Con 15 años en la venta directa, Berónica Apaza dirige un equipo de empresarias independientes, que se expande desde Juliaca, una de las zonas con mayor tasa de emprendimiento del país.
El Perú figura como el tercer país con mayor espíritu emprendedor del mundo, incluso en medio de situaciones adversas como la pandemia. Al cierre de 2024, la región Puno registró una de las tasas más altas de actividad emprendedora, entre el 13,5 % y el 13,8 %, según datos del Ministerio de la Producción. Este dinamismo, sin embargo, ocurre en un entorno marcado por brechas de acceso y por estructuras sociales que todavía limitan el liderazgo femenino. En este escenario, la trayectoria de Berónica Apaza ofrece un testimonio claro de cómo la educación, el trabajo constante y la determinación pueden abrir oportunidades y generar cambios en zonas andinas.
Nacida en el departamento de Puno y residente en Juliaca, Berónica vivió en una comunidad rural hasta los siete años. Su madre la llevó a la ciudad buscando un mejor futuro y, gracias a becas, completó sus estudios escolares y universitarios en la Universidad Nacional del Altiplano, donde se graduó en Educación. Para costear pasajes y materiales, trabajó limpiando casas y cocinando para sus hermanas, en jornadas que combinaban esfuerzo físico y estudio.
Tras concluir sus estudios de Educación, Berónica tuvo su primer acercamiento a la venta directa de Yanbal cuando viajó a Lima. Esa experiencia le mostró que podía crecer más allá de las aulas y que existía un modelo que le ofrecía estabilidad e independencia económica.
Un liderazgo que crece en red
Cuando ingresó a Yanbal no tenía hijos. Hoy está casada, madre de dos niños de 13 y 9 años, y comparte el trabajo con su esposo y sus hermanas. El respaldo familiar ha sido clave en su trayectoria. Comenzó liderando a un pequeño grupo de consultoras que recorrían calles y casas; con ensayo y error, aprendió a delegar, coordinar pedidos y motivar a mujeres que dudaban de su potencial.
Su visión de “equipo unido” y su apuesta por la capacitación dieron frutos: en los últimos dos años, pasó a tener una red que supera las 1 500 entre empresarias y consultoras en total.
Adaptarse para avanzar
La pandemia fue un punto de inflexión. Al suspenderse las reuniones presenciales, Berónica incorporó herramientas digitales como Facebook, Zoom y la plataforma Maya, el sistema virtual de Yanbal que conecta a las consultoras con capacitaciones, pedidos y seguimiento de su negocio en línea. Esta innovación le permitió mantener la cohesión de su equipo y expandir su red en Tacna y Arequipa
Logros personales y proyección
En 15 años de trayectoria, Berónica ha acumulado 10 viajes internacionales, con destinos como Estambul, Dubái y Londres. En esta última cumbre, cumplió un sueño compartido: llevó a dos de sus directoras, reafirmando la importancia de crecer en equipo.
En el plano personal, ha logrado lo que nunca tuvo de niña: adquirió un lote y una casa de dos pisos en Juliaca, proyecta la compra de un departamento en Lima y asegura a sus hijos educación privada. Además, ha ganado tres camionetas 0 km, símbolos de su esfuerzo constante.
Más allá de los premios, Berónica entiende su emprendimiento como una herramienta de cambio. En una región marcada por el machismo, impulsa la autoestima y la independencia económica de sus consultoras. Casos como el de una joven directora que decidió dejar a su esposo maltratador confirman, para ella, que el emprendimiento también puede ser un camino hacia la libertad.
Hoy, con 15 años de carrera y el rango de Regional Estrella, Berónica Apaza se proyecta como un referente en el sur del Perú. Su historia refleja que la disciplina, la constancia y la educación pueden romper las barreras más arraigadas y abrir un horizonte distinto para las mujeres andinas.






