del mercado y permitió una reacción técnica de compra.
La OPEP+ aprobó un incremento de producción de 137 mil barriles diarios para noviembre, cifra considerada moderada en comparación con las proyecciones más optimistas que habían circulado en los bastidores. La subida fue también respaldada por un trasfondo geopolítico que favorece el premio de riesgo en el sector energético: las sanciones contra Rusia, las renovadas amenazas sobre instalaciones petroleras y las disputas regionales contribuyen a elevar el componente de riesgo en la cotización del barril.






